Capitulo 33

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Por otro lado, Crys se encontraba sentada frente a Ching, en la mesa, intentando disfrutar de la cena. Ambos se miraban fijamente, inquietos por la presencia del Rey, quien cenaba tranquilamente, a un lado.

—La comida está deliciosa, ¿No piensan comer? —preguntó el rey como si nada. Ambos mirando sus platos con nerviosismo y luego volvieron a mirarse entre si —. Si tú no comes, le harás daño a mi bebé, y si tú no comes no tendrás fuerzas para ir con tus guardianes trueno a seguir jugando. Así que coman.

—Somos los Guardianes Relámpago —susurró Ching viéndole a los ojos —. Y te guste o no, vamos a destruirte.

—Claro. Come, mejor —respondió riendo, viendo como Ching apretaba su mandíbula de enojo al ver la muñecas y el cuello marcado de Crys, más la burla de Raphaelo.

—¿Desde cuándo te volviste un ser tan... repugnante, eh? —susurró con odio puro.

—Yo no tengo hambre —susurró Crys mirando a otro lado.

—Querida, te recuerdo que hicimos un pacto. No me obligues a romperlo delante de tu queridísimo amigo que… trabaja en el mercado —respondió con total calma y burla.

—Dulzura, come por favor —susurró Ching. Se levantó corriendo la silla a su lado y tomó el plato de comida, para darle de comer.

—Ching… —reía ella negando —, no es necesario —sonrió.

—Ya te veré preguntándome si quiero alimentar a ese pequeño, para que tú puedas tener un respiro—reía él acariciando su panza —¿Desde cuándo tu panza creció? Está más grande que la de Gina, eh? —.

Los dos rieron alegrando la noche y calmando los nervios, hasta que un golpe en la mesa les hizo borrar la sonrisa de la cara.

—Menos charla y más acción, Crystalleder —comentó el jefe levantándose, después de dejar el plato vacío, saliendo de la habitación.

—Gracias —susurró Crys, tomando el plato en sus manos, comenzando a comer.

—Sabes que hago esto con todo el amor que te tengo a ti una ese bebé —sonrió dulce, sin dejar de verla.

—¿Los chicos vinieron contigo? —preguntó acomodándose en la silla.

—No, ellos no saben que estoy aquí —respondio suspirando con preocupación.

—¿Que, que? Debes irte entonces. Le invéntare a Raphaelo una excusa cualquiera, pero debes irte ahora mismo. Ellos deben estar preocupados —susurró después de pasar bocado.

—No te preocupes, ahora que se que estás bien puedo irme mañana tranquilamente. Abyo tiene un plan, pero estoy seguro que no lo ejecutará está noche —susurró devuelta mirando como ella de terminaba el plato de comida.

—Por todas las moras y frambuesas, Ching. No quiero que él te haga daño —susurró viéndolo a los ojos.

—Prefiero recibir todo el daño del mundo a qué te siga lastimando a ti, Crys.. —susurró devuelta, tocando suavemente sus muñecas, viendo las marcas recientes.

—N-No te preocupes por eso, estamos bien —sonrió forzadamente.

—No estás bien, está abusando de ti, de su poder y del tuyo… tú deberías ser la verdadera reina, no esa… hada buena para nada —masculló con leve enojo.

—La Reina Clarion sigue fuerte y por ahora no quiero tener que cargar con el peso de una Hondonada, suficiente tengo con esta panza —. Ambos rieron ante el comentario de Crys y rápidamente ésta se acomodó en el hombro de Ching cerrando sus ojos.

|2| Tink y La GeoHada Prodigio «|Terminada|» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora