Capitulo 26

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—¡Muji, Tobe! —gritó Abyo llamandolos a lo que ellos se acercaron rápidamente.

—El halcón, debemos ir. Crys debe estar en peligro —comentó Muji preocupado.

—No iremos por el halcón, iremos a la zona fría —respondió seriamente.

—Pero ¿Que hay de Crys? ¿Y si el halcón la está persiguiendo? —preguntó, esta vez, Tobe.

—Crys es muy ingeniosa, se las vera por si solas. Ahora tenemos una nueva prioridad. El rey está en el bosque y podemos ir rápidamente a la Hondonada para sacar a Zarina, a la Reina Clarion, a Jorillen y a Lord Milori —murmuraba caminando, junto con ellos.

—Muy ingenioso. También podríamos sacar a varias hadas de la Hondonada —comentó Tobe viéndolos.

—Tal vez. Debemos ser cuidadosos con los guardias. Por ahora debemos sacarlos a ellos, así los tendremos seguros de sus garras —confirmó Muji.

—Asi es. Yo me encargaré de la Reina. Tobe, tú y Ching irán por Zarina. Muji, irás por Lord Milori. Jakusvy se encargará de cubrirnos la espalda apenas saquemos a los tres primeros, de allí cuando y cuando logremos escapar con ellos, todos nos iremos por dónde vinimos. Rodearemos la Hondonada para llegar al palacio por tierra. No iremos volando, sería riesgoso —comentaba Abyo.

—¿Cuando saldremos? —preguntó Tobe.

Abyo les entregó sus uniformes grises respectivos a ambos y respondió. —En cinco minutos. Vayan rápido a cambiarse. Las Scouts se encargarán de vigilar la aldea —finalizó con su uniforme en mano para ir a buscar a Dex.

Saludaba a quienes lo saludaban y sonreía dándoles confianza a todos. Durante semanas hadas en pequeños grupos que habían escapado, habían llegado a ellos, al castillo, y ellos no dudaron en ayudarlos. De allí, poco a poco, fueron conformando esa aldea alejada de todo, con ayuda de las Scouts y de las Amigas. Con sus dotes, podían hacer cualquier cosa que se propusieran y vencer al rey no era la excepción.

—Hey, Abyo —sonrió Dex, comiendo una mora jugosa.

—Dex —. Saludó Abyo asintiendo —. Te veías muy feliz hablando con el jefe.

—¿Que? —. Dex soltó una carcajada —Estarias demente si crees que disfruto estar al mando de esa hada. Solo debo estar metido en el papel —murmuró.

—Claro. Gracias, amigo —sonrió Abyo dándole un abrazo al que Dex correspondió.

—Geo Hadas en cielo... —comentó, esperando a que él terminara la frase.

—Y en tierra también —añadió él sonriendo.

—Saldremos ahora, tienes mi lugar. Ayuda a Nyx cuando lo requiera y mantente al pendiente de todo —dijo retirándose mientras Dex asentía.

Dex se metía en el papel de ser un guardia más del reinado de Raphaelo, pero era fiel amigo a Abyo. Aunque era egocéntrico, era muy bueno para actuar, muy fiel a su cargo y centrado en ayudar a los suyos; los buenos.

Abyo había logrado salvarlo de las garras del rey, pero nuevamente como plan de Abyo, Dex debía demostrarle al rey que iba a tener toda su fidelidad y que alertaría al mismo si veía a las Scouts o a los Guardianes, acto que hasta el de hoy era invertido; Dex se encargaba de informar, junto a sus amigos, cuando los guardianes oscuros llegaban.

Abyo se cambió rápidamente y, una vez listo, fue con sus compañeros.

—¿Listo, Guardianes? —. Todos asintieron —Andando, entonces.

Rápidamente los chicos comenzaron a volar entre los árboles, sobre pasando el suceso del halcón, que aún seguia allí.

—Adelantense, ya los alcanzo —comentó Tobe a lo que Ching se negó.

—Ni se te ocurra. Ya tenemos un plan. Deja de pensar en Crys por un momento —comentó arqueando una ceja.

Tobe suspiró, y Muji le vio con tristeza, pero siguieron su camino. Él también deseaba con todas su fuerzas ir a ayudar a Crys, pero debía obedecer a su líder.

Rápidamente los chicos llegaron cerca a la Hondonada. Comenzaron a caminar detrás de las casas para detenerse en una.

—Ya saben sus posiciones, andando. Nos encontraremos aquí mismo —susurró Abyo. Todos asintieron y salieron volando bajo, pero velozmente.

Abyo sabía casi todos los lugares del castillo y, al entrar, se aseguró de evitar a cualquier hada que se cruzará en su camino. Logrando ingresar así a una de las habitaciones.

La habitación estaba habitada por alguien, que en ese momento no estaba, sin embargo se asomó a la ventana y diviso gran parte de la hondonada. Suspiró al ver cómo su segundo hogar había sido destruido por la misma hada. Suspiró nuevamente para darse la vuelta, pero al ver hacia el frente quedó en shock; otra hada lo estaba mirando.

—¿Abyo? —susurró ella sin poder creerlo.

—Reina Clarion —susurró Abyo muy feliz mientras caminaba para abrazarla, a lo que Clarion correspondió muy feliz.

—¿Que haces aquí? Debes irte ahora mismo. El Rey llegará en cualquier momento —susurró separándose, con mucha preocupación.

—Empaque su manta favorita, Alteza, porque nos vamos de este lugar —susurró alegre mientras volvía a mirar a la ventana, asegurándose de que todo siguiera igual.

—P-Pero... ¿Que hay de los demás? No los puedo dejar —negaba ella, aún en estado de shock, sin creer que él estaba ahí.

—Los Relámpago estamos aquí para sacarlos a todos, pero primero debemos mantener su seguridad. Los demás fueron a buscar al resto, nos vamos a ver en un punto, en unos minutos —susurró explicándole.

La reina asintió y rápidamente ambos salieron intentando evitar a los guardias. Minutos de darle vueltas al palacio, salieron volando sin que nadie se diese cuenta.

La Reina, listo.
Zarina, Jorillen y Lord Milori, aún en lista de espera.

|2| Tink y La GeoHada Prodigio «|Terminada|» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora