(ONCE AÑOS DESPUÉS: ACTUALIDAD)
Era una de esas mañanas aburridas en la secundaria de la ciudad de Konoha. El profesor de literatura leía en voz alta un libro correspondiente de la clase del día, haciendo de vez en cuando unas que otras pausas para que los alumnos que iba nombrando continuarán con la lectura y de ese modo cerciorarse de que estuvieran prestando atención.
Entre todos aquellos alumnos presentes cierta chica de larga cabellera negro azulado y ojos perlados se mantenía ajena a la clase y se disponía a observar abstraídamente por la ventana apoyando su mentón en la mano.
Observaba los frondosos árboles del jardín de la entrada del edificio, meciéndose al compás de la brisa reinante, dejando caer de sus hojas pequeñas gotas de lo que había sido una tormenta durante toda la madrugada.
Mientras observaba aquel paisaje su mente divagaba. Desde que salió del edificio había estado tratando de actuar con naturalidad para no levantar sospechas sobre el acontecimiento que tuvo lugar en la madrugada en el interior de su habitación.
Por un momento creyó que había fracasado tras casi ser descubierta por los perros policías de Hana, pero afortunadamente el accidente provocado por su hermana Hanabi de alguna forma logró salvarle la vida. Si bien, anoche estaba enojada por ello, ahora más bien se sentía agradecida de que ese incidente hubiera ocurrido.
No obstante, a pesar de haberse librado de cualquier indicio de sospecha, no conseguía quedarse del todo tranquila.
No importaba cuánto se esforzará en distraer su mente. Todo era inútil. Por más que lo intentaba, no podía olvidarse de él.
Del hombre que jamás imaginó que volvería a ver.
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Luego de una tranquila cena con su familia y tener un accidente por culpa de su malcriada hermana menor mientras lavaba los platos, Hinata se sentó en el escritorio de su habitación para terminar un importante informe que tenía que enviarle por correo al doctor Kizashi Haruno.
Más que un mentor era un pilar e inspiración para ella. Él era un hombre muy respetuoso, dedicado y sobre todo amable con sus pacientes. En un futuro deseaba llegar a ser una médico tan prodigiosa como él. Por ello día a día se esforzaba tanto como podía en reforzar sus debilidades y adquirir todo el conocimiento que le fuese posible recibir.
Desde que comenzó a interesarse en la medicina no creyó que llegaría a dársele tan bien, pero gracias a su dedicación y excelentes calificaciones el doctor Haruno le permitió trabajar medio tiempo en el hospital para poner en práctica lo aprendido y recibir más enseñanza, por supuesto sin apoyo alguno por parte padre. Como el importante empresario que era lo menos que esperaba de sus hijas era que en el futuro también lo fuesen para tomar el mando de la cadena hotelera familiar.
El hecho de que su hija se revelará ignorando todas y cada una de sus amenazas para impedirle continuar con dichos estudios provocó que se decepcionará completamente de ella y pusiera toda la responsabilidad de la familia en las manos de Hanabi.
Que su hija alguna vez considerada jefa sucesora y prodigio del patinaje, estuviera trabajando en un hospital atendiendo a gentuza de clase inferior era algo que no podía tolerar lo consideraba humillante y denigrante. Y no es que menospreciará la medicina pues en la familia contaba con parientes que ejercían dicha carrera, era que a diferencia de Hinata ellos no se mezclaban con gente de clase baja.
Aun así ella no se arrepentía de haber abandonado el patinaje, la indiferencia de su padre no le quitaba la felicidad que le producía poder hacer lo que le gustaba sin tener que aguantar ningún tipo de presión por parte de él.
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Amantes
FanfictionDesde que era niña Hinata cargaba con el peso de ser la jefa sucesora del clan Hyuga, por años tuvo que soportar las estrictas presiones de su padre con la finalidad de convertirse en la líder ejemplar que el anhelaba. Sin embargo todo cambiaría cua...