Amantes

Capítulo VI: El Secreto Que No Pudo Ser Guardado

**Horas Antes De Los Hechos Actuales**

Faltaban veinte minutos para la medianoche. En algún hotel de la ciudad de Konohagakure se encontraba hospedado cierto chico de intensos ojos negros y larga cabellera atada en una cola, preparándose para la misión que se le fue encomendada.

Vestía un suéter cuello tortuga, pantalones, botas militares y chaleco antibalas. Todo en negro para mimetizarse con la oscuridad de la noche y así evitar que su presencia fuese detectada mientras se infiltraba en las instalaciones

Tomó sus armas ya cargadas y las guardó en los arneses para pistola táctica de sus muslos. Escondió un par de cuchillos en sus botas y aseguró los mosquetones de su arnés de escalar.

-Itachi-senpai- llamó su joven compañero. Un chico prodigio de quince años que había sido reclutado por el líder al enterarse de que este había logrando romper la seguridad del gobierno de Kirigakure con gran facilidad y acceder a diez ordenadores de donde robó información con un valor multimillonario. Tenía solo ocho meses en la organización por lo que el líder constantemente lo hacía acompañar a los miembros a sus misiones para servirles de apoyo y que obtuviese conocimiento.- Aquí está la carpeta que contiene la información del edificio.- Dijo entregándosela.

Itachi la tomó y abrió de inmediato. La misión de esta noche no era una de esas simples. Su objetivo era un importante político de nombre Goro Takayama que actualmente ejercía el cargo de subsecretario de la presidencia de Konohagakure. Aparentaba llevar una vida normal y tranquila privilegiada por sus servicios al país pero en realidad tenía su propia red de tráfico de drogas.

La persona que solicitó su asesinato era un mafioso muy poderoso y respetado del país vecino. Takayama estaba interfiriendo en sus negocios y al tratarse de alguien muy cercano al presidente de Konoha y por ende difícil de eliminar por su propio mérito se vio en la necesidad de recurrir a Akatsuki para que lo sacaran del juego permanentemente.

-¿Cree que le dará problemas Itachi-senpai?- Indagó el joven hacker.

-Tratándose de alguien cercano al clan Senju, es posible.- Respondió colocándose unos guantes de cuero.

-Heh... pero usted es asombroso. ¡Estoy seguro de que lo acabará rápido!- Dijo animadamente. No por nada era uno de los asesinos más respetados y temidos de la organización.

Itachi frunció el ceño provocando que el chico se tensase temiendo haber dicho algo indebido, y tomó de la cama su mochila para armas táctica de caza que luego recargó en su hombro.

-Si para la hora del alba no he regresado, sabes que hacer.- Dijo con su habitual tono de voz cortante.

-¡Entendido!- Respondió cuidadosamente.

Itachi se colocó el micrófono con el que se comunicaría con el chico en su oído izquierdo y acto seguido salió de la habitación. Subió hacia la azotea y se paró en el borde del edificio de setenta y dos pisos. 

La brisa fría le revoloteaba el cabello a la vez que lo impulsaba ligeramente hacia adelante. Ahora mismo estaba cayendo una fuerte tormenta. Los relámpagos iluminaban la ciudad que parecía estar suspendida por la misma lluvia.

Miró su reloj y en cuanto este apuntó las 0:00AM, la ciudad momentos antes iluminada por los bellos rascacielos quedó sumida en la más negra oscuridad, sin poder ser iluminado por el más débil rayo de luz de la luna.

Su compañero había llevado a cabo la parte del plan que le fue correspondida a la hora acordada. Hackeó el sistema de control central eléctrico provocando un mega apagón que duraría al menos un par de horas, a no ser que contaran con un informático especializado en cyber hackeo a su disposición. Lo cual era poco probable.