Eren y Armin se reunían cada tarde en la biblioteca de la escuela, ya fuera para terminar los deberes o simplemente para matar el tiempo. Sin embargo, Eren desaparecía por un rato entre el vasto acervo de libros. Encontrarlo era una tarea titánica, además, en todas las veces que el joven regresaba, la sonrisa en su rostro era difícil de ignorar.
Si bien Eren se mostraba abierto a sus sentimientos con su rubio amigo, jamás mencionaba lo que hacía cuando se perdía entre los estantes del lugar. Era imposible que lograra perderse en los cinco pisos del edificio, pero también es bien sabido, que si para algo es bueno Eren (además de meterse en problemas y ser de los mejores de su clase), es para esconderse.
Las primeras veces que desapareció, el ojiverde se molestaba en volver con algunos libros, después, se iba con el pretexto de buscar algún libro para entretenerse y, finalmente, solo terminaba diciendo: "No tardo, tengo que ir a buscar algo". Armin no hacía preguntas pero, mentiría si dijera que no se sentía intrigado por las constantes escapadas de Eren.
Hasta que un día se dio cuenta de ese algo que Eren buscaba.
Era un jueves por la tarde, y a pesar de ser un día bastante soleado, se encontraban a finales de Noviembre y el frío comenzaba a hacerse notar. El par de amigos se encontraba bien abrigado, Eren además de su abrigo negro y un suéter gris, llevaba una bufanda roja (que sabía, fue un regalo de su madre). Armin por su parte llevaba un abrigo azul marino y un suéter blanco.
El plan inicial solo era tontear en la biblioteca o compartir alguna novedad del manga que seguían, sin embargo, el final del semestre también les estaba pisando los talones y los deberes aumentaron de forma exponencial arruinando sus planes de pasar una tarde tranquila.
-Qué puto frío hace—se quejó Eren al entrar a la biblioteca. Se ganó una reprimenda de parte de la bibliotecaria, que de igual forma, el joven ignoró.—Ya estoy harto del semestre.—finalizó con hastío.
-Estoy de acuerdo con ambas, aunque solo debemos resistir dos semanas más y adiós estrés.—animó Armin mientras caminaban a la mesa de siempre: la última del segundo piso.
A ambos les gustaba dicho sitio, los ventanales tenían vista hacia el campus central de la preparatoria y adicional, se lograba observar el inicio de la zona boscosa de Shiganshina. Era una vista preciosa.
Decididos a no pasar tanto tiempo en la biblioteca con los traseros congelados, iniciaron su labor. Primero cálculo diferencial, luego biología y finalmente física. Tenían suficiente para entretenerse hasta la hora de la comida.
El tiempo pasaba y cuando llegaron a la parte de física, algo captó la atención de Eren al inicio de las escaleras. Para mala suerte de Armin se encontraba de espaldas al lugar donde el castaño tenía su mirada. Intentó voltear pero Eren ya se encontraba concentrado en su libreta nuevamente. Sin darle más importancia, Armin imitó la acción hasta que la voz de su amigo al poco rato captó su atención.
-No estoy entendiendo nada, iré a buscar algo. No tardo.—dijo con ¿nervios? ¿Su amigo estaba nervioso? ¿Por qué un libro iba a poner nervioso a Eren?
-Tranquilo, el libro de física no te va a morder.—se burló el rubio. Eren viró los ojos pero le devolvió la sonrisa.
"Si supieras, Armin" pensó el moreno mientras se alejaba.
Una vez que realizó su búsqueda en las computadoras, Armin se aseguró de seguir a Eren con la mirada mientras se perdía entre los libros. Esta vez esclarecería el misterio de las desapariciones de Eren.
Con cuidado de no ser descubierto, Armin siguió los pasos de su amigo. Subió y volvió a bajar las escaleras. Eren no estaba por ningún lado.
Estaba por rendirse y regresar a su lugar cuando lo vio. Casi tira el estante de la impresión. Eren estaba con Mikasa Ackerman, no solo era la chica más popular de la escuela y la mejor de la clase, era la mejor estudiante de toda la generación. Era sabido que ella no se juntaba con los nerds como ellos. Mikasa era de las que se rodeaba de personas como Historia Reiss o Jean Kirschtein.
Pero ahí estaba ella, recargada en el estante, con sus manos alrededor de la cintura de su amigo mientras la envolvía con su preciada bufanda roja.
-¿No la quieres? Está helando afuera.—le dijo la joven cuando terminó de envolverla de una manera extraña en la bufanda. A duras penas se podía observar uno de los ojos rasgados de la chica.
-Sobreviviré, o si no, serás la responsable de que termine en el hospital por hipotermia.—se burló Eren mientras alzaba ligeramente los hombros. Mikasa se propinó un ligero golpe en el hombro.
-Tonto.—dijo mientras le sonreía.
-Así me quieres.
-¿Quién dice?
-¿A caso me has engañado todo este tiempo?—se quejó con falso drama.—Eres cruel, Ackerman. Prácticamente acabo de aceptar una hipotermia por ti.
-Quizá lo considere si sobrevives.—dijo mientras sostenía su barbilla y le giñaba el ojo.
-Con esa motivación, no planeo morir de hipotermia.—sonrió mientras recortaba la distancia con Mikasa y apartaba la bufanda de su rostro.
-Estás loco Eren Jaeger.—Mikasa acarició la mejilla del ojiverde.
Eren restregó su mejilla sobre la mano que estaba en su rostro. A pesar de ser un secreto, adoraba esos pequeños momentos con la chica más popular de la escuela. Se sentía el hombre más afortunado.
Ganas no le faltaban por restregarle su relación con la oriental al cara de caballo, pero eso sería después.
Se concentró en los bonitos ojos rasgados y grises de su contraria antes de pronunciar algo.
-Estoy loco pero por ti, Mikasa.—se acabaron los previos, necesitaba besarla. Sintió como Mikasa sonreía ante su confesión y lo atraía más hacia ella.
Ojalá pudieran estar así a todas horas, pero había sido su decisión mantenerlo entre ellos. Cada vez era más difícil mantener las sospechas de Armin a raya...
"Mierda, Armin". Dolorosamente, ese pensamiento lo orillo a terminar el beso.
-Debo irme, Armin va a sospechar.—soltó la cintura de la joven con pesadez. Mikasa asintió y cuando se separaron, volvieron a ser los dos estudiantes que a penas se dirigían la palabra, aunque compartían más que eso.
-Si me permite ayudarle joven Jaeger, su libro está detrás de usted.
-Quién diría que a Mikasa Ackerman le gusta brindar servicio a la comunidad.—se burló Eren.—Como muestra de mi gratitud, puede conservar la bufanda.—finalizó giñando un ojo y regalándole una sonrisa que en todos los años que tenían de conocerse, jamás le había visto a Eren.
"Mierda, Eren se está despidiendo". Salió del estupor de la nueva revelación. Tenía que correr o al que también iban a descubrir sería a él. Ya le preguntaría a Eren sobre su extraña relación con Mikasa Ackerman.
Armin se alejó a paso apresurado del lugar, procurando no toparse a la joven Ackerman ni a su amigo. Grande fue su sorpresa cuando Eren ya estaba de regreso en su sitio.
-¿Dónde estabas?—preguntó Eren.
De repente la pregunta le sonaba absurda, él debería ser quien enfrentara el gran secreto de su amigo, sin embargo, prefirió darle la misma respuesta que Eren siempre le daba.
-Solamente fui a buscar algo.—dijo mientras le regalaba una sonrisa cómplice al tipo con más suerte en la escuela.
ººº
Hola mis queridos lectores, espero que este shot sea de su agrado.
Quiero aprovechar (como siempre xD) para agradecerles muchísimo su apoyo y sus comentarios, me animan a continuar escribiendo *u*.
Nos leemos en la próxima :3
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En cualquier universo [One-Shots Eremika]
Fiksi PenggemarY sin importar cuánto tiempo pasara, cuántas veces tuviera que buscarla, Eren siempre volvería a ella. Porque amaría a Mikasa incluso en cualquier universo. Serie de one shots sobre Eren y Mikasa (y uno que otro personaje del manga). Los personajes...