𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨

5.9K 279 69
                                    

ʏ ᴠɪᴠɪᴇʀᴏɴ ꜰᴇʟɪᴄᴇꜱ... ¿ᴘᴏʀ ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ?

Era buena en tantas cosas y una de ellas era el skateboard, cuando llegué a aquí y conocí a los chicos tuve la oportunidad de practicar innumerables actividades, Jay y yo solíamos tener paseos entre nosotros en estas cosas.

Trataba de enseñarle a Akxel, basto con tan solo ver un comercial para que quisiera aprender a usar la tabla con ruedas.

Ha sido una tarde larga pero interesante, podía ver la determinación y el empeño que tenía mi pequeño, no se rendía a pesar de que ya se ha caído un par de veces, dejándome a mí con los nervios de puntas.

— No trates de hacerlo rápido — le instruí con los ojos puesto en él.

— Quiero hacerlo como tú. — Murmuro sin quitar la mirada de sus pies.

Suspire cuando se volvió a caer.

— Necesitas practicar varias tesoro, en un solo día es difícil conseguirlo.

— Pero, es que... — siseo con las cejas fruncidas. — Hazlo tú, yo te veo y lo hago después.

Sus ojitos azules lucían preocupados y un poco impacientes.

— ¿Y si seguimos mañana? — Le pregunte.

Sus cejas se fruncieron aún más, pero estaba vez con tristeza.

— ¿Estas cansada?

— No realmente, pero no quiero que te vuelvas a caer.

Puso sus pequeñas manos en mi pierna y me empujo despacio.

—Patina por favor.

Sin más remedio tomé mi tabla y subí a esta, dando unas vueltas mientras le daba algunos consejos, tan solo asentía a la vez que miraba mis pies con mucha atención.

Era seguro hacer estas cosas en la calle frente a la casa, ya que no solían transitar vehículos, y menos los fines de semana.

— ¡Ya puedo hacerlo!

Exclamo con energía, lo vi aproximarse hacia la pequeña tabla.

— Akxel espérame.

Aun no sabía impulsarse de la manera correcta, pero al primer intento sí lo logro, quede sorprendida, hace apenas unos minutos no podía hacerlo bien.

Me acerque a la puerta y baje con cuidado de la tabla.

— ¡Tienes que impulsarte otra vez mi amor!

Bajo su piernita y lo intento, pero esta vez cayó al suelo, sentí todo mi cuerpo enfriarse al escucharlo llorar. Estaba limitada a solo caminar, y no tan rápido.

Al darme cuenta, Harry, nuestro vecino de en frente había llegado primero que yo, haciendo que me preguntara de donde ha salido, ya que Akxel y yo llevamos tiempo aquí afuera y no lo habíamos visto.

Lo escuche preguntarle si estaba bien, a lo que Akxel asintió.

Quería agacharme y tomar a mi bebé en brazos, pero no podía cargarlo. Me arrodille quedando a su altura pudiendo ver mejor la herida que tenía en su brazo, se había raspado con el asfalto.

Sus ojos, pestañas y mejillas estaban húmedas por las lágrimas que ya no le brotaban.

— ¿Estas bien? ¿Te duele en algún otro lado?

Negó rápidamente.

— Esta bien, es un niño fuerte.

Le sonreí a Harry.

Clímax Donde viven las historias. Descúbrelo ahora