4° Episodio: Ayudar al Loro

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Loro: Por favor, sólo tengo la ala media mala, si pueden tenerme hasta la mañana seguramente me repondré.

Paco: ¿Sólo eso?

Peggy: podría sernos de ayuda, quizás con un poco de tiempo se mejore y sea nuestra vista aérea.

Loro: Escucha a tu amigo, por favor, no quiero morir.

Paco: Vale, está bien, puedes quedarte.

Loro: Muchas gracias, les prometo ser de mucha ayuda.

Peggy: Ahora debemos buscar un buen lugar donde poder dormir.

Loro: Conozco esta cueva, he estado aquí mucho tiempo y pude ver lo que hay por encimita.

Paco: ¿Nos dirás un lugar?

Loro: Sí, síganme.

El loro nos lleva a un pequeño agujero.

Peggy: Huele a conejo aquí.

Loro: Antes habían conejos aquí, pero es fueron, esta cueva fue por mucho el habitad de un oso, luego pasó a ser de otros animales, seguro que aquí pueden dormir bien.

Paco: Muchas gracias.

Loro: No hay de qué.

Paco: A todo esto, ¿Cuál es tu nombre?

Loro: ¿Perdón?

Peggy: Es que el lobo aquí tiene la cosa de poner nombre a todos quien conoce, una palabra para definir a otros animales.

Loro: Ah... en ese caso me llamo Loro.

Lobo: No me refiero a tu especie... da igual, no tienes... veamos...

Loro: ¿Qué haces?

Paco: ¡Monte! ¿Qué te parece monte?

Loro: ¿Monte? ¿Cómo esos cúmulos de tierra?

Paco: Claro, es que sirven para orientarse y bueno, si tu ala se recupera y puedes volver a volar podrás ser eso, un guía en el camino.

Monte: Me gusta, ¿me llamarás monte a partir de ahora?

Paco: Dijiste que te gustaba, así que sí.

Monte: Creo... que se siente bien.

Sonrío, pero luego me empieza a rugir la barriga.

Monte: Conozco un campo abierto, quizás podamos ir allá mañana en la mañana para que puedas comer algo.

Peggy: Muchas gracias, la verdad es que no salí mucho de mi arboleda así que deberé creerte.

Finalmente entro a la madriguera junto con Paco, me acuesto, lo malo es tener que estar juntos, no me gusta, imaginen que las llamas llegan o algo peor, no podremos huir o pelear como me gustaría, pero bueno, es mejor que estar a la intemperie.

Monte: Zorro, lobo, tenemos problemas.

Peggy: (Me despierto. Somnoliento) Mi nombre es Peggy, ¿Qué pasa?

Monte: Las llamas están viniendo, si no salimos ahora corremos un gran riesgo.

Peggy: ¿Las qué? Maldición, saldré a ver un camino, tú despierta a Paco.

Monte: Claro.

Salgo, las llamas están casi aquí.

Paco: Podemos irnos, ¿verdad?

Peggy: ¿Cómo están tus alas?

Monte: Un poco mal, pero están mejorando, aún así no puedo volar largas distancias.

De pronto un árbol cae cerca de la entrada haciéndonos retroceder.

Peggy: Maldición, habrá que entrar.

Los tres corremos cueva adentro, Monte está en mi espalda.

Paco: Dijiste que conoces el lugar, ¿podrías mostrarnos el camino?

Monte: Eso creo, hay un lugar donde los caminos se separan, hay una salida pero es escarpada.

Llegamos a esa salida, y sí que es muy escarpada, es de subida pero casi no está echada.

Paco: Podremos subir por las piedras, pero necesitaremos mucha suerte.

Monte sale de mi espalda y empieza a volar apoyado en la pared, ve por el agujero.

Monte: Se puede subir pero tengan mucho cuidado, es un monte y casi no hay camino, si suben deberán tener más que cuidado al salir.

Paco: Podemos buscar otra salida.

Peggy: ¡Monte, ¿Existe otra salida?!

Monte: No tengo ni idea pero creo que no.

Paco: Podremos correr el riesgo.

[A] Subir por las piedras.

[B] Buscar otra salida. 

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