Capítulo 7

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Con Alex contra su cuerpo, a Tobin le estaba costando mucho pensar. Sin embargo, se obligó a concentrarse en el alambre de espino. Era la única cosa que podría distraerla de la calidez del cuerpo que tenía contra el suyo.

Cuando tuviera la primera oportunidad, iba a ir a ver a Tate McDonald y luego haría que su detective privado realizara investigaciones sobre todas las propiedades colindantes. Estaba segura de que alguno de sus vecinos tenía algo en contra de Alex. Era necesario arreglarlo todo antes de que la situación se pusiera fea.

Alex suspiró suavemente contra su torso desnudo, lo que arruinó completamente su concentración. A pesar de que podía esperar a que ella estuviera lista para hacer el amor, cada vez le estaba costando más.

Alex gimió y se acurrucó contra su cuerpo.

La sábana se deslizó, revelando demasiado de unos atractivos senos y de un erecto pezón.

Tobin sintió que el aliento se le enredaba en la garganta mientras se enfrentaba una vez más a la tentación.

Era más pecadora que santa, y aquello era demasiado.

Suavemente, hizo que se despertara.

Entonces, volvió a colocar la sábana en su sitio justo cuando ella abría los ojos. Estos primero registraron sorpresa, luego somnolienta delicia y por último preocupación cuando se dio cuenta de que se había quedado dormida entre sus brazos.

—Debo de haberme quedado dormida— dijo ella, cubriéndose de nuevo con la sábana— Lo siento.

—No tienes por qué. No hay otro lugar en el que prefiriera estar.

—¿De verdad?—preguntó ella, con escepticismo— Antes parecías tener mucha prisa. No creas que me he olvidado de eso.

—Estaba esperando que hubiera sido así.

—Tengo muy buena memoria.

—Aparentemente—afirmó, recordando que ella no había olvidado todos los prejuicios de su marido.

—¿Y bien?

—¿Y bien qué?—replicó Tobin, con fingida inocencia.

—No te hagas la tonta conmigo, Tobin. Quiero saber lo que te ha tenido tan distraída durante la cena. ¿Qué pasó cuando estuviste con Hank y Dooley? ¿Tiene algo que ver con la valla? No sería que alguien la había cortado deliberadamente.—añadió, comprendiéndolo todo de repente.

—Sí—admitió ella.

—Pero, ¿quién...?

Tobin notó que Alex no había saltado inmediatamente a la conclusión de que ella podría ser la responsable.

Ya era algo.

—Vamos a descubrirlo. En cuanto llegue a casa, voy a empezar a hacer llamadas.

—Lo que explica que tuvieras tantas ganas de marcharte de aquí antes.

—Exactamente.

—Haz las llamadas desde aquí. Quiero saber lo que descubres.

Tobin asintió y se volvió a poner los vaqueros. Cuando estuvo completamente vestida, se volvió a mirarla. Por el estado en el que estaba la cama, parecía que allí había acontecido mucho más.

Desgraciadamente, no había sido así.

—Lo siento—susurró Alex, como si le hubiera leído el pensamiento.

—No tienes que sentir no haber hecho nada que no estabas preparada para hacer. Puedo esperar.

—¿De verdad?

Enamorada de la enemiga (Cinco Amigas 01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora