*CAPÍTULO 22*

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Ya es mediodía, comienzo a recoger mis carpetas para guardar en el bolso, debido que mi jefe tuvo un viaje de urgencia a México por asuntos de negocios me avisó que tenía el turno libre y que cancelara todas la reuniones hasta que vuelva.

Me despido de mis compañeros de trabajo y salgo del edificio para dirigirme a mi vehículo.

Conduzco hasta mi hogar, la verdad estas últimos minutos antes de irse fueron estresantes, tuve que contactarme al aeropuerto, ordenar sus contratos, organizar sus horarios, y demás. Casi con la lengua afuera, nos despedimos ambos esta vez con un beso en la mejilla y una mirada muy sensual de su parte, gesto que no respondí debido a mi incomodidad.

Dentro de unos días se llevará a cabo la cena con el oficial Ross Lynch, yo su anterior presa, ¿Cómo pudimos conocernos de esa forma?, sonrío por todas las estupideces que cometí en el pasado. Por suerte pude desvincularme de todo esa basura de delincuencia.

Aún no decido que vestirme para la ocasión, y aún sigo con los nervios a flor de piel, es muy exasperante ser tan indecisa a la hora de elegir un maldito vestido, siento que debo estar muy bien presentada, mi imaginación vuela cuando en mi mente me presenta al rubio con un traje que acentúe todos sus músculos o solo lleve una camisa blanca pero adherible a su figura, ese porte prepotente que tiene, casualmente siento que la baba se me escurre en una esquina de mi labio inferior.

Me limpio la comisura de mis labios, se me acalora el rostro por la vergüenza y vuelvo a concentrarme en la carretera.

No tengo una mísera idea de como voy a actuar con el en ese momento, siento como la ansiedad recorre mis extrañas y los latidos del corazón toman su ritmo, no puedo creer que por seguir mi instinto tenga que asumir mi más grande consecuencia: el atractivo policía.

Apretó fuertemente el volante cuando de nuevo aparece su imagen en aquella vez que James y yo fuimos interrumpidos nuestro clima de pasión por él, no podía creer que su presencia estaba en ese momento.

Me aparco frente al garaje de casa y bajo del vehículo con mi bolso, a esta hora el clima se presenta caluroso, el saco que uso no fue una buena idea para este momento, así que decido que ni bien entre a casa me visto con mi pijama más cómoda adaptada a esta temperatura.

Entro a casa y soy recibida por el saludo de Grace, aparece Agus y Noah, que por cierto parece estar tranquilo.

Me dirijo por un momento a la cocina a tomar un poco de agua y veo como Grace se encarga de preparar el almuerzo.

—Así que _____, no hablamos mucho de tu fiesta ¿Fue tan divertido como para que llegarán ebrias a casa? —pregunta amablemente mientras busca los ingredientes en las estanterías.

—Claro que sí, sobre todo tu hija, fue la que más se sintió tocada, no paraba de hacer tonterías mientras consumía alcohol como si fuera agua de un desierto, yo trataba de mantener controlada pero fue casi imposible, se me escapaba alguna veces y no paraba de decir cosas sin sentido —trato de resumirle el asunto rondando los ojos con diversión.

—Si pero imagino que no sólo Agus fue la única que se divirtió, principalmente eres tú la protagonista de esa noche, te preguntaba porque, por cierto... tu ropa tenía mucho olor a colonia de hombre —me enfrenta en un tono sospechoso.

Yo la miro incrédula con el vaso cerca de mis labios que no alcance a beber el contenido, me llama la atención que Grace utilice el término 'diversión' no para referirse al baile y las estupideces, sino en el sentido que estuve bien acompañada.

Dejo el vaso en la isla de mármol y busco la manera de poder esquivar el interrogatorio que veo venir a continuación, sé que está a mi derecho no decirle nada porque no es mi madre, pero diablos, ella se preocupa por mí, sabe que en toda esta década lo que menos hice fue interesarme en el sexo opuesto desde que me separé de Ross, ella sabe que estuve lo suficiente herida para no llegar a relacionarme sentimentalmente con otra persona. Tampoco puedo excusarme que estuve involucrada con otros hombres sólo para satisfacer mis necesidades primitivas, ella no sabe de mi escapadas nocturnas, sólo lo sabe Agus y... aunque no quise que se enterara Noah, él muy metido, que por cierto debo felicitar que mantiene la bocota cerrada hasta ahora.

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