Capítulo 5 "Las chicas"

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Un extremo del tronco está caído en el rio, y una chica está colgada de un borde evitando ser arrastrada por la feroz corriente y del otro lado está Tania gritando pidiendo a gritos  ayuda.

Eduardo, Miguel y Yo, corremos   buscando una forma de pasar, hasta que encontramos unas piedras que sobresalen de este y comenzamos a pasar cada una dando saltos entre piedra y piedra, al cruzar del otro lado y llegar hasta el lugar dónde se encontraba el tronco y comenzamos a intentar sacarlo del agua que conducía hacia los rápidos., obviamente esto resultó inútil.

Frustrado por la impotencia de no poder ayudar a la chica que estaba a punto de ser arrastrada por la fuerte corriente me lanzo al agua, e inmediatamente comienzo a ser llevado por el agua hacia donde se encontraba la chica; la tomo entre mis brazos y me sujeto a una rama que sobresalía del tronco, aun así, estaba muy lejos de poner subirla y ahora tendría que pensar un modo de salir yo también.

-¡IDIOTA! ¡¿AHORA QUIEN CARAJOS NOS SACARÁ DE AQUÍ?!.- Me grita la chica demasiado asustada y con gritos interrumpidos por el agua azotando nuestra cara.

Eduardo saca una navaja y me la lanza, por poco y no logro atraparla pero la alcanzo del lado con la cuchilla, lo que hace que me corte la mano pero a pesar de esto no la suelto.

En un desesperado acto de intentar salvar a la chica y a mí, ideo un pequeño e imposible plan, que consistía básica mente en soltarme y clavar la navaja en el suelo para sostenernos de ella. Sin pensármelo pongo en marcha mi plan.

Abrasé a la chica y ella a mí y en ese momento me solté del tronco. Cuando la corriente me arrastró a la orilla clavé la navaja con todas mis fuerzas en el piso, pero la corriente era tan fuerte que a los pocos segundos logró arrancar la navaja del suelo... Pero justo cuando se arrancó algo sujetó mi mano evitando que la corriente me arrastrará, eran Eduardo y Miguel que estaban sujetando mi brazo, ambos comenzaron a jalar con mucha fuerza y Tania se les unió, hasta que lograron sacarnos del agua.

Justo después de salir yo me acuclillo y me pongo a toser toda el agua que me había tragado estando dentro, y mis amigos estaban a un costado mío, así que, después de devolver toda el agua, los abrazo a ambos y les digo.

-Gracias por salvarme.

Después de decir esas palabras nos soltamos y comienzo a sentir un ardor en mi mano, la abro y veo la cortada que me había provocado la navaja, no era tan profunda pero aun así era necesario vendármela, así que rompo un pedazo de mi camiseta empapada y la enrollo en mi mano.

Cuando entre los tres ya se calma todo entre los tres, vamos a ver como se encuentran las 2 chicas. Se están abrazando llorando, cuando Tania se da cuenta de nuestra presencia, corre a abrazarnos a los 3 y nos dice:
-Gracias por salvarla.- Lo die de una forma tan tierna, que en su voz se nota lo agradecida que está, y lo mucho que ha llorado.

Dicho esto, la chica se levanta, mide aproximadamente 1:70 (10 cm, menos que yo), su pelo castaño le está cubriendo toda la cara, y que esté caminando con la mirada en el suelo no ayuda.

-Muchas gracias por salvarme.- Dice la chica con una voz tan dulce y quebradiza mientras levanta la cara y noto que es aquella chica con la que choqué el primer día de escuela.- Me llamo Sara.

-Alejandro, mucho gusto.- Le tiendo la mano, pero ella decide abrazarme, cuando me suelta le presento a mis amigos.- Ellos son Eduardo y Miguel.

Y ella va a abrazarlos también a los 2, para ser sinceros, cuando no está gritándote o fulminándote con la mirada llega a ser una chica muy tierna y agradable.

Los 5 nos sentamos en suelo sin decir nada cuando Miguel decide romper el silencio.

-¿Cómo terminaron así?

Bienvenido a mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora