Celos

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Regulus iba a morir de envidia, frente a él en el sillón de la sala un muy cómodo Severus leía un libro en brazos de su hermano, ya que el mayor parecía tener una extraña costumbre de usar al chico como peluche mientras veía televisión, por eso ambos estaban semiacostados allí como si fuera lo más normal del mundo, el colmo que saco de sus casillas al ojiplata fue cuando el Sirius sumergió su nariz entre los cabellos del menor para absorber su aroma con devoción.

"¿Por qué ellos pueden estar así de melosos y yo tengo que estar a un metro de distancia de James?" pensó enojado.

- Hey ustedes dos acomódense para que yo también me pueda sentar- se quejo quitando a Severus de brazos de su hermano para tirarlo a un lado del sillón y colocarse él en medio de ambos.

- ¿Qué te pasa Regulus?- protesto molesto Sirius- Tú nunca ves televisión.

- Pues te jodes porque en este preciso momento quiero ver toda la saga del señor de los anillos- respondió el ojiplata de mal humor.

"¿Será que está celoso de que yo este cerca de Sev?" pensó preocupado el ojiazul.

Severus no opinó nada pero realmente sintió la falta del calor de los brazos de Sirius rodeándolo, eso le hizo recordar de nuevo una de sus tantas charlas en Francia.

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- Enserio ¿Por qué estas aquí?- le preguntó una tarde Severus mientras lo veía trabajar en un plano.

- Tengo que responderte de nuevo- el ojiazul suspiro- tengo que cuidarte, quiero cuidarte.

- ¿Por qué?- el ojinegro no lo entendía ¿Por qué Sirius quería quedarse al lado de alguien como él?- también prometiste cuidar a James y a Harry, podías quedarte con ellos ¿Por qué no lo hiciste?

- James tiene a Harry, Harry tiene a James...

"Es porque yo estoy solo" dedujo el menor sin necesidad de que el otro se lo dijera.

- Ya veo- contesto sentándose también en el sillón en el que Sirius hacia su trabajo.

El ojiazul dejo su diseño sobre el centro de mesa y se arrecosto sobre el pelinegro.

- Si estamos juntos, no existe la soledad- murmuro tomándolo de la mano-, simplemente no pienses en eso Severus y déjame estar a tu lado.

El menor no respondió, aunque jamás lo admitiría la presencia de Sirius era su balsa en el mar de la desesperación.

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Severus al recordar aquella vez se sonrojo, ya que el darse cuenta lo necesario que se volvió Sirius para él le daba un poco de vergüenza.
Sin embargo Sirius al verlo sonrojado se sintió triste pensando que estaba así por estar junto a Regulus, el cual por algún motivo había hecho una escena de celos.

Regulus por su parte con los brazos cruzados en medio de los dos se quejaba mentalmente de su injusta abstinencia sexual.

Con él síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora