No puedo más

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James se sentía como una completa basura, Sirius no había salido de su habitación en días y solo comía lo poco que le dejaban en una bandeja frente a su puerta.

Quería ir y decirle la verdad pero no tenía el coraje suficiente, no solo era el hecho de que su amigo supiera de su relación con Regulus, era que al hacerlo eso volvería todo real, aunque sabía que era una tontería sentía que era como revelarle al mundo que se había olvidado de su esposa y eso el no podía hacerlo, el en su interior jamás podría dejar de amar a Lily.

- Pero también amo a Reg- pensó afligido en voz alta.

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Severus observaba su cajita con tristeza, quería ir y decirle a Sirius que nada era verdad, que él ya no sentía nada por Regulus, que lo extrañaba y quería aliviar sus pesadillas por las noches, que deseaba que lo abrazara como lo había hecho esos últimos tres años.

- Me siento solo- murmuró cerrando la cajita de música- sin ti me siento solo.
Escucho de repente que tocaron su puerta y sin mucho animo fue a abrirla, para su gran sorpresa quien encontró tras esta fue a Sirius.

- Sirius...- el ojinegro no lo podía creer.

- Sev... hola- saludo desviando la mirada- yo solo quería... solo quería...
El menor se lo abrazo sin poder contenerse.

- Te necesito- susurro Severus absorbiendo el tranquilizador aroma del mayor.

- Maldición... yo no puedo más...- el ojiazul tomo el rostro del menor y unió sus labios con lo de este.

Severus estaba en shock, ese era su primer beso, algo dentro de su mente le dijo que empujara al otro y se alejara, pero en lugar de eso sus labios se entreabrieron recibiendo la lengua que pedía permiso para explorar a profundidad.

Sirius de repente rompió el beso y su mirada se llenó de arrepentimiento.

- Lo siento tú y mi hermano... yo no debí...- el hombre frustrado salio rápidamente de aquella habitación.

- ¿Qué....? ¿Qué acaba de pasar?- luego de algunos minutos pudo finalmente reaccionar el ojinegro, se llevo la mano a los labios y se sonrojo, aun la calidez del mayor estaba impregnado en ellos.

Con él síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora