Me dirigí junto a Amity al despacho del director. Noté como Amity se tensaba cada vez más en el camino y su cara se volvía más seria y neutral. Me asustaba que volviese a ser mala conmigo. Por suerte me equivocaba.
No me esperaba para nada que al llegar, me encontrase con ella.
Porque una chica con un gorro y unos mechones sueltos, además de su chaqueta verde y su camiseta de rayas moradas, me estaba mirando con una sonrisa.
– Hola renacuaja, ¿en qué lío te has metido ahora?– Lucía Noceda. Mi hermana mayor, por ese entonces, de dieciséis años, estaba sentada en unas de las sillas del despacho del director. Por su tono deducí que estaba feliz de verme. Ella siempre lo estaba.
– ¡Lucía!– No podía decir cuanto la amaba. No nos veíamos siempre porque estaba con nuestro padre. Pero cuando venía, no se separaba de mí, e incluso se metía en alguna que otra pelea cuando se metían conmigo. Eso si, se la jugaba mucho con gente mala. Y llegaba de largas peleas muy dañada. Pero por muy dañada que viniese, siempre tenía tiempo para contarme sus historias en la gran ciudad, con sus amigos en el instituto y como me echaba de menos allí.
– Señorita Amity Blight.– Una voz grave proveniente de el padre de Amity resonó por la habitación. El señor me cayó mal desde que la habló así. Amity no le levantó la mirada. Y de la nada el señor le asentó un bofetón a Amity.
– ¡EH!– El señor Blight me miró sorprendido.– ¡No la toques!– Si Lucía no me hubiese contenido, me hubiese tirado al tipo ese y le hubiese quitado esa perilla cutre a puñetazos.
– ¿Ya tienes novia? Pensaba que esperarías un poco más, pillina.– Me susurró. Sentí como un rubor se subió a mis mejillas, y no sabía por qué. Amity no me gustaba.
– ¡Cállate! ¡Ella no es mi novia!– Le susurré-grité de vuelta. Creo que solo ella me escuchó, porque el padre de Amity estaba ocupado con el director, diciendo sandeces sobre lo maleducada que era por haberle gritado, y que era una autoridad y que bla bla bla. En cuanto a Amity, se veía rota. Y yo quería abrazarla para que se tranquilice. No merecía que la pegasen por que si, y si lo volviesen a hacer, mataría al que lo hicisese.
– Señores Blight, señorita Noceda.– El director pronunció palabra.– Los he convocado porque los señores Blight acusan de mala influencia a Luz sobre Amity.
– ¿Qué vosotros qué?– Eso no. Tras las palabras de Bump, Lucía apretó los puños, esa era señal de que se estaba cabreando. Y no quería eso.
– Cría, ¿dónde está tu madre?– Ahora tuvo el turno de palabra la señora Blight.– Señor Bump, no quiero que una puberta tome decisiones sobre esto.
– Mire, vieja choc– Antes de que terminase, le tapé la boca a Lucía y la miré suplicante. Sabía que si ella se descontrolaba, todo iba a acabar mal. Me miró de vuelta de forma enfadada, hasta que vió que era yo. Entonces se tranquilizó. Y me dijo en bajito,– Esto lo hago por ti y por tu novia, tenlo claro.
– Bien. Los señores Blight han demandado decadencia en el rendimiento de Amity. Justo desde el primer contacto directo con Luz. Como comprenderán, una familia como los Blight, tienen prioridad. Solo convocaba esta reunión para declarar que Luz no se podrá acercar a Amity bajo ninguna circunstancia. Se pueden retirar. Y me aseguraré de que Luz no se acerque, señores Blight.– Los señores, visiblemente satisfechos, se retiraron, arrastrando a Amity en el camino. Antes de que se fueran escuché un 'Eres la desgracia de la familia, niñata.'
– ¡PERO-! ¡SEÑOR BUMP, ¿VA A DEJAR QUE ESTO PASE ASÍ COMO SI NADA?!– Lucía gritó. Y a mí me hervía la sangre. No podía ser que dejase que eso pasase como si nada.
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Undercover [Lumity] [Mafia + Omegaverse AU]
Ficción GeneralEn el mundo bajo, donde todos los despreciables de la sociedad están, Luz tiene su negocio. Todo ha ido bien, hasta que un extraño dolor la abarca y comienza a recordar muchas cosas. Y también recordó a Amity. Todo, todo de ella. Su sonrisa, sus ojo...