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- Camz, tengo que decirte algo - dijo frente a ella.

Ganó instantáneamente la atención de la castaña que recién acababa de escribir otro fragmento de la canción sobre la pared lujosa de aquella joyería.

- Qué ocurre? - preguntó inclinando su cabeza hacia un lado.

La chica frente a ella no dejaba salir sus palabras.

- Camz? - mencionó.

- Mhmm? - murmuró Camila.

Las sirenas sonaron afuera del lugar, interrumpiendo a la pelinegra.

- Mierda - murmuró antes de tomar la mano de Camila y salir de aquella joyería.

Salieron por la puerta trasera, subiendo de prisa en su automóvil.

- Mierda - maldijo Lauren al intentar varias veces que el automóvil encendiera.

- No puede ser - dijo atemorizada Camila.

- Vamos, hay que irnos - dijo antes de que bajaran del averiado automóvil.

Corrieron a toda prisa, llegando a aquella colina que se encontraba como costa.

Las sirenas oídas a lo lejos tras ellas, pisaban sus nervios al cien por ciento.

- Hay que saltar, Camila - dijo al ser la única opción.

- No, no. No, por favor - rechazó muy atemorizada.

Sintió el mismo miedo que tuvo a los diecisiete años al saltar directo hacia aquel mar desde la misma colina. Había olvidado la razón por la que había tomado el riesgo.

- Tengo miedo, Lo - confesó finalmente.

- No lo tengas, ya lo venciste una vez. Justo aquí - dijo con esperanzas la ojiverde.

La mente de Camila se revolvió en ese instante y las sirenas se escucharon aún más cerca detrás de ellas dos.

- Recuerdame porqué lo haría - pidió, mirando hacia los magníficos ojos de su amiga.

Lauren no lo dudó dos veces.

- Porque iré contigo, tonta - susurró, uniendo sus labios con los de Camila por primera vez.

Bajó ambas manos de las mejillas de la castaña, entrelazando una de ellas con la de Camila al saltar, escapando así a su lado.

IRÉ CONTIGO (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora