IRÉ CONTIGO (Camren)

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- Lauren! - gritaba por ayuda la pequeña castaña - Lauren, por favor! - gritó ahora en un hilo de voz.

La niña sólo llevaba pocos minutos allí pero ya limpiaba la humedad en sus mejillas con la manga de su suéter rojo ahora rasgado.

De pronto, se oyeron pasos acelerados desde la entrada de la oscura cueva.

- Camila?! - exclamó preocupada.

- Lauren, aquí! - llamó su atención en medio de lágrimas.

Sin dudarlo, esta corrió directo hacia Camila.

- Dios, Camz - dijo al ver el tobillo de su amiga atrapada entre las ásperas rocas.

- Duele - gruñó de dolor al tratar de zafarse.

- Tranquila - dijo mientras separaba con fuerza el par de rocas.

- Tengo miedo, Lauren - dijo ante la oscuridad del sitio.

De prisa, la niña delante de ella sacó su linterna, iluminando un poco el lugar.

- No tengas miedo, estoy aquí - dijo con una sonrisa antes de analizar el tobillo de Camila.

Camila relajó ligeramente sus hombros pero gruñó ante el tacto de Lauren.

- Ouch - se quejó mordiendo su labio inferior.

- Parece que ya no nadarás conmigo - comentó mirando hacia sus ojos.

- Qué? - preguntó muy triste al haber escuchado eso.

- Está roto, Camz - dijo encogiéndose de hombros.

Pronto el rostro de Camila fue marcado por una triste decepción al pensar en que no podría nadar en días junto a Lauren.

- Hey - Lauren levantó delicadamente la barbilla de su amiga - Pasaré contigo todos los días, de acuerdo? - dijo dándole una suave sonrisa.

- Sí - el rostro de la pequeña castaña se iluminó, dando una sonrisa de vuelta.

- Ahora, vamos. Todo estará bien - dijo ayudándola a ponerse de pie.

Camila posó su brazo por el hombro de su amiga, saliendo ambas con cautela de aquella cueva.

- Lauren? - mencionó Camila mientras sonreía.

- Mmhm? - murmuró curiosa Lauren.

- Eres la mejor - confesó en tono dulce.

Lauren sonrió suavemente al igual que Camila. Ambas niñas se sentían únicas al tenerse de compañía.