Capítulo diecisiete

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Se habían acostado en la cama para ver una película antes de dormir.

- Ayer dijiste que V te debía muchas. ¿Por qué?.-
- Porque cuando éramos adolescentes le salvé el trasero muchas veces.- Se rió.
- Cómo cuando discutió con nuestros padre y se fue a Paris sin decirle a nadie. Yo tuve que decirle a nuestros padres que se había ido una semana con sus amigas a la casa del lago. O cuando estaba con un novio desnuda en su habitación y nuestros padres llegaron a la casa.-
- Verónica me debe la vida.- Se rió.

- Estaba pensando en algo.- Dijo Jughead mientras quitaba su brazo del hombro de Betty.
- ¿En qué?.- Ubicó su cabeza en el pecho del chico.
- Tu rompiste conmigo, así que supongo que ya no somos novios.-
- ¿No?.-
- No.-
- Yo daba por hecho que sí.-
- Tú rompiste conmigo.- Le frunció el ceño.
- Sí, por un par de horas.-
- Ya que fuiste tú quién terminó debes ser tú quién me pida volver.-
- Jughead, no empieces.- Se rió.
- Debes hacerlo.- Se cruzó de brazos.
- Ni siquiera lo hicimos la primera vez, fue como un acuerdo tácito, de la misma forma en que será ahora. Ni tú ni yo lo preguntamos, pero lo asumimos.- Acarició la mejilla de ella.
- ¿Por qué me convences tan fácil?.-
- Porque eres fácil, Jug.-
- No soy fácil, soy simple.-
- Solo estás intentando que suene más lindo.- Se rió.
- Soy escritor, que las cosas suenen bien es mi naturaleza.-
- Hablando de eso... sigo esperando que me pases ese libro de poesía que escribiste, prometiste que me lo pasarías para leerlo.-
- Me da un poco de vergüenza.- Se sonrojó.
- Lo entiendo, no quiero presionarte. Solo te hago saber que lo recuerdo y que lo espero.-
- Si mañana almorzamos juntos te lo paso.-
- Sí, pero con Millie.-
- Ahora sí que estoy seguro que quieres más a mi hija que a mi.-
- No la quiero más que a ti, son cariños distintos. No puedes comparar el amor que siento por ti que el amor que siento por ella. Son completamente distintos.-
- A Millie la quiero cuidar, la quiero abrazar, dormir con ella, contarle cuentos, jugar con ella y hacer muchas cosas más. Estoy enamorada de ella, pero no de la misma forma que lo estoy de ti.-
- Sé que siempre te lo digo, pero la has criado muy bien. Estoy muy orgullosa.-
- Gracias, pero no lo he hecho solo. Te prometo que sin mi familia no hubiese podido.-
- Cuando la mujer me entregó a Millie ella sólo tenía horas de nacida y yo no sabía hacer absolutamente nada, tenía pánico cada vez que lloraba porque no sabía que era lo que ella quería. Con el tiempo y mucha ayuda fui aprendiendo.
Desde que quién la dio a luz me dijo que la daría en adopción tomé la decisión de quedármela, la quise desde el momento en que me enteré que sería padre.-
- ¿La chica jamás pensó en abortar?.-
- No, dijo que no era tan valiente. Sin embargo, fue capaz de abandonarla. Cómo sea, no es el punto, lo importante aquí es que solo mo hubiese podido, mis padres, Verónica y María me han ayudado mucho.-
- Millie pasó su primer mes de vida en la consulta de su pediatra.- Se rió.
- ¿Cada vez que lloraba la llevabas?.-
- Sí, mamá me decía que tenía sueño, hambre o el pañal sucio, pero yo pensaba que estaba enferma. Millie tiene pulmones fuertes y gritaba mucho.-
- ¿Qué fue lo que más te costó?.-
- Despertarme cinco veces por noche a alimentarla. No sé cómo sobreviví un año durmiendo solo 5 horas por noche. Te juro que hubiese agradecido tanto que mis pechos también tuvieran leche.- Se rió.
- ¿Por qué?.- Le preguntó riéndose.
- Porque en las noches tenía que levantarme a hacerle los biberones. En cambio ahí me hubiese sacado el pecho y se lo pondría en la boca para seguir durmiendo.-
- No creo que sea tan sencillo. Piensa que en algún punto los pechos se llenan tanto de leche que es doloroso, o que el conducto se puede tapar y se infectan. Apenas puedo con mis pechos cuando estoy con el periodo, no creo que eso sea muy sencillo.-
- Tampoco yo, pero recuerdo que varias veces vi a mamá despertar con el pecho al aire porque se quemada dormida mientras alimentaba a Verónica.-
- Pero Bueno, Millie ya creció y ahora puedo dormir ocho horas.- La abrazó.
- Duermes más de ocho horas.-
- Depende de que tan a gusto esté. No me gusta dormir solo, así que cuando yo no duermo aquí, o tú no duermes en mi casa, duermo un poco, sólo lo necesario.-
- Cuando duermo con Millie apenas descanso porque me patea toda la noche.- Se rió.
- A mi jamás me ha pateado.-
- Lo sé, y aún intento descifrar porqué.-
- ¿Los pechos duelen cuando están con el periodo?.-
- Se ponen más sensibles, un roce y duele demasiado.-

- Cuando terminé mi anterior relación dije que no querría nada con nadie durante al menos un par de años. No quería pasar por el proceso de conocer a alguien, dar todo y que al final resultara ser un patán. ¿Qué hiciste para revertir eso en menos de un año?.- Se acomodó para se tarde sobre las piernas de él y mirarlo a los ojos.
- Es que soy muy encantador e irresistible.-
- Sí, pero no fue eso.- Se rió.
- Es que fue imposible porque caí rendida mucho antes de lo que pensamos. ¿Me hiciste un amarre?. ¿Me diste agua de algo?.-
- No necesito brujerías. Solo fui yo mismo, sigo siendo yo mismo.-
- Aunque yo podría preguntarte lo mismo a ti. ¿Me hiciste algo?.-
- Sí, me hice tu amiga porque me gustabas, y bueno, las cosas se dieron.-
- Millie fue mi amarre.- Dijo ella mientras se reía.
- ¿Yo te amarré con ella o tú a mi?.-
- Ambas.-
- Tiene sentido.-
- ¿Qué hora es?.- Preguntó ella.
- Media noche.- Estirándose para tomar su celular.
- ¿Todo bien?.- Preguntó al ver que él estaba llamando a Verónica.
- Sí, es solo que no me ha dicho nada.-
- No me contesta.-
- Deja que llamo a Archie.-

- Oh, ok, que tengan una buena noche, Arch.- Betty se reía.
- ¿Qué sucede?.-
- Millie los hizo hacer una pijamada y Verónica está durmiendo en el sofá. Archie y  Millie están viendo una película.- Se rió.
- Tiene sentido.- La abrazó para acomodarse a dormir.
- Jug, si me aprietas tanto no voy a poder respirar.-
- Oh, lo siento.-
- Olvidé decirte que la próxima semana hay una actividad de navidad en la escuela de Millie, la maestra de ella cree sería importante para Millie que fueras, y yo también lo creo.-
- Bien, me avisas la hora en que pasarán por mí.-

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