Capítulo cuatro

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Un mes después...

Millie seguía yendo a la consulta junto a su papá un par de veces a la semana. Ya se acercaba su cumpleaños y ella había insistido en invitar a Betty.

- Papi, yo quiero que Betty venga.- Se cruzó de brazos.
- No sé si eso sea posible, hija.- La tomó en sus brazos.
- Pero yo quiero.- Frunció el ceño.
- Lo podríamos intentar, pero tú debes entregarle la invitación.-
- Sí, papi.-

🔜🔜🔜

- Hola, Betty.- Sonrió Mills parada frente a la psicóloga.
- Hola, Mills.- Betty se agachó al lado de ella.
- Quería venir a entregar algo.- Sonrió.
- Ya, papi. Sácalas de la mochila.- Pidió mirando a Jughead.
- Oh, lo siento, lo había olvidado.- Se rió.
- Toma.-
- Gracias, papi.- Se inclinó para besar la mejilla de él pero no lo alcanzó así que Jughead agachó su cabeza un poco.
- En estos días.- Mostró tres dedos con su mano.
- Va ser mi fiesta porque tendré estos años.- Mostró Cinco dedos.
- Ten.- Le extendió dos tarjetas.
- Una es para Archie y la otra para ti.- Sonrió.
- Millie quiere que tú y Archie asistan a su fiesta de cumpleaños.- Dijo Jughead.
- Yo...-
- Di que sí, si tú no vas estaré muy triste.- Hizo un puchero.
- Está bien. No puedo decirle que no a esta carita.- La abrazó.
- Ahí sale la dirección y la hora.- Jughead señaló la invitación.

🔜🔜🔜

-¡Betty!.- Gritó alegre la pequeña.
- Hola, Mills. Feliz cumpleaños.- La abrazó.
- ¡Archie!.- Gritó el pelirrojo.
- ¿Qué haces?.- Betty lo miró mal.
- Intentaba llamar la atención de Millie.-
- Feliz cumpleaños, pequeña.- Archie le sonrió.
- Gracias.- Sonrió mostrando sus dientecitos.
- Hola, guapo.- Verónica se acercó junto a Jughead.
- ¡Auch!.- Se quejó cuando Jughead la golpeó con el codo.
- Hola.- Saludaron Betty y Jughead al mismo tiempo.
- Hola, B.-
- Hola, Betty. Hola, Arch.- Saludó Jughead.
- Te trajimos un regalo, pero debes abrirlo cuando todos se vayan. ¿Crees que podrás hacerlo?.-
- Sípi, Betty.-
- ¿Archie, me acompañas por algo de beber?.- Verónica le guiñó un ojo.
- Sí, claro.-

- Betty, ven. Quiero mostrarte mis juegos del patio.- Le extendió la mano y Betty la tomó.
- Gracias, hija. Yo también quiero ir.- Frunció el ceño.
- Vamos, papi.- Le extendió su otra mano.

Betty había pasado mucho tiempo junto a Millie y otros niños jugando, lo cierto es que ambas lo estaban pasando do muy bien.
Después de un rato de estar junto a ellas, Jughead se había aburrido y se dirigió a conversar con sus familiares o padres de los otros niños.

- Mi pequeño.- María se acercó a Jughead.
- No lo digas en voz alta aquí.- Pidió en un susurro.
- ¿La rubia que ha estado jugando con Millie es Betty?.-
- Sí.-
- Me agrada, es buena chica.-
- No la conoces.-
- No lo hago, pero mi intuición me dice que es buena.-  Dijo y Jughead se encogió de hombros para dirigir su vista hacia las chicas.
- Pero que veo aquí.- María se rió.
- ¿Qué cosa?.-
-  Betty es muy linda.- Miró de reojo a Betty.
- No andarás de casamentera.- Se rió.
- ¿Quién sabe?. Ella me agrada, Millie la quiere y ella quiere a Millie.-
- Deberías invitarla a cenar.-
- Ya lo hemos hecho.-
- Me refería a que deberían hacerlo solos .-
- ¿Te refieres a una cita?.- María asintió con la cabeza.
- Ya perdiste la cabeza. Es imposible, ella es mi psicóloga, es poco ético.-
- Jughead, se supone que los políticos debiesen tener ética y claramente no.-

🔜🔜🔜

- ¿Qué deseaste, Mills?.- Preguntó Betty.
- Que tú y papi fueran más amigos, que el abuelo despierte de su siestecita para que me de un abrazo y, que papi vuelva a caminar para que juguemos más juntos.- Sonrió.
- Oh...- Dijo Verónica en un murmullo triste.

Jughead sólo miró a su hija con los ojos cristalizados, Archie abrazó a Verónica cuando ella comenzó a llorar y Betty se agachó a la altura de Millie para hablar con ella.

- Todos tus deseos se harán realidad, pequeña. Tu papi y yo ya somos amigos, tu abuelito va a despertar es solo que él sigue muy cansado, pero cuando lo haga te dará un gran abrazo de oso, y tu papi pronto volverá a caminar, lo prometo, yo me haré cargo de eso. ¿Cierto, Jug?.- Betty alzó su cabeza para ver a Jughead lagrimear.
- Sí, Betty tiene razón, todos tus deseos se cumplirán. ¿Ahora podrías venir a darle un abrazo y un beso a papi?.-
- Sípi.-
-Te amo, eres lo mejor que me ha pasado. No quiero que jamás olvides eso, Millie.- La abrazó fuerte.
- Papi, me asfixias.- Se quejó.
- ¿Tía Ronnie, puedes tomarme una foto junto a papi y Betty?.- Pidió La Niña.
- Sí, mi amor.- Verónica sonrió limpiándose las lágrimas.

Sin que nadie se lo dijera, Millie se había trepado a los brazos de Betty para la fotografía.

- Papi, acércate a Betty.- Pidió Millie.

Jughead y Betty sonrieron un poco incómodos, pero hicieron lo que la pequeña quería.

- ¿Betty, pueden quedarse hasta que todos se vayan para abrir mi regalo?.- Pidió Millie.
- Sí, creo que Archie no tiene problemas.- Buscó con la mirada a Archie pero no lo encontró.

🔜🔜🔜

- ¿Qué es?.- Preguntó al meter su mano en el regalo.
- ¡Mira, papi. Más lápices para colorear!.- Gritó feliz.
- ¿Y esto qué es?.- Preguntó sin entender.
- Esto es un libro con muchos cuentos, para que papi te lea uno antes de dormir.-
- ¿Podrías leerme uno tú hoy, Betty?.- Pidió La Niña.
- Por favor.- Juntó sus manos.
-Si a Jughead no le molesta.- Betty levantó su vista.
- No hay problemas, pero primero debes darte una ducha.- Jughead miró a Millie.
- Iré a preguntarle a María si puede ayudarme.- Se fue corriendo.
- Yo iré a mostrarle algo de mi habitación a Archie.-
- Te recuerdo que ya no es tu habitación, tú te fuiste de esta casa, Verónica.-
- D erodes formas sigue siendo mi cuarto. Vamos, Archie.-

Pasaron unos minutos incómodos en los que ninguno habló, sólo se escuchaba el sonido del respirar de cada uno.

- Gracias por venir.- Dijo él.
- Gracias por invitarme.- Le sonrió.
- ¿Quieres algo para beber?.-
- ¿Tienes café?.-
- Mi vida no seria nada sin eso.- Sonrió.
- Ven, sígueme. Vamos a la cocina.-

- ¿Estás son obras de Millie?.- Dijo mirando los dibujos pegados en el refrigerador.
- Sí. Siempre dibuja.-
- ¿Es mi idea o Ella se parece a mí?.- Dijo señalando un dibujo.
- No es tu idea, eres tú.- Jughead se rió.
- Se supone que están jugando. Aunque aún no sé qué significan las X y las O.- Dijo sirviendo el café.
- Jughead, las X son besos y las O son abrazos.- Dijo obvia.
- Eso aclara muchas cosas.- Dijo riéndose y extendiéndole una taza.
- Toma asiento.- Dijo señalando un comedor en la cocina.-
- Yo sacaré unas galletas.-
- Jughead, no quiero incomodarte, pero quiero ayudarte en lo que dijo Millie después de apagar las velas.-
- Está bien, tengo que empezar la rehabilitación, no había entendido cuanto le afectaba a Millie.-
- No quiero decir te lo dije, pero lo hice.-
- Sí, debí escucharte antes.- Se rió.
- ¿Te molesta si te acompaño?. Soy tu psicóloga y debo apoyarte en estas cosas.-
- Te lo agradecería mucho.-
- Después que termines la terapia podríamos ser amigos, cómo Millie quiere.- Le acarició el brazo.
- Suena bien.- Se rió.
- Ya estoy lista, Betty.- Dijo entrando a la cocina junto a María.

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