El ángel del apartamento de enfrente

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De: Takito

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De: Takito

Para: Melody_Caulfield

—¡Eres un inútil! —Mi jefe del combini me golpea la cabeza con su periódico y hace alborotar mi flequillo verde. —¡Te faltan 1000 yenes en la caja! ¡Has dado mal el cambio otra vez, Midoriya! ¡Eso va salir de tu sueldo! —Yo solo asiento y doy una reverencia de disculpas.

¡Ah! De nuevo soy un fracaso.

La jornada acaba y me arrastro a casa con el uniforme de cajero, vivo en un condominio al que todos los inquilinos llamamos la colmena por los cuartos pequeños y pegados. Subo las viejas escaleras de concreto y paso por un pasillo con la pintura resquebrajada y con una barandilla oxidada hasta mi puerta con el número 210.

Al entrar me tropiezo con un par de zapatos. No hay luz. La han cortado. Saco un encendedor y la habitación se ilumina. Mi novio sobre un futón está inyectándose esa porquería otra vez.

—¿S-shigaraki, no pagaste la luz de nuevo? —digo con una voz temerosa.

—¡Y porque tengo que pagarla! ¡Yo no tengo dinero!

—¿Y con que pagaste tu heroína? —cuestiono en voz bajita, no quiero que se moleste.

Pero lo inevitable llega, sus ojos rojos me miran furiosos, se levanta y su cabello blanco se alborota con el movimiento. Me empuja contra la puerta, me azota tres veces, me abofetea y me besa con el éxtasis de las drogas en sus venas. Me tira al futón, abre mi camisa, baja a medias mis pantalones y comienza sus embestidas.

Al acabar me deja en el futón boca abajo, desnudo frente a la puerta abierta del balcón. Mis ojos acuosos de color verde observan el departamento de enfrente, un balcón abierto que parece un cuadro oscuro. El viento enfría la humedad de mi cuerpo en especial el semen en mis ingles. Quiero llorar. Quisiera morirme. Mi vida da asco, yo soy un asco y...

La luz se enciende.

En el apartamento de enfrente, justo en el marco del balcón, aparece un hombre. Es rubio y su cabello es filoso, su perfil es apuesto, lleva una chaqueta verde de la universidad de Tokyo que cae de sus hombros mostrando sus brazos trabajados. De pronto mis ojos verdes y opacos se iluminan, me siento como si estuviera en un bosque oscuro y una luciérnaga volará hacia a mi y se metiera en mis iris.

Es un ángel.

Unas semanas han pasado. El trabajo ha sido igual pero algo está creciendo en mis entrañas. Cada vez que llego a casa me desplomo en mi futón y observo la luz de su habitación, el chico rubio ha puesto una cama occidental y siempre que llega de la universidad se cambia frente a mi, tal vez piensa que nadie vive frente a él, aun no puedo pagar la electricidad porque mi novio me roba dinero y sale a drogarse. Así es mejor, puedo ver a mi ángel cada noche. Miro como lee en la cama, a menudo cena ramen, a veces imagino probar sus labios húmedos con sabor a picante y oír ese ruido absorbente y sugerente que hace con los fideos. Luego se mueve de aquí allá repasando en voz alta sus lecciones con un libro en mano. Lo he llamado Kacchan. Me gustaría ser su compañero de facultad lastima que soy un huérfano que solo terminó la secundaria. Algo que me parece desafortunado es que desde aquí no alcanzo a notar el color de sus ojos. Quiero verlo de cerca.

ᴍᴇʀʀʏ xᴍᴀsʜ! | ᴏɴᴇsʜᴏᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora