ᴍᴇʀʀʏ xᴍᴀsʜ! | ᴏɴᴇsʜᴏᴛs

Un pequeño presente para mi profesor

De: Takito

Para: MariianGonzalez7

Los pasos se oían apresurados en el pasillo, su corbata mal hecha rebotaba en su pecho y los rizos de su cabello verde se alborotaban. El torpe profesor Izuku Midoriya iba tarde a su clase por culpa del tráfico, su corbata roja mal hecha se desanudo por su carrera veloz y tuvo que agarrarla de la mano mientras apurado pensaba en sus estudiantes de noveno semestre que lo esperaban en sus pupitres.

—¿Katsuki? —sus zapatos chillaron al detenerse abruptamente.

Su mejor estudiante lo esperaba en el pasillo frente a la puerta cerrada del salón. Midoriya se acercó inocentemente con libros bajo el brazo solo para ser poseído por sus ásperas manos que tomaron su rostro y lo guiaron a sus labios de fuego que derretían su interior.

—¡Katsuki! Aquí no —dijo echándose para atrás y limpió la humedad dejada en su boca —¡Si alguien nos pilla besándonos...

—No exageres Deku, ya no hay nadie en el pasillo recuerde que la campana ya sonó —se burló Katsuki quien vestía de negro.

—No me llames así en la facultad —regañó el tímido profesor —Llevar una relación con un alumno no es ético. Al contrario de ti que todo tomas a la ligera si quiero conservar mi empleo debo ser serio en este asunto.

El profesor Midoriya notó una sonrisa descarada en su alumno. Al rubio le rondaban jovencitas hermosas como abejas, era de esos chicos con sex appeal y una mirada cínica. ¿Qué respeto tendría por un treinton como él? Hace dos semestre salía con él y Midoriya se preguntaba la razón de su estudiante de veintiuno por tener esta relación. Quizás debía ser divertido meterse con su profesor.

"Me gusta Midoriya sensei, salga conmigo".

Así fue su confesión. Midoriya lo rechazó de inmediato pero insistió tanto que terminó saliendo a tomar café creyendo que lo dejaría en paz al ver que era un hombre aburrido y que aún no sabía ponerse bien la corbata.

—El único que no es serio es usted, Midoriya sensei, mire que desaliñado viene a trabajar —Katsuki criticó.

Enseguida el estudiante de último semestre le quitó la corbata roja de las manos, la colocó en el cuello de su profesor y le hizo el nudo. El profesor admiró sus dedos delicados como de artista y se sonrojó al sentir la calidez de esas manos en su cuello que lo tocaba de manera obscena por las noches. Se dijo que si tan solo Katsuki fuera serio y lo amara como él. Terminó de reaccionar cuando el nudo presionó su manzana de adán.

—No actúes tan cómodo conmigo —señaló al salir de su burbuja romántica y le dio un manotazo para que alejara sus manos de su cuerpo —Debemos respetar las distancias. No vuelvas a besarme en el pasillo ¡Es mi empleo el que está en juego!

—Gracias mi amor por hacerme la corbata porque soy un idiota y no aprendí anudarla eso hubiera sido mejor de escuchar —dijo sarcástico y su expresión pareció darle igual el regaño —¡Ve! Usted no es serio, sensei.