Un viaje largísimo hacia una fiesta navideña

1.1K 186 82
                                    

De: Takito

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De: Takito.

Para: elenikki

Midoriya tuvo que mirar dos veces el contenido de la carta entre sus manos. La señorita Yaoyorozu o mejor conocida como la heroína Creati daría una fiesta navideña en una lujosa cabaña en Okinawa. La reunión era para los exalumnos de la clase 1-A. Midoriya suspiró con cierta incomodidad y mordió su labio.

La elegante invitación venía con la dirección de la ruta en la carretera y unas llaves de un auto que la millonaria chica había cedido para que sus compañeros se trasladasen al lugar, la única condición era compartir el auto con otro ex alumno y Midoriya arrugó el ceño.

—Bakugou Katsuki —leyó casi cinco veces ese nombre intentando cambiarlo por otro, Todoroki, Iida o hasta Mineta, cualquiera menos él. Se desparramó en el sofá sabiendo que horadar la tipografía negra con la mirada no borraría su nombre.

Bakugou era su ex.

Después de convertirse en héroes profesionales a los dieciocho años fueron novios y su relación fue tormentosa. Peleaban por casi todo y siempre se morían de celos y en lugar de solucionar el problema hablando se acostaban y pensaban que todo mejoraría pero no fue así, su relación terminó después de dos años una mañana del veinticinco arrojándose los regalos de navidad.

"Vete al carajo, Deku"

"¡No, vete tú al carajo, Kacchan"

Habían pasado dos años de eso y no se volvieron a hablar y aunque se toparan en el trabajo nunca estaban solos para conversar hasta ahora. Convivir con su ex por casi seis horas sería un dolor en el trasero.

—¿Este es el auto que nos dejo Yaoyorozu? —preguntó Midoriya al ver un valiant del 66 color naranja.

—Es una mierda. ¡Dame las llaves! —exigió el rubio con un rostro amargoso.

—No.

—¿Qué dijiste?

—¿Por que tienes que manejar tú? ¿Cuando lo decidimos? —rezongó Midoriya —Siempre quieres el control.

—Lo decidimos cuando no obtuviste tu licencia de conducir por ponerte nervioso al volante.

Midoriya hizo un puchero.

—Volví hacer el examen el año pasado. Ahora ya tengo una —dijo presumiendo su licencia.

—Cállate y dámelas, inútil.

Midoriya apretó las llaves y Bakugou se abalanzó a pelear por ellas. A pesar de tener veintidós y ser héroes profesionales actuaron como niños peleando por un balón y forcejearon hasta que las llaves cayeron a una alcantarilla cercana. Enseguida Bakugou refunfuñó y con una barra abrió el auto y lo hizo funcionar como un ladrón.

ᴍᴇʀʀʏ xᴍᴀsʜ! | ᴏɴᴇsʜᴏᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora