𝑩𝒍𝒖𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝑮𝒓𝒆𝒚 (𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌)

Paraíso

Park Jimin

París, Francia 2019

El mitómano siempre vuelve a mentir pero esta vez escribirá solo y nada más que la verdad pues le resulta más fácil.

La noche en París se había vuelto fria, Taehyung se había ido a ver a Yoongi y yo no tenía la cara de ir porque vería a Jungkook.

Él me temía y no había peor sensación que esa. Había cortado las alas de mi ángel.

De que servía ahora el estelar si probablemente nunca más vería a Jungkook.

Tú, entendiendo y comprendiendo el amor mientras yo jugaba a la ruleta rusa con mis sentimientos esperando la bala de amor que para tu mala suerte llegó tarde.

No podía verme en el espejo por eso los rompí todo, queria eliminar cada sentimiento de culpa. Ahora ni la satisfacción de tenerlo todo bastaba.

Tú, joven de los ojos color miel y de sonrisa brillante que ilumina los más oscuros rincones de mi ser.

Solo a ti te declaro mi perpetuo amor pero también me condeno a vivir sin ello, condena que quizá nunca apele porque aún soy culpable.

Termine de escribir la carta y la dejé en la mesa, tenía mil cosas en mente que necesitaba que se vayan.

Tome todo el alcohol de la habitación y si se terminaba pedía más al servicio de hotel se había vuelto un ciclo que duró horas hasta ver el sol salir e infiltrarse por la persiana pero que después fue apagado por un tormento había llegado Zeus.

Toda la habitación se había vuelto oscura, yo nadaba en mares de alcohol y la única salvavidas que tenía era el estelar aún faltaba mi último acto y debía ser el mejor.

Me quite la ropa y fui al jacuzzi puse las rosas y me sumergí en él, fueron horas hasta que Taehyung fue mi primer salvavidas.

La segunda fueron las pastillas y ahora debía dar mi mejor espectáculo. Veía en los ojos de todos la admiración que sentían por mi.

«¿Que les gustará?»

Será mi talento, o cuerpo quizá mi belleza o mi fama, creo que mi dinero pero sabía que todos ellos querían algo de mí incluso Jungkook, él quería mi amor y yo no pude dárselo.

«¿Alguien podía ver al verdadero Park Jimin?»

Yo no lo conocía pero quería hacerlo.

Danzaba como una máquina esta vez era sin sentimientos solo mi cerebro actuaba, no había alma, ni corazón mucho menos amor.

Vi sus ojos y me llevaron al cielo por fin conocí su hogar habían más de él pero yo solo quería a uno, Jeon Jungkook.

Conservo aún mi cordura y esta hace que los días no sean tan grises porque es consciente de que nunca perdiste la sonrisa, de que siguen tallados en tu ser eso magníficos sentimientos apesar de lo insensato que fui contigo.

Esta fue las últimas palabras de mi carta ahora si debía enviárselo así que tome el fuego y lo queme.

Las cenizas estaban ahora en mis manos así que sople para verlas ser llevados por el viento hacia quien sabe donde pero que si llegarían a los oídos de mi ángel.

«Mis palabras se las llevan el viento pero él las trasmite a todo el mundo»

Finalmente volví del jardín lleno de las más preciosas flores del mundo.

—Park Jimin, tienes visita—Habló el enfermero y yo le sonreí.

Salí como siempre esperaba ver a mi hermano Taehyung más nunca se me había cruzado por mi oscura mente verlo a él con su sonrisa azul.

Mis lágrimas no esperaron y se hicieron visibles al verlo, aún sin palabras el me abrazó como la primera vez que danzamos en la secundaria.

Era el mismo Jeon Jungkook solo que con más años, sus lindo rulos negros y largos decoraban su hermoso rostro maduro.

Me aferre más a él no quería soltarlo nunca, no queria que se fuera y si solo era un ilusión yo viviría a base de ella.

—No será fácil Jimin—Finalmente habló para romper mi burbuja.

Su voz era tranquila, amorosa y dolorosa.

—Aún deberás quitarte esa máscara— Era igual mi sueño de hace años.

Se acercó a mí y me besó, podía sentir el latir de su corazón a mil por segundos, yo le correspondi mientras guardaba cada recuerdo de él.

Era un demonio besando a un ángel.

—Te esperaré para ver nuestro cielo azul y gris—Al terminar de decir eso sonrió y eso basto para volver a confirmar lo mucho que lo amaba.

Y el saber que estaba dispuesto a esperarme hizo que mi corazón estallará como miles de estrellas nacientes.