Miwa estaba preparado un maravilloso desayuno, tortitas de harina de arroz con agave, nueces, plátano, guacamole, huevo, salchichas y espinacas.
-Es la primera vez que veo que le echan tantas cosas a las tortitas -comentó Natsu mientras trituraba los platanos con las manos, subida a un taburetito.
-Es para que sea un alimento completo, como la leche materna. También para que puedas ser más alta que la rata ponzoñosa de tu hermano -la morena freia las espinacas, vigilando que la pequeña no se cayese del taburete- Luego te peino y te maquillo, para que no seas como Emma, la de neverland.
-¿Quien es Emma? -preguntó con las uñas llenas de platano, preparandose para añadir las nueces a la mezcla.
-Una niña muy lista que unos demonios se la querian comer por su cerebro -después de un rato cocinando, acabaron las tortitas. Olian algo extraño -Toma guapa, llevale unas poquitas a tu rata y las disfrutais juntos.
Mientras Miwa probaba las tortitas, Natsu las miraba con cara de asco. Quería mucho a su hermano, pero ella no se iba a comer eso.
Subió las escaleras dando saltos porque sus piernas no llegaban a subir como las personas normales, y en cuanto llegó a la puerta, la tocó.
*Toc toc*
-...Hinata -Kageyama pateó a Shoyo fuera de la cama para que fuese a abrir.
-Joder... -Se habían pasado toda la noche haciendo trampas en el among us, así que estaban muy cansados.
-Toma, son para Kageyama -dijo la pequeña pelirroja cuando su hermano le abrió la puerta. Le gustaba Kageyama como cuñado, pero no tanto.
-Natsu, ¿que es está bazofia? He estado en baños que olian mejor. Y yo he estado en muchos baños -cogió las tortitas, agradeciendo que en teoría no le hubiesen hecho a él.
-Dios, no... -Kageyama se acabó de despertar por el olor.
-Buen desayuno mi rey -bromeó Shoyo, entregandole la bomba.
Tobio fue al hueco de la ventana, que hizo su hermana borracha aquel día, y tiró las tortitas una a una.
-Las va a ver cuando bajemos -Comentó la niña pequeña.
-Da igual, podría ser mierda perfectamente -Tobio iba a volver a la cama, pero escucharon el timbre de la puerta.
Cuando bajaron, encontraron a dos mujeres hablando con Miwa.
-¿Entonces os quereis llevar a Natsu y Shoyo a Hyōgo? -la joven ofreció tortitas a las señoras, pero estas las rechazaron.
-¿Hyōgo? -el pelirrojo se acopló a la conversación, ya que una de las mujeres que había entrado era su madre- ¡Es allí donde vive Atsumu!
Las dos madres se miraron entre ellas, si, es allí donde vivía Atsumu. Justo esa madrugada, Kinoshita había llamado a su madre explicándole toda la historia.
-Bueno, antes que nada, soy la mamá de Kinoshita -se presentó la madre rubia.
-¿De quién? -habló Tobio, no le sonaba de nada.
-Va con vosotros a voley... -la madre no entendía porque su hijo pasaba tan desapercibido.
-Bueno, al punto -fue con prisa la madre de los pelirrojos- ¡Que os vamos a llevar a ti y a tu hermana a hacer una visita a Atsumu!
La madre mintió de forma descarada, la verdad es que tenía miedo de dejar a sus hijos solos en el distrito con el drama que tenían encima.
Eran las encargadas de distribuir la droga y la habían perdido. La integridad de la família estaba en peligro.
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El Chico De La Máquina Expendedora
RomanceLo que escribo cuando estoy borrache **Actualizaciones si o si entre 2 días y 10 años**