Capitulo 4

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-Aquí estoy Axel-dije tras de el- entonces, ¿nos vamos?- dije con una falsa sonrisa.

-Claro Russo-se levantó de la mesa.

Nos dirigimos hacia el estacionamiento, el iba delante de mí, se detuvo para esperarme y me dedico una cálida y tierna sonrisa.

-Maddie... no quiero verte así, discúlpame por hacer que tuvieras malos recuerdos, no era mi  intención-dijo con mucho remordimiento.

Llegamos hasta donde estaba el auto, este me abrió caballerosamente la puerta del copiloto; fue hasta su asiento, encendió el auto y lo puso en marcha.

-Respecto a lo de ahorita... no te preocupes Axel, lo tengo que superar.- mi sonrisa fue sincera 

-Bueno ya que me dijiste algo muy personal tuyo, me toca a mí- dijo no muy feliz.

Le vi algo de tristeza en la cara y pues le preste mucha atención a lo que decía.

-Bueno, tenía una novia su nombre es Taylor, ella y yo éramos muy unidos; siempre andábamos juntos, sus padres y los míos nos apoyaban un 100%, nos teníamos mucha confianza. Un día ella me dijo que iría al Mall con su mejor amiga, entonces yo decidí salir con Javier, mi mejor amigo, que me dijo que fuéramos a los bolos con unos compañeros, como Taylor saldría con su mejor amiga yo acepte la invitación. El paso por mí a las 6:45 pm y nos dirigimos a "Los Bolos de Greyce"; cuando entre vi a mi novia en las piernas de otro tipo y estaban besándose; cuando vi eso sentí como mi corazón se partía en muchos  pedacitos. Me acerque a ella e hice un ruido, cuando ella se volteo comenzó a decirme lo típico "esto no es lo que parece" "lo puedo explicar" y bla bla bla. Salí de allí lo antes posible, no me importó que pensaran que era un cobarde, mis ojos se llenaron de agua y esa patética imagen no salía de mi mente, me sentía inservible, utilizado, fue pésimo. Estuve así varios meses por eso me fui a Londres un tiempo para olvidarla, porque de solo verla me ponía mal; regrese porque la olvide y me dijeron que ella se había retirado, también me dije a mi mismo que ya era hora de enfrentar la realidad y pues he aquí- me dijo sonriendo.

-Lamento mucho todo lo que paso, y te entiendo, entiendo cómo te sentías me sentí así por meses, el me buscaba, supuestamente arrepentido pero no le hice ningún tipo de caso y pues me jure que no volvería a creer en el amor-dije algo triste.

-Dije lo mismo, pero ya sabes no mandamos en el corazón y quizá me vuelva a enamorar pero será muy difícil, ya acá no tengo amigos y pues...-lo interrumpí en ese momento.

-Claro que tienes amigos Henderson, ya soy tu amiga-dije dedicándole una tierna sonrisa.

-Gracias Russo, eres muy tierna-su sonrisa no era  tan alegre.

Llegamos al cole, y axel estaciono su vehículo.

-Gracias por el buen rato axel-le  plante un beso en la mejilla.

-No agradezcas Russo, espero que sea la primera de muchas-estaba  muy contento.

-Jajaja claro- solte una carcajada.

Nos despedimos aunque teníamos la misma clase. El entro al instituto y yo me quede observando el panorama.

Todavía pensaba en mi pasada relación, comenzaron a surgir preguntas, las mismas preguntas que me surgieron en el momento, ya no me importaba, pero aun me dolía eso, por la culpa de ese imbécil ya no me ilusionaba con eso del amor, ni siquiera sabía que era.

Todos esos buenos momentos vividos, mandados al diablo sabrá Dios porque.

Entre al instituto, fui inmediatamente a mi próxima clase que era "Arte", me gustaba la materia pero el profesor nada que ver.

Adicta a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora