The Chosen One? TOMARRY [TRADUCCIÓN]

Chapter 2: Surprises.

Harry se acurrucó en el delgado colchón que sus tíos le dieron para dormir bajo las escaleras.

Débil por el hambre y la última golpiza de Vernon, Harry apenas podía moverse. También se le abrieron viejas heridas, él simplemente hacía que sus heridas sanaran. Harry no tenía idea de como funcionaba y por qué podía hacerlo, pero no había manera de que le preguntara a sus tíos y ciertamente no se quejaba.

Hizo una mueca cuando sus heridas se cerraron y comenzó a planear la muerte de sus tíos. Era algo que hacía seguido, era su única forma de lidiar con su vida, pero nunca ha hecho nada para lastimar a los Dursley. Nunca podría hacerlo de todas maneras.

Por supuesto, Harry sólo tenía 8 años en ese momento.

Dos años y algunos meses después, Harry bajó felizmente las escaleras.

Hace casi un año descubrió cómo controlar a los Dursley. De primera solo podía hacer cosas pequeñas, como teñir el cabello de su tía a un rosa neón frente a sus vecinos por accidente. Eventualmente había encontrado una manera de controlar aquel poder y descubrió que si quería podía controlarlos por una pequeña cantidad de tiempo. Desde ese entonces practicó más y más hasta que pudo controlarlos permanentemente.

Sin el libre albedrío de sus tíos, Harry pudo tener todo los de los Dursley y más. Su propia habitación, ropa y sus pertenencias. Mientras que Dudley ya no tenía nada y fue forzado a hacer dieta.

Vernon le sonrió a Harry mientras comía su chatarra, y Petunia le servía un perfecto desayuno inglés. Dudley casi llora al ver la fruta que debía comer, sin notar la mirada vidriosa de sus padres; el niño había perdido la mayor parte de su peso y ya no lucía como un ballenato, así que al menos Dudley sacó algo bueno de esa venganza.

Esta estaba funcionando perfectamente hasta que unos extraños llegaron a su puerta y aunque el cambio había sido refrescante, aún le gustaba recordar.

~Flashback~

Un mes antes, Harry se encontraba mirando TV, nada interesante, pero era divertido mirar a Dudley quejándose en una esquina por no ser autorizado a hacer nada. Harry podría haber dejado a su primo en paz para hacer lo que quisiera pues él siempre podía salir cuando quería (sólo sería castigado después). En cambio su primo es forzado a quedarse encerrado pues Vernon siempre lo castigaba sin razón alguna.

El timbre sonó, obligando a Harry a quitar temporalmente los hechizos y a cambiar el canal a algo más apropiado para un niño.

-¿Quién es?- Abrió la puerta y miró a los dos adultos que estaban frente a él.

-¡Harry!- La más baja de los dos extraños habló alarmada; tenía los ojos verdes, notó que eran muy parecidos a los suyos, y un largo cabello rojo. El otro extraño era más alto con cabello y ojos cafés. Se vestían exactamente como el tipo de gente del que tía Petunia se burlaba.

Harry sintió un estremecimiento de reconocimiento, pero selló el sentimiento. Se negó a dejar que esos pequeños sentimientos manejaran su vida.

-¿Cómo sabe mi nombre?- Preguntó Harry, curioso de como esa señora sabía su nombre, pero sospechando que era culpa de Petunia por querer presumir sobre los niños de su casa.

-Somos tus padres, yo soy Lily y él es James-

Harry  frunció el ceño por la forma en la que la señora le habló, como si fuera de cristal o algo así, lo odió, lo hacía sentir delicado, fue casi como si sintieran pena por él.

-Yo no tengo padres- Se giró para cerrar la puerta, sonriendo ante la mirada dolida que le dieron ambos adultos. Aunque la del hombre más que dolido lucía desesperado.

James suspiró, él sabía que tratar con Harry sería un problema, puso su pie en la puerta para evitar que se cierre y la forzó a abrirse.

Harry frunció el ceño aún más hacia su "padre", pero paró y se puso una de sus muchas máscaras mirando a sus padres "arrepentido".

Ellos se creyeron la mirada arrepentida inmediatamente y entraron a la casa, sentándose en la sala sin siquiera pedir permiso. Harry volvió a fruncir el ceño por unos segundos cuando James miró confundido la televisión, como si nunca hubiera visto algo así mientras que a Lily se le iluminó la mirada al ver los dibujos animados (Harry nunca ha podido entender porque a alguien le gustaría mirar dibujos animados, a él le molestaban los colores tan brillantes).

Harry decidió mantenerse de pies, en caso de que tuviera que salir corriendo, él esperó que pudiera controlar a esas personas, solo quería estar a salvo.

-Estamos aquí para llevarte a casa- James claramente no quería que le hicieran ninguna pregunta, pero a Harry no le importó.

-¿Por qué ahora?-

-Tienes 11- Lily afirmó, como si le hubiera dado una respuesta.

Harry trató de no mirarla de mala manera. -Eso no me explica demasiado-

Hubo una corta mirada compartida por ambos adultos antes de que Lily hablara nuevamente. -Hablemos mejor en la mansión. Necesitamos irnos ya-

Harry no se molestó en volver a preguntar, imaginando que iba a recibir otra respuesta vaga por lo que solo asintió.

Lily sonrió y llevó a Harry a que recolectara sus cosas, mientras James trató de hablar con Petunia, quien no le prestó atención, frunció el ceño, pero dejó de intentarlo. Harry era un niño, y en su cabeza ningún niño debería ser capaz de hacer más que magia accidental.

Una vez todo listo se aparecieron en la mansión Potter, la cual estaba horriblemente decorada, todo era rojo con dorado, desde las paredes hasta las alfombras y tapetes.

Todo este lío solo para decirle que es un mago, Harry los hubiera estrangulado por esperar tanto tiempo para decirle eso siendo que básicamente se teletransportaron. Él ni siquiera sabía si su hechizo sobre Petunia y Vernon se mantendría.

En tan solo un momento, sintió que había explotado, obviamente a él lo habían abandonado aunque Petunia le había dicho que sus padres estaban muertos. En cambio, encontró que tenía una hermana quien tuvo la oportunidad de crecer junto a sus padres y que no fue abandonada por años hasta que convenientemente sus padres recordaron su existencia.

Para la buena suerte de Harry, Lily decidió llevarlo al callejón Diagon por todos sus materiales. Eso significaba una oportunidad de experimentar el mundo mágico en su totalidad y no solo lo que sus supuestos padres quisieran mostrarle.

El callejón había sido maravilloso, incluso si no había podido pasear como hubiera querido, pues Lily no quería que paseara por el callejón Knockturn por accidente. Definitivamente el edificio favorito de Harry era Gringotts, solo porque parecía que estaba inclinado.

Lily se negó a comprarle nada más que lo necesario, aunque él sabía, gracias a la mansión en la que vivían, que sus padres eran ricos. Lo entendía, Harry podía entender que quisieran cuidar sus riquezas y comprar sólo lo necesario, pero Lily compró cosas para Eva que no eran necesarias. Eran claramente algún tipo de regalo o recompensa o simplemente algo que Eva pidió.

Por supuesto eso había sido antes de que se conocieran. Eva Potter había sido insoportable, desagradable, presumida y era la definición de mimada. Ella sabía como manipular a la gente para que haga lo que quería y no paraba de tratar de recordarle como ella era mejor que él. Honestamente Eva era exactamente igual a Dudley antes de darle una lección.

Así que Harry hizo lo que cualquier pre adolescente con una melliza insoportable haría, esconderse en la biblioteca, o en cualquier parte donde no esté ella ni ningún otro Potter. Y considerando que nunca veía a nadie entrar a la biblioteca Harry decidió que ese sería su escondite, por lo que se sentó en una esquina y allí se quedó, tampoco fue como si sus padres lo hubieran notado.

~Fin Flashback~

Han pasado ya cuatro años desde que sus padres se lo llevaron y cuatro años con su insoportable hermana.

Harry recargó su cabeza contra la ventana del expreso de Hogwarts, suspiró mientras Luna lo miraba preocupada, y puso su mano sobre la de Harry para tranquilizarlo.

-Estarás bien-