𝐂-𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀 5

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ɴᴜᴇꜱᴛʀᴏ ɴᴜᴇᴠᴏ ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ

¿Y si lo pierdo? ¿Y si vuelve a suceder? Estaba asustada y nada de lo que había dicho el doctor me había aliviado, se sentía como si estuviera viviendo aquel suceso otra vez.

Claramente sí quería hijos, siempre los he querido, tener mi propia familia, sin embargo, ahora tenía esta incógnita, y no desaparecía, el malestar que se pronunciaba en el centro de mi vientre y la tensión en el cuerpo, era una horrible sensación.

Me recosté en el asiento del auto, pasando mis manos por toda mi cara y cabello, tomando profundas respiraciones, intentando calmar la ansiedad que me abrumaba. Hace poco he llegado a casa, pero he estado aquí por unos largo minutos, sinceramente no tenía ganas de entrar hasta tranquilizarme.

Tan solo necesitaba respirar profundamente, una y otra vez...

Resoplé en el momento en que se me alivió tan solo un poco, por lo que tomé mis cosas y procedí a bajar del auto.

Hace una hora el día estaba soleado, sin embargo, en pocos minutos el cielo fue cubierto por espesas nubes grises, según el pronóstico del tiempo llovería bastante esta noche.

Con mis llaves abrí la puerta, cerrándola detrás de mí.

Un dulce aroma se sentía en el ambiente, y recordé que Liam había dicho que quería probar hacer un nuevo postre, por lo que estaba segura de que se ha pasado toda la tarde en la cocina.

Tenía partes de la cara y los brazos con restos de harina, tal cual niño pequeño.

Dejé mis cosas en una parte de la isla de cocina y me acerqué para abrazarlo, dejando un dulce beso en su costado.

— Hola — murmuré en voz baja.

— Hola — me devolvió el beso en la cabeza. — Te ves cansada, pero... ya sé que te va a animar.

Me dio a probar de la mermelada que estaba haciendo.

Tenía un sabor agridulce y agradable.

— Te ha quedado bastante bien.

Mostró una sonrisa agradecida.

— ¿Qué tal ha estado tu día?

— Nada mal, trabajo y otras cosas más que he hecho.

— ¿Y qué has hecho?

— Sobre eso quería hablarte.

Con aquellas palabras obtuve toda su atención.

— ¿Por qué tienes esa cara? ¿Pasó algo malo?

— Específicamente no; pero podemos hablarlo cuando termines de lo qué haces.

— Puedo escucharte ahora, cuéntame.

— Mejor cuando acabes, me daré una ducha.

Me alejé, tomando mis cosas y yendo hacia la habitación, sentí su mirada clavada en mi espalda hasta que cerré la puerta.

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