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La junta habia concluido hace unos minutos y todo ya se habia dispersado por el lugar, el omega aun se encontraba en su lugar con la cabeza pegada al mueble se sentía cansado y con temperatura, sintió como alguien tocaba su hombro derecho para si incorporarse y mirar a su contrario con pereza.

—Wey ya debes de irte a casa —

—Lo se, pero me pesa el cuerpo...—

—Y de casualidad sientes calor... ¿Olvidaste tu fecha otra vez?—

—No weon, aun me falta caleta pa' eso... Lo más obvio es que se me adelanto, ¿me llevas pa' mi casa?—

—Claro chilito no te dejaría irte solo—

El chileno tomo sus cosas y las guardo en su carpeta, el mexicano lo tomo en brazos para que estuviera más seguro, el olor a celo del chileno ya se hacia presente haciendo marear al mexicano quien paro en seguida y saco un supresor de su bolsillo.

—Tomate esta chingadera que me mareas—

—Perdón...—

Se trago la pastilla de una y solo esperaron unos minuto para que bajara un poco el aroma, el mexicano retomo su caminata hasta llegar a su vehículo acostó al chileno a los asiento traseros para si dejar las cosas aun lado de este, cerro la puerta y escucho la voz del ruso.

—Hola...—

—¿Que pasa guerito?—

—Solo vengo a entregarle esto a chil-...—

Se quedo pasmado al sentir el fuerte aroma del omega en el mexicano por instinto dejo salir sus colmillos y lo tomo del cuello, el mexicano lo miro de manera desconcertado y molesto le dio un golpe en el rostro para si alejarlo de el haciendo aparecer sus colmillos como matiz de su enfado.

—¿¡Que chingados te pasa!?—

Aquello lo hizo reaccionar de la nada vio al norteamericano enojado apunto de golpearlo nuevamente, miro sus manos y noto que estaba temblando levemente.

—P-Perdón yo... ¿N-No se por qué hice e-eso?—

—Si claro, ¿Me ves pendejo o que?—

—Enserio, no se porque lo hice... Sentí el aroma de chile y...—

—... El aroma de mi hermano... Sera mejor que me vaya ahora mismo...—

—¡Espera!... Puedes entregarle esto... Por favor—

Se tranquilizo y para hacer desaparecer sus colmillos tomo la caja que tenia el ruso en manos para luego mirarlo por ultima vez y adentrar a su vehículo donde vio al chileno dormir plácidamente, el ruso aun se encontraba pensando en lo que acaba de pasar escucho como el auto del mexicano se encendía para si hacerse un lado y ver como se iba.

—Aquí estas idiota te fuiste muy rápido y déjate tus cosas en la sala y-... ¿Acaso te peleaste con alguien?—

—Casi peleo con México...—

—¿Te hizo o dijo algo?—

—Eso no entiendo, senti el aroma de chile en el y mi alfa se enfado y quiso golpearlo...—

—... Conseguiste que el mexicano te odie, ¿Ahora como conquistaras a Chile si tu "cuñado" te odia...?—

—... Soy un imbécil...—

Por otro lado el mexicano ya habia llegado a la casa del chileno, lo dejo en su habitación junto con el regalo del ruso se aseguro cerrar bien las ventanas y cualquier otra entrada para evitar que el olor del omega saliera afuera, les dejo cosas necesaria en la habitación como agua, comida y entre otras cosas que quizás le sirvan durante su calor.

—Como siempre, cualquier cosa me llamas, le daré aviso a la Onu, no dejes entrar a nadie, no pidas nada a nadie, ni siquiera llames a nadie más que a mi y no te metas cualquier porquería por donde ya sabes—

—Era tan necesario lo ultimo...—

—Si lo es, te deje unos supresores en tu mesa de noche... Bueno esto es todo por ahora, no, no es cierto el tripalosky te trajo eso, pero bueno, adiós chilito y cuídate bien me avisas cuando termine—

Le hizo cariño en la cabellera y salio de la habitación, escucho la puerta de la entrada ser cerrada y a los segundos después el auto del mexicano dando por entendido de que ya se fue, se levanto débilmente para tomar todas aquellas cosas como podía e ir a una habitación apartadas de los demás donde estaba su nido un poco desecho, lo ordeno un poco para finalmente echarse en el, vio la pequeña caja que le dio el ruso y la abrió para ver un pequeño peluche de un pudu, lo tomo entre sus manos y por curiosidad lo olio siento el aroma del alfa.

—Huele a el~—

Solo con olerlo se tranquilizaba sentía como sus mejillas ardían aun más de lo que ya estaban, lo abrazo para si acurrucarse y cerrar sus ojos para sentir un más el aroma a chocolate y menta, quizás aquel peluche lo ayude para pasar sus días de calor.

—Quizás darle una oportunidad no seria malo...~—

Omega negadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora