𝐂-𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀 3

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ᴄᴏɴᴛᴇɴɪᴅᴏ ᴀᴅᴜʟᴛᴏ

ʟᴏ Qᴜᴇ ꜱᴏʟÍᴀᴍᴏꜱ ꜱᴇʀ

  La pequeña casita de cristal se habia convertido en nuestro que pequeño espacio, empezamos a pasar más tiempo juntos aquí que en cualquier otra parte de la casa, y lo atractivo de este lugar era que podías ver todo hacia afuera, pero desde afuera no podías ver nada hacía a dentro.

Pase la página del nuevo libro que habia empezado. Al terminar mi post grado y las lecciones con el señor Mitchel he tenido más tiempo para mí y para Liam, cabe a aclarar que luego de que nos casamos y la luna de miel acabo, ambos volvimos a la vida cotidiana, prácticamente todo se volvió un poco caótico, no habia contado con que tendría mil cosas que hacer, y Liam empezó a tener más ocupaciones de lo habitual y por lo general estuvo varios meses tan solo viajando inter diario.

Me hubiera gustado tener la oportunidad de acompañarlo a pesar de que odiaba volar, sin embargo, tenía que empezar a enfocarme un poco más en mis proyectos personales, adaptar el consultorio y todo el asunto, por lo que había veces en los que no lo veía hasta por cuatro días seguidos.

Pero estaba agradecía de que después de mucho esfuerzo ambos hemos logrado poner todo en orden, con mucho trabajo de parte de ambos, pero con más tiempo disponible para pasar juntos.

— ¿Qué te parece?

Levante la mirada de la página del libro y observe el dibujo que dijo que estaba haciendo.

Curve mis labios, indecisa, y tratando de encontrarle la forma a lo que el habia hecho. Era extraordinariamente bueno en muchas cosas, sin embargo, dibujar no se le daba tan bien.

— ¿Qué se supone que es?

Esbozo una risa.

— Eres tú, te dibuje a ti.

— ¿¡Yo!? — Me aclare la garganta. — Te amo, mucho, pero no lo suficiente como decirte que eso si quiera se asemeja a una persona.

Aparto el cuaderno de dibujos y él mismo le hecho un vistazo.

— ¿Qué dices? Si no está mal, está muy claro, es una forma de arte única.

— Liam — murmure evitando reír. — ¿Lo dices en serio?

Movió su cabeza de un lado a otro en negación, aun con esa sonrisa en sus labios.

— Estoy bromeando, obviamente que no sé qué fue lo que hice...

Solté el libro y me incorporé para acercarme más a él, me arrodillé dándole el frente, tendiendo mis manos pidiéndole el cuaderno de dibujos y el lápiz.

— Préstame.

— ¿Me dejaras en ridículo con mi mediocre dibujo?

— Yo tampoco se dibujar que digamos — murmure, mientras empezaba a diseñar la silueta de una mariposa. — Pero hay algo que se me da muy bien.

Terminé de darle forma a lo que empecé para luego mostrárselo; miro el dibujo y luego a mí, podía notar un leve brillo en el grisáceo de sus ojos.

— Esta horrible, ¿se supone que es una mariposa?

— Auch — susurre fingiendo estar dolida.

Su rostro se tornó un poco sonrojado de tanto reír, acto que me contagio levemente.

— ¿Te imaginas si nos hubiéramos dedicado al arte? Estaríamos arruinados.

— No es cierto, no podre ser bueno con el lápiz, pero con una brocha y pintura, soy excelente, te mostrare.

Se levanto y fue por la hilera de los pequeños botes de pintura que teníamos y por la brocha pequeña también. Cambie a una página en blanco en el cuaderno a lo que el regresaba y volvía a la posición que antes tenía, estuve atenta a que lo que haría, observe como sumergió con sutileza las celdas de la brocha en la pintura de color rojo, espere a que empezara a pintar sobre el papel, pero confundida y sorprendida note como paso la brocha por la parte descubierta de mis senos.

Sin saber que decir me quede quieta procesando lo que acababa de hacer.

— Respecto al arte, en lo único en lo que me considero bueno es pintando tu cuerpo.

Paso su dedo por la pintura y luego volvió a manchar la piel de mi cuello sin ningún descaro.

— ¿Te parece divertido?

— Mucho — susurro.

El tono de gracia en su rostro fue sustituido por uno más pacífico, y dulce; lo mire a los ojos de la misma manera en la que el me miraba a mí. No me molestaba que Liam me marchara con pintura.

— Mi turno — murmure.

Pero a diferencia de él, me acerque un poco más y tome el borde de su camiseta, levantándola para poder quitársela; sin usar la brocha, sumergí mi dedo en la pintura y trace un corazón justo en el medio de su pecho.

— Eso es muy básico, muéstrame algo mejor.

— ¿Quieres algo mejor?

Sumergí las puntas de mis dedos de ambas manos y las pase por su cuello bajando por su pecho hasta su abdomen marcado.

Tome sus manos y lo incite a hacer lo mismo, pero antes me saco el vestido para luego pasar sus dedos húmedos en gran parte de mí.

Mi cuerpo respondió al instante en que acaricio mi pelvis con delicadeza. Me atrajo con sus manos hasta quedar sobre su regazo y sin perder el tiempo asalte sus labios con los míos de manera un tanto desesperada, a pesar de que teníamos tiempo suficiente para hacer lo que queramos hacer.

Revolví su cabello con mis manos, ansiosa, mientras las suyas desabrochaban mi sostén y liberaban mis senos.

Suspire con deseo inclinando mi cabeza hacia atrás a la vez que mordisqueaba y chupaba mis pezones, provocando que mi ritmo cardiaco aumentara significativamente. Se alejo de mi dándome la vuelta, aun con mis piernas abiertas y apoyadas en el suelo.

Sus manos tomaron la fina tela de mi ropa interior de encaje y la estiro tanto que termino por romperla dejándome completamente desnuda, descanse las palmas de mis manos en el suelo mientras sentía la cabeza de su miembro entrando lentamente en mí, causándome una leve incomodidad un segundo, sus caderas se movieron despacio contra mi permitiéndome acostumbrarme nuevamente.

Cruzo su brazo debajo de mis senos halándome hacia él, rozando mi espalda con su pecho y embistiéndome con mucha más fuerza.

Deje escapar uno que otro gemido, cada vez con más frecuencia.

Quito su mano de mi seno y la bajo entre mis piernas, tocando entre mis labios y mordió el lóbulo de mi oreja. Cerré los ojos con fuerza sin poder callar debido al orgasmo que sentía llegar.

Arque mi espalda sin poder controlar cada contracción que me recorría el cuerpo, escuchando los gruñidos de Liam en mi odio, quien no apartaba su mano de entre mis piernas ni detenía sus embestidas.

Clave mis uñas en su antebrazo para poder liberarme de su agarre.

De pronto sus embestidas fueron más suaves y cálidas antes de que sus manos me liberaran.

En cuanto pude recuperar el aliento volvió a halarme hacia él, dejándome recostada en su pecho mientras me tapaba con una de las mantas y me abrazaba.

Deje un beso en su piel manchada de pintura antes de cerra mis ojos y disfrutar un poco más el momento de paz que habíamos conseguido.

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ᴍɪʟ ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ ᴘᴏʀ ʟᴇᴇʀ

Clímax Donde viven las historias. Descúbrelo ahora