El bello chico de ojos felinos se encontraba admirando como su madre le enseñaba, en el patio de su casa, como usar una espada a su hermano mayor.San, en ese entonces de seis años, estaba absolutamente facinado por como su madre manejaba la espada, simulando una pelea con un muñeco de entrenamiento.
Este veía fijamente sus movimientos, queriendo imitarlos, ya sea con un palo o una espada real. El simplemente quería intentarlo. Lo deseaba.
Pero su madre se negaba a enseñarle de forma directa todavía, alegando, que San todavía era muy chico para manejar una espada, cosa que al menor le parecía tonto.
Eso llevo a qué el pequeño pelinegro de seis años decidiera que iba a aprender por su cuenta, causando un pequeño accidente. Este no tenía la fuerza necesaria como para levantar una de las espadas que trato de levantar. San con la espada casi levantada soltó un quejido de dolor al sentir como una de sus muñecas se trababa, causando que soltará la espada por reflejo, está casi impactando en su pie izquierdo, aunque esté antes de que eso pasara corrió su piesito tan rápido como pudo, perdiendo el equilibrio y cayéndose para atrás, sentado, pero le dolió.
Gracias al pequeño susto de casi haberse cortado uno de sus piesitos y golpearse su trasero, como casi todos los chicos a esa edad, empezó a llorar.
Su madre no estaba precisamente cerca de la escena, estaba, más bien, en su pieza casi a punto de dormirse. Pero está al escuchar un golpe y claramente el llanto de su hijo, se paró de inmediato de su cama.
Instintivamente.
Luego de ir a las habitaciones de sus otros hijos para confirmar que ellos estuvieran bien y en sus camas, está fue rápidamente a donde se escuchaba el llanto de San, viendo la escena entre tierna y desastrosa.
El menor al verla empezó a llorar un poco más fuerte temiendo que está lo rete por ir a ese cuarto de noche y sin autorización ni vigilancia de nadie. Su madre solo rio viéndolo, para proceder a alzarlo en sus brazos y darle un pequeño mimo en su cabeza pelinegra. Sacándolo finalmente de ese cuarto demasiado peligroso.
La pelinegra mayor decidió preguntarle exactamente qué había pasado y de forma calmada, para que San le contará exactamente qué fue lo que pasó.
-Sannie ¿Por qué estás llorando bebé? y que estabas haciendo ahí solo, podrías haberte lastimado.
-Shi es que, hoy ví como entlenabas con Mingheo y yo también quishe hacer esoo. Estás enojlada Mami?
El menor preguntaba, con los ojos cristalizados tratando de no llorar, su nariz y mejillas encontrándose rojas por la presión que ejercia en sus labios, formando un pequeño mohin. Mulan simplemente rió enternecida por su pequeño retoño.
-Ah sannie, no estoy realmente enojada contigo amor, pero deberías pedir permiso y dejar que me quede contigo la próxima vez, todavía no tenes la fuerza suficiente como para empuñar una espada, cuando tengas nueve u ocho voy a empezar a enseñarte, pero con espadas más chicas ¿si?.
-Shi mami. Mami me podlías contar otra vez la historia de como te conociste con papá por favooor?
Mulan río por la insistencia de su niño.
-Claro amor.
Luego de aquello Mulan acostó a su niño en su pequeña cama empezando a contarle como había conocido a su esposo y las aventuras que tuvieron durante muchos años, recordandolo de forma nostálgica y bonita. Ah, Mulan lo extrañaba, pero estaba tranquila también, sabiendo que su amor la estaba cuidando desde algún punto más allá del cielo.
Mientras relataba, san cayó dormido, también recordando a su padre, qué tan poco convivio con él, pero que dejó muchos recuerdos bonitos a su corta edad, soñando que algún día se volverían a encontrar, era un niño, por lo que no, todavía no sabía, que su padre tan querido nunca iba a volver.
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Lost Shoes, Red Apples in Two, Leafless Roses, Big Books and more. [ATEEZ]
Acak-Hey Ángel! -No me llames Ángel. -Ya, tranquilo Ángel, solo quería preguntarte si esta zapatilla era tuya o no. -... Principalmente woosan.