La granja.

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Estábamos en el búnker, mientras los demás se preparaban para salir hacia un lugar llamado la granja, por qué era una granja que estaba siendo limpiada para servir como un hotel, ya que la casa tenía muchas habitaciones, el propietario era André que por eso me pidió que reuniera recursos, mientras tanto yo estaba en una sala de operaciones con Leonidas, después de estudiar el mecanismo y lograr reunir las piezas, logró imitar el mecanismo de mi ojo.

-te va a doler un poco. -me avisó Leonidas cuando me iba a quitar el antiguo mecanismo.

-esta bien, puedo aguantarlo. -dije y metió el filo de un cuchillo cuidadosamente en mi cuenca y empujó hacia afuera, sentí como salía y luego lo detenía un cable.

-ok, como había previsto, hay un cable conectado a tu cerebro que hace funcionar el ojo - lo separó del otro mecanismo en el que estaba enredado alrededor de un pico, tal vez eso era lo que ví en ese recuerdo, algo clavandose en mis pupilas, me llevé una mano a la cuenca vacía que antes había tenido un ojo totalmente humano, en el centro sentí un hoyo que llevaba a mi cerebro probablemente, quise meter la mano ahí pero Leonidas me paró.

-te recomiendo que no lo hagas si no quieres acabar con una discapacidad cerebral. - dijo y yo quité la mano de ahí, el tomó el cable y lo conectó, en un momento mi vista se volvió extraña, una mitad veía más, supuse que se había conectado el ojo.

-puedes ver por el ojo?. -preguntó Leonidas.

-si. -le contesté sinceramente.

-perfecto -dijo Leonidas y metió el ojo en mi cuenca, encajó perfectamente y no se cayó, luego fuimos al coche, me tocó sentarme junto a Scarlett que también iba.

-estas feliz por qué te pusieron un ojo? -preguntó animada, me dí cuenta de que no estaba feliz, tampoco triste, sentía afecto hacia ella pero era incapaz de mostrarlo, no solo por la pena, ni siquiera la sentía, no me sentía feliz de estar con ella pero tampoco estaba triste.

-no.

-no?

-bueno no sé.

-como no vas a saber?

-no sé si estoy feliz o triste, no entiendo, no puedo cambiar mi tono de voz por más que lo intente no puedo expresar nada con mi cuerpo.

-eh?, Es una broma?.

-no.

-no entiendo.

-escucha, no estoy bromeando. -suspiré.

-hablemos de otra cosa, que tal estuvo tu día?.

Platicamos durante todo el camino y el auto paró en medio de la carretera, bajé y frente a mí se extendía un camino entre un bosque con cadáveres amontonados a los lados, me preparé para huir y me puse alerta cuando André me puso una mano en el hombro.

-tranquilizate, son para ahuyentar a los saqueadores que hay por aquí, además de que son los que eliminamos cuando llegamos, si no haces nada malo aquí, puedes estar seguro de que no acabarás entre ellos. -me dijo y yo asenti mirándolo, empecé a caminar y al fondo había una puerta, el lugar estába rodeado por una muralla de metal y la puerta era de reja, está estaba abierta y André me indicó entrar y luego me hizo señas de seguirlo, yo lo obedecí.

-mas tarde mejoraremos la seguridad. -dijo este caminando por el jardín, se detuvo en un lugar donde se podía ver una extensión de terreno llena de cultivos de trigo y maíz, desde la altura en la que estábamos se podían notar algunas figuras humanoides paradas en medio de la vegetación, André se puso frente a mí.

-bueno Dark, ya escuchaste lo de los saqueadores, quiero que me ayudes a sacarlos de aquí, pero te tendré que enseñar algunas técnicas de cuerpo a cuerpo ya que será peligroso, ahora, trata de derribarme. -dijo sin ponerse listo y yo le asentí.

Corrí hacia él y traté de asestarle un golpe en la cara pero este tomó mi brazo y me jaló haciendo que colisione con su cuerpo y tirándome hacia atrás de él, me quedé en el piso algo sorprendido por el ataque repentino y este me puso un pie encima de la espalda.

-tienes que dejar de hacer ataques obvios, en combate el enemigo no te dejará respirar por lo que tienes que encontrar la manera de seguir aunque parezca que estás derrotado. -aconsejó y se alejó para que me levantara, se me ocurrió algo, apliqué la misma manera de golpear y el me volvió a tirar hacia atrás pero está vez caí incado y cuando esté se volteó para sujetarme le solté una patada hacia atrás buscando una parte débil de su cuerpo que lo aturda, parece haber funcionado ya que dí en su estómago, entonces me giré hacia arriba tirando otra patada con la otra pierna que dio en su cabeza la cual estaba más cerca, sin dejar ni siquiera que pueda bajar mi pie patee su pierna baja y este perdió el equilibrio desplomandose en el suelo, yo me levanté y le puse el pie encima de la espalda como me había echo, este soltó una risa complacida.

-bien hecho, me gusta tu estilo niño. -elogió y yo me aparté para que se levantara.

-gracias por el consejo, se me ocurrió hacer eso cuando lo escuché.

-bueno, pues es un gran movimiento, deberías conservarlo. -dijo levantándose y me miró un momento.

-es bueno tener a alguien así de inteligente de mi lado, te invito algo, que quieres? Hay Helado.

-el helado está bien. -dije y empezamos a caminar hacia la casa.

C.H.A.T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora