The Man Who Sold the World

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Nuestras manos están tomadas, las dos nos sujetamos como si la otra fuera a desaparecer apenas la dejemos de lado. De fondo está sonando "The Man Who Sold the World" y si, Willow descubrió mis cientos de discos de David Bowie por lo que parece que llevamos un maratón de sus canciones.

Tengo mis ojos cerrados, dejo que mis sentidos se agudicen y que la música me lleve a un mejor lugar, uno al lado de Willow Park.

-¿Qué dijeron tus padres?- pregunto casi en susurro

-No mucho, simplemente me dijeron que me quieren y que me aceptan. En realidad fue más dramático pero me gusta contar con la simpleza detrás de eso- dije sin querer contar todo el trasfondo de un hecho que si bien me acerco más a mis padres, prefiero dejar de lado junto a Willow

-Me alegra... Mis padres solo se burlaron porque Luz les conto antes- alego molesta

-No me sorprende- suspire disfrutando el momento –Sabes, me gustan estos momentos de simpleza. Solo tú y yo, nadie quien nos moleste- dije mirando su bellos rostro -¿Qué más podría pedir en esta vida?-

-Comida- respondió Willow arruinando el momento –Tengo hambre-

Ya ha pasado cosa de un mes desde que Willow y yo somos pareja, la cosa aún no se calman en la escuela pues se diría que ella y yo tenemos un pasado un tanto turbio. Pero poco importa si la tengo a ella, a mis amigos y sobre lo último a mi equipo el cual ha rendido más de lo que el entrenador nos exigió a comienzos de la temporada.

Entrenamientos de película que pondría rojo de pena a un cinéfilo pero al final de día dan sus extraños frutos, fuera de eso. Skara y yo somos más que amigas pues mi amistad con Amity y la de ella están a la par lo cual me resulta gracioso hasta cierto sentido ya que antes no nos dirigíamos más que las palabras necesarias.

-¿Un emparedado?- pregunto Willow en la barra de la cocina

-Lo que sea, siempre y cuando tú lo cocines me lo comeré alegre-

-Estoy pensando en una ofensa muy fea pero me contengo por tu carita-

-¿Eso me debe alegrar?- cuestione riendo al imaginar de que palabra se trataba –Déjame adivinar... -

-Mierda- dijimos las dos al mismo tiempo lo cual causo una enorme risa por parte de las dos

Camine directo a Willow y la abrace por la espalada en lo que ella seguía en lo suyo, realmente amo esto y para ser sincera jamás imagine que esto me pasaría alguna vez en la vida. Nada puede arruinar este momento y eso es lo que más adoro.

-Llegamos- anuncio mi madre con unas bolsas en la mano

-Joder- pensé soltando a Willow de golpe pues aún no se la presento del todo a mis padres

-Ya llegamos- dijo ahora mi padre -... ¿Ella es Willow?-pregunto mi padre sonriendo con un poco de dificultad

-Un placer- saludo Willow nerviosa a no más poder

Por lo general mis padres no están en casa, tengo entendido que ellos iban a tomar un pequeño viaje de negocio pero veo que no. Ahora Willow está muriendo por dentro y le veo muy bien pues detrás de la barra ella sostiene sus temblorosas manos.

-Si... Mamá, papá ella es Willow. Mi novia- dije tomando de la mano a Willow para presentarlos formalmente

-El placer es mío- dijo mi padre extendiendo su mano a lo que una temblorosa Willow la apretó para saludarlo de aquella forma

Mi madre por su parte la abrazo lo cual nos impresiono a mí y a mi padre pues no pensaríamos jamás que aquella dura mujer haría tal cosa, aunque después de "salir del closet" con ellos. Ella ha cambiado su comportamiento... Por lo menos con nosotros.

-Un placer señora...-

-Dime Martha-

Okey, algo raro está pasando claramente pero me alegra de cierta manera que mi madre este alegre de conocer a Willow y que mi padre... Este ¿contento? O por lo menos "disfrute" del ambiente "familiar" que se creó en cuestión de nada. Como dije, nada puede arruinar este momento.

-¿A qué te dedicas?- pregunto mi padre sentando en el sillón mirando a Willow como si estuviera analizando a su próxima presa

-Es estudiante papá- dije irritada por sus preguntas fuera de contexto

-Cierto... ¿Cuáles son tus pasatiempos?-

-Soy florista, reconstruí el invernadero de la escuela y me encargo de el por mi cuenta- respondió Willow con total orgullo en sus palabras y era lógico el porqué de estas

-Nada mal... Nada mal-

-Deja a la novia de tu hija en paz- intervino mi madre –Es una niña después de todo- aclaro sentándose al lado de Willow

-¿Gracias?- pregunto Willow sonriendo por la ayuda de mi madre

-Willow, no te pediré nada o te exigiré algo pues tu solo haces feliz a mi hija... Pero si la dañas-

-¡Lo entendió bien!- grite tomando a Willow –Vamos a pasear un rato, regresamos en nada- dije saliendo antes de que respondan –Cielos, eso fue... Extraño-

-A mí me pareció tierno- dijo sonriendo con esa estúpida y hermosa sonrisa que tanto amo

-Tan lindo que no parabas de temblar-

-Pequeñeces- se escudó –Sabes, Boscha... Ralamente fue lindo lo que ellos dos hicieron y eso que aún no perdono a tu mamá por lo que te hizo hace meses-

-Tienes razón- reclame abrazándola de lado por lo que casi caemos por mi torpeza

-Te amo, idiota- dijo una sonriente Willow

-Solo tomare lo primero- bese su mejilla a lo que ella me respondió buscando mis labios

Amo esto, amo a Willow, Amo mi actual vida. No quiero imaginar el cómo sería de diferente mi vida, el que cambiaría o algo parecido. Ha este punto poco interesa pues soy más que feliz con ella, mi relación con mis padres mejor, mi verdadero círculo social creció y soy menos... Gruñona que de costumbre. Todo gracias a Willow... Willow Park, el nombre que antes decía con odio o gracia pero que en estos momentos solo me deja pequeños suspiros, suspiros que atesoro como ella no tiene idea pues si bien casi no se lo digo por pena. He de admitir y recalcar mi amor por Willow Park.

I Hate you... ButDonde viven las historias. Descúbrelo ahora