¿Por qué sigues apareciendo?

95 15 2
                                    

Le tomó unos minutos más salir de aquel lugar, donde se supone debió haber almorzado tranquilamente. Ahora, cargaba una bolsa con un envase que contenía lo que no almorzó. 

Lindo día, ¿no es así?

Caminaba rápido, quería evitar llegar tarde. A pesar de ser ahora quien dirige la agencia, su padre sigue atormentándolo con su presencia, es como si nunca hubiese dejado su puesto. Debido al mal carácter de Endevor, ningún integrante de la agencia se atrevería a llegar tarde a trabajar mucho menos sin una buena razón. Un minuto podría convertirse en horas extra de trabajo obligatorias, hasta el punto de tomar tus días libres. Algo más que Shoto no podía olvidar es que es su hijo y el castigo era un "poco" más severo.

Tres horas más de entrevistas (o tal vez fue más tiempo), como es de esperase de la agencia de uno de los más grandes héroes que ha tenido Japón. Pero, con un estómago vacío Shoto sintió que moriría antes de salir de ahí. 

La jornada al fin terminó. Esta vez su padre invitó la cena, al parecer nadie se negaría a asistir, ni siquiera Shoto. A quien poco le agradaban las reuniones y rara vez aceptaba, algo que todos sabían y ya no les sorprendía.

No tenía planeado ir tarde a casa, la idea fue solo comer y cuando estuviese satisfecho se retiraría a casa, lo cual no pasó.

 El regreso a casa fue nuevamente a pie, la cercanía del complejo habitacional mantenía su idea de no tener un vehículo para transportarse de un lugar a otro, era completamente  innecesario. Otra vez, las palabras de su padre aparecieron - cualquiera tomará ventaja de ti e incluso podrían seguirte hasta tu casa y atacarte- ... estar expuestos no es algo que podamos evitar toda la vida. 

Vivir solo, era una ventaja, no habría de preocuparse de que alguien saliera lastimado. Claro que vivir solo, sería muy conveniente,  pero, su vecino era una completa desventaja. Es un infierno cuando se encontraba en casa, Shoto no se interesaba en la vida de desconocidos, le daría igual lo que hicieran. Pocas veces se ha encontrado con él que no sería capaz de reconocer su rostro, de aquel apartamento fue convertido en algo parecido a un motel, ha visto a más chicas salir que al mismo propietario. Entonces, Shoto se dio cuenta de que inconscientemente le "interesaba" la vida de su vecino.

Cada noche se volvía más fría, el verano llegaba a su fin y el otoño está más que nada presente. Raramente camina a casa después de las once, las entrevistas y la cena retrasaron su llegada. Pudo haber tomado el elevador, sin embargo, la hora aumentaba la probabilidad de encontrarse con su molesto vecino, los escalones eran tan atractivos en ese momento. Al estar cerca de su apartamento presenció una ridícula escena de su molesto vecino y un chico desconocido...-(Tal vez, sus gustos han cambiado)-

-Pe...pero ¿qué estás diciendo? ¿por qué no me avisaste que estarías esta noche a alguien? habría buscado un lugar dónde quedarme- el chico parecía molesto por las acciones negligentes del contrario.

-En serio, lo siento- (Pues no lo parece-pensó Shoto)- no te puedo recibir sin importar cuánto quiera hacerlo, pero no puedo echar a mi conejita, acaso quieres arriesgar la vida de una indefensa chica-(Definitivamente eres un imbécil- seguía pensando Shoto- y tú, un idiota- dirigiéndose al chico que se encontraba fuera)- el chico se veía devastado, pero no se atrevió a golpear en algún momento la puerta. El vecino cerró la puerta y la volvió a abrir llamando la atención del otro chico, su rostro esperanzado no duró demasiado, obviamente no sería recibido. A penas abrió la boca, cuando una sudadera y una tarjeta de crédito le fueron lanzados- Ten esto y busca un lugar donde quedarte.

-¡¿Eh?!- el chico estaba de rodillas frente la puerta- ¡Maldito hijo d...!- no terminó la oración y sólo suspiró, se recargo en la puerta y resbaló dramáticamente, después sumergió su rostro en la sudadera, al parecer recitaba una maldición, porque Shoto no logró comprender nada de lo que salía de su boca, tal vez, debió apresurarse a entrar a su apartamento y no presenciar esa escena. Estando frente a su puerta marcó inmediatamente la clave para entrar, pero el primer dígito marcado provocó una una extraña sensación en él, involuntariamente miró a su izquierda. El chico que hace unos segundos parecía estar en su propio mundo le miraba fijamente, su cara era sombría debido a la sombra de su cabello.

-Oye ¿Vives solo?



¿Puedo quedarme a tu lado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora