Al abrirse la puerta pudo escuchar el sonido de disparos y cosas cayendo, gritos y chillidos le dieron la impresión de estar a punto de pasar a los territorios del infierno. Tratando de evitar encontrarse en el foco de la batalla, corrió en sentido contrario, utilizaría la salida que el médico pensaba usar para secuestrar a los pequeños.
Sin toparse con ninguna alma viva, llego hasta la parte donde estaban las bodegas de suministros, el sonido de una explosión le indico que las defensas del edificio estaban llegando al punto de no poder soportar. En una oración silenciosa pidió de todo corazón no estarse equivocando en su decisión, el ojo vigilante que le perseguía, sabría que él había salido y dejaría en paz a sus cachorros. En esa premisa depositaba toda su esperanza.
En el fondo de las bodegas encontró lo que buscaba, la puerta por donde se descargaban los camiones, estaba bien cerrada, imposible salir por allí, al parecer el alfa no iba a permitir que esta fuera usada por segunda vez para salir a hurtadillas del edificio. Dejándose caer en las frías losas sintió como la presencia que le buscaba, presionaba a los suyos para que lo sacaran de allí.
Justo cuando Kibum estaba a punto de perder la esperanza, recordó la pequeña ventana que había visto en la bodega de las conservas donde se había escondido con los cachorros después de quitárselos al doctor. Si todavía no habían terminado con las reparaciones, la suerte le estaría sonriendo.
La puerta no estaba asegurada, así que sin perder tiempo corrió dentro. Al fondo, justo detrás de un pesado mueble encontró lo que buscaba, al parecer todavía no terminaban de hacer las soldaduras, de seguro nadie pensaba que alguien lograra pasar por ese espacio tan pequeño. Convocando su forma felina paso sin ningún problema por el estrecho espacio.
En el patio las cosas estaban justo como las vio en su visión, enormes aves negras luchaban contra los guerreros que desde el suelo, unos a punto de pistola y otros al filo de espada, luchaban contra esas ignominiosas criaturas. El rugido de un enorme tigre lleno el aire, apartando la vista del cielo, Kibum corrió alrededor del edificio buscando el lugar de donde provino el sonido. Allí encontró a su pareja peleando a muerte contra otro animal del mismo tamaño.
Desde que era niño, era su persona de lo único que debía preocuparse, ahora tenía pareja y cachorros por los que velar. Llenando los pequeños pulmones de aire, decidió actuar como el hombre adulto que en cuestión de horas sería.
Las aves tenía a Heechul y a Ayko a punto de claudicar, varios guerreros estaban gravemente heridos, las baldosas del suelo estaban manchadas de sangre y cubiertas de plumas negras. Justo cuando el abogado estaba por llamar al Beta para despedirse, quedo de una pieza al ver como las aves salían del lugar, como si una fuerza invisible les atrajera con el mismo ímpetu que les había impulsado a entrar.
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MINKEY - Cuando el tigre probo a su gato
Hayran KurguEl amor es como la mala hierba, crece donde no debe o donde simplemente no debería ser posible. El tigre hace un contrato por una pareja que es fértil, resulta que el chico se aparea con otro antes que el tigre lo pueda reclamar. Tomando en cuenta l...