x. Las verdades siempre salen a la luz

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—Tú dijiste que lo hiciera —fue lo primero que JaeMin dijo cuando por fin se encontró a solas con RenJun. Estaban en la habitación de hotel que ambos compartían, así que iban a tener que hablar tarde o temprano.

—Esto no es como imaginaba que sucedería —contestó RenJun sentado en su cama, sin mirar hacia su hermano—. Pensé que hablarías conmigo primero. Que esperarías. No sabía que estabas tan deseoso de... de...

—RenJun, Dios —dijo, sacudiendo su cabeza. Sus temores azotaban a través de sus labios y dio tentativamente un paso hacia el otro chico—. No estaba ansioso... fue un accidente, en verdad, y ni siquiera me gustó.

—No me mientas —respondió RenJun—. Puede gustarte, es sexo. Sólo no mientas. Pensé que me lo dirías. Que decidiríamos juntos quién sería. Pensé que yo sabría. No creí que iba a ser echado de mi propia habitación toda la noche mientras tú te follabas a alguien.

Recién entonces RenJun lo miró, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. Todo el enojo y la molestia que JaeMin sentía se evaporó. Cayó de rodillas frente a RenJun y se abrazó a sus piernas. RenJun intentó alejarlo, pero se acercó aún más a él.

—Lo siento, lo siento tanto —dijo—. No pensé. Y no significó nada para mí, yo sólo... ni siquiera podía hacerlo bien. Lo juro.

El corazón de RenJun se encogió ante la visión. JaeMin estaba casi llorando, respiraba pesadamente tomando grandes bocanadas de aire. Colocó una mano sobre su cabeza y acarició su pelo una vez.

—Sólo desearía que...

—Lo sé, lo sé.

—No —dijo RenJun, negando con la cabeza—. No sabes. Supongo que no importa de todos modos.

—RenJun, no. —RenJun frunció el ceño dando un paso hacia atrás, liberándose de JaeMin.

—¿Puedo confiar en ti? —JaeMin ensanchó los ojos y le miró.

—¿Piensas que no puedes?

RenJun encogió un hombro lentamente.

—No puedo creer que hiciste esto, JaeMinnie.

JaeMin dejó salir un suspiro entrecortado y se sentó en el suelo, acercando sus rodillas a su pecho. Se sentía entumecido, estúpido y agotado. La forma como RenJun lo miraba era algo que no podía manejar, y sintió miedo de ello.

—Estaba confundido, pensé que quizá estaba haciendo lo que querías —dijo JaeMin, limpiando sus ojos—. Que querías que lo hiciera.

RenJun suspiró y avanzó lentamente fuera de la cama. Se sentó a su lado y se inclinó contra su hombro.

—No quiero pelear, pero me siento herido. Supongo que... no estaba preparado para esto. Pensé que podría soportarlo, que sería... no sé, que lo planearíamos juntos. Tú y yo. Igual que siempre.

JaeMin asintió y apretó su rostro contra el cuello de RenJun.

—Nunca te haré daño de esta forma otra vez. No sé qué debemos hacer.

RenJun acarició su cabello y le silenció gentilmente. —Lo hiciste por nosotros, ¿verdad?

—Sí. No podía solamente...

—Bueno —dijo RenJun—. Muy bien. Entonces eso es todo. Lo hiciste por nosotros. No estoy molesto. Hemos tenido novias antes, incluso has dormido con mujeres antes, esto es como todo aquello.

—Te amo —dijo JaeMin. Abrazó a su hermano enérgicamente, besó su cuello y recorrió con sus manos el otro cuerpo, desde arriba hacia abajo.

RenJun suspiró y se apretó contra JaeMin.

𝐍𝐨 𝐥𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐚 𝐦𝐚𝐦á '𝐉𝐀𝐄𝐌𝐑𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora