𝐍𝐨 𝐥𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐚 𝐦𝐚𝐦á '𝐉𝐀𝐄𝐌𝐑𝐄𝐍

iii. Pimentones crudos

JaeMin se movió de nuevo, incapaz de dormir. Estaba solo en su cama y sabía que era tonto, pero no podía dormir sin RenJun. No era que estuviera asustado o algo así, solo se sentía intranquilo. Normalmente, para ese punto, RenJun ya estaba a su lado, acurrucado contra su cuerpo, respirando en su cara y roncando.

¿Por qué RenJun no había ido con él? Él casi siempre lo hacía, a menos que mamá estuviera actuando raro de nuevo. Algunos días ella tenía esa mirada en los ojos y RenJun no podía acercársele más de cinco pasos, pero su madre no había estado en casa todo el día.

JaeMin frunció el ceño y golpeó su almohada. Necesitaba a RenJun para dormir. Justo cuando estaba moviéndose de nuevo para seguir intentándolo, la puerta sonó, abriéndose.

—¿Ren?

—¿JaeMin?

JaeMin sonrió a través de la oscuridad.

—¿Dónde estabas?

—Um. —JaeMin escuchó la puerta cerrarse y luego un pie trastabillar con el suelo duro de madera—. No puedo encontrar el camino, JaeMin, tu piso es un desastre.

JaeMin removió las mantas y esperó a que RenJun se deslizara a su lado.

—Ven.

Podía oír la respiración de RenJun parado justo a lado de su cama.

—Lamento no haber venido antes.

—¿Está mamá en casa o algo?

—No, no lo creo. —Con cautela RenJun se sentó a lado de su hermano—. ¿Estás molesto conmigo?

—¿Por qué?

—Porque me demoré tanto.

—De ninguna manera —dijo JaeMin—. Algunas veces vienes tarde. ¿Por qué?

RenJun puso sus pies debajo de sí mismo, aún sin acercarse demasiado a JaeMin.

—Um —dijo suavemente—. Es algo raro.

—¿Raro cómo? —JaeMin estaba comenzando a sentirse algo molesto. No le gustaba que RenJun se guardara algo de él—. ¿Qué, RenJun? —Se inclinó y puso una mano en el pecho de su hermano. Estaba ardiendo.

—Me siento tonto diciéndote —fue la respuesta de RenJun mientras aproximaba la cara hacia la mano de JaeMin—. Solo... se siente algo raro a veces.

JaeMin no entendía.

—¿Pero raro cómo?

—Como... ehm. —RenJun se apartó de JaeMin.

—¿RenJun? —JaeMin pasó la mano por la espalda de su hermano haciendo que éste se estremeciera.

—Eso —dijo RenJun con voz insegura—. Cosas como esa, me hacen sentir... duro.

—¿Duro? —JaeMin gateó fuera de sus mantas y se arrodilló a lado de RenJun.

—Mi... —RenJun agachó la cabeza y la puso en el cuello de JaeMin—. Aquí abajo. Se pone duro. ¿Sabes? No entiendo y siento que voy a hacer algo malo. Algo que a mamá no le gustaría.

JaeMin sintió todas las palabras dichas contra su cuello y atrapó a RenJun con los brazos.

—¿Tu pene se pone duro? –Rió un poco.

—No es gracioso —dijo RenJun, apartándose.

—No, no —contestó JaeMin agarrando los hombros de RenJun—. Yo también. Me pasa a mí también. Todo el tiempo que estás conmigo.