xii. Aunque ellos lo sepan

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Por la mañana, completamente sobrio y con una ligera resaca, JaeMin quiso golpearse en la cabeza por lo descuidados que habían sido. No sólo la noche anterior, sino por todo. Habían sido tan descuidados en casa, en el autobús, en los clubes...

JaeMin observó a RenJun durmiendo profundamente sobre la cama, y sacudió la cabeza. Su propia madre sabía, y ahora quizá también DongHyuck. Ellos, obviamente, estaban perdiendo el control de la situación. Quería sentirse peor, culpable o avergonzado, pero una gran parte de él no podía sentirse mal por lo mucho que amaba a su hermano.

¿Era tan malo que no quisiera ocultarlo siempre?

—Sí lo es –se masculló a sí mismo. Suspiró y dejó que su mano acariciara suavemente a RenJun por lo largo de su cuerpo, antes de ponerse de pie.

Decidió bajar para desayunar temprano. No tenía hambre, pero sabía que DongHyuck estaría allí.

Después de que estuvo bañado y vestido, JaeMin dejó un beso sobre el vientre de RenJun y marchó hacia el área de desayuno. Tiró nerviosamente de su gorra mientras descendía en el ascensor. ¿Qué iba a decir?

Sentía miedo de tal vez confesarlo todo únicamente por decírselo a alguien. No confiaba en que DongHyuck estuviera de su lado, pero tanto esconderse y escabullirse realmente era un peso sobre él.

—Buenos días —saludó caminando por el área de desayuno. DongHyuck estaba sentado en una de las mesas con un periódico y un plato de waffles.

—Oh, hola —respondió DongHyuck. Dejó el periódico y le señaló las sillas continuas—. Sírvete. Desayuno continental gratis.

JaeMin rió ligeramente. —Claro.

—Te despertaste temprano —DongHyuck se inclinó hacia delante—. ¿Algo te molestaba?

—No. —JaeMin desvió la mirada, fingiendo echar un vistazo al desayuno—. ¿Por qué? —DongHyuck tomó un largo sorbo de su jugo.

—No lo sé, JaeMin.

Ahí estaba, ese tono. JaeMin estuvo inmediatamente seguro de que DongHyuck sabía algo. Trató de no hacerle caso a sus nervios, relajar sus hombros y parecer despreocupado.

—Estas camas del hotel son horribles.

—La mía estaba muy bien, pero yo tenía toda la cama para mí solo, así que... —dijo DongHyuck, volviendo a leer su periódico.

JaeMin mordió su labio. ¿Qué significaba eso? Decidió ignorarlo y eligió su desayuno, a pesar de que se sentía como si fuera a vomitar.

—Entonces —dijo DongHyuck con el periódico ocultando su rostro—, ¿cómo está RenJun esta mañana?

JaeMin dejó caer la rosquilla que sostenía.

—¿Cómo voy a saberlo?

Nope, eso no sonó para nada a la defensiva.

—Ustedes dos comparten habitación —dijo DongHyuck, suavemente—. Igual que JeNo y yo, ¿no?

JaeMin asintió y dijo: —Sí, pero él estaba dormido cuando me fui. Um. Anoche estaba realmente ebrio, ¿sabes?

—Los dos lo estaban —dijo DongHyuck—. Ustedes no aguantan nada. –El cantante rió levemente entre dientes y eso tranquilizó a JaeMin.

—Uh, sí. Apenas recuerdo algo —mintió—. No hice nada vergonzoso, ¿verdad? —DongHyuck rió de nuevo.

—Ah, sólo lo habitual.

JaeMin miró su desayuno, su estómago se revolvía de manera desagradable.

𝐍𝐨 𝐥𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐚 𝐦𝐚𝐦á '𝐉𝐀𝐄𝐌𝐑𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora