FILM 13

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ETHAN.

Alegría.

Aquella era la palabra que Ethan debía utilizar para su trabajo del taller de fotografía. Debía capturar momentos, o en su defecto un solo instante,  que pudiera transmitir aquel sentimiento por medio de una serie de fotos. Cosa que en teoría podía resultar complicado, pues capturar momentos y emociones con la cámara era la parte simple, transmitir esos mismos sentimientos era más complicado.

Y claro, las emociones y sentimientos que alguien podía sentir al ver una imagen podían ser relativos y distintos a los que el fotógrafo quería compartir, además no se sentía tan bien como para buscar la manera de tomar una fotografía que pudiera transmitir felicidad.

Durante el tiempo que llevaba en la escuela, Ethan había leído a diferentes autores que podrían catalogar la felicidad de diferentes maneras; para Aristóteles la felicidad era un estado alcanzable, que solo se conseguía por la virtud; por su parte Epicuro hablaba de la felicidad como algo terrenal y usualmente unía aquel sentimiento a la amistad; por otro lado, existían aquellos que pensaban que la felicidad era una ilusión que el ser humano generaba al no saber con certeza lo que deseaba para así poder aferrarse a algo.

Mientras tanto, para Ethan, la felicidad era algo que no lograba visualizar con claridad en su escenario. No después de la situación que había ocurrido con Maxwell, comenzaba a entender la relación de los orbes rojos en su sueño con aquel chico y aunque no recordaba exactamente el final de ese sueño, sabía que no hubiera escogido tomarle la mano al otro chico que no representaba a Niall. O bueno, eso era lo que su cabeza le ponía como relación, al final del día era tan solo un sueño, y quizá le estaba dando demasiado peso.

Aquel viernes Max no se había presentado en el colegio, cosa que el castaño agradecía de manera enorme, pues realmente no sabía cómo reaccionaría al verlo sentado en su asiento, con aquella sonrisa que ahora le parecía engreída y falsa.

Estar dentro del salón de fotografía lo estaba atormentando de manera silenciosa, ver aquellas mesas y sillas, ahora acomodadas en su sitio, solo alternaban con la imagen que tenía del salón hecho un desastre debido al caos que había ocasionado para intentar salvarse. Todo, a decir verdad, parecía una especie de ilusión, de sueño o pesadilla.

No quería estar ahí, pero le había costado tanto trabajo lograr entrar a la clase, y si quería lograr entrar a una universidad que le permitiera seguir con su sueño, no podía permitir que un mal sabor de boca lo detuviera.

Olivia le había dicho que debía hablarlo con alguien en el colegio, con algún directivo para que el Maxwell fuera despedido y no tuviera contacto con él, o en su caso con ningún otro estudiante, pero Ethan no se sentía lo suficientemente fuerte para hacerlo.

Además, todo había sucedido tan rápido que, de nuevo, ni siquiera él sabía si todo había sido cierto o parte de una pesadilla de la que no podía despertar tan fácil como cualquier otro sueño. Por alguna razón, pedía al cielo que si todo estaba en su mente, cambiara al sueño con la persecución de antes, la de la bestia de ojos rojos, pues por extraño que pareciera, prefería estar escapando de algo irreal que de Maxwell intentando hacerle algo.

Oh claro, y también estaba aquella situación en la que Maxwell sería su pareja para tomar fotografías juntos...

– Ethan – la voz del profesor lo sacó de sus pensamientos – no has contestado mi pregunta.

– Lo siento – dijo el chico con el suficiente volumen como para poder ser escuchado por todos los presentes en el salón – ¿podría repetirla?

– Necesito que me digas qué es felicidad para ti.

– Un lujo – dijo Ethan después de haber pensado su respuesta para que no sonara tan deprimente.

The Way I Fell [N.H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora