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—¡Eres un flojo de mierda! ¿Por que no le dijiste a tu noviecita de quinta que te ayudara? —bufé frustrada.

Roger se había mudado de casa cuando acabamos la gira, y le hizo algunos arreglos y por fin estaba lista, pero en vez de llamar a Ariana para que lo ayudara a organizar y a poner la navidad, me llamó a mi. 

Aparte, el día antes tuve la inauguración de mi boutique, y realmente estaba algo cansada.

Pero eso si, su mansión era preciosa, de dos pisos con demasiadas habitaciones y baños, cocinas, un extenso garaje para todos sus autos, un gigantesco jardín trasero que parecía un bosque, era una preciosidad.

—Cállate y ayudame a desenredar las luces —habló señalando los cables todos enredados.

—Soy pésima para eso, solo las enredo mas —me excusé —¿Por que no se lo pides a Arianita? —dije con sarcasmo y el no hizo más que poner los ojos en blanco

—Tonta.

—Imbécil.

—Idiota —me dio un pequeño empujón con el hombro y reímos —Haz silencio y pon la estrella.

La tomé, pero el árbol era muy, pero muy alto, ¡demasiado!, medía como 3 Brians.

—¡Ayudame y no te rías! —le dije a Roger, al escuchar su risa de fondo.

—Creo que tengo una escalera por aquí.

Buscó y buscó hasta que por fin dio con la escalera. Me subí y con sumo cuidado coloqué la estrella en la punta del árbol, pero para bajarme pisé mal y caí, y me hubiese dado un buen golpe de no ser por Roger que me atrapó en sus brazos.

—Creo que me caí —reí.

—¿Crees? —inquirió Roger con burla, me encogí de hombros.

—¡Hijo! ¡Llegamos!

Una señora y una chica entraron a la sala, muy hermosas las dos, y sonrieron enormemente al ver a Roger.

—Mamá, Clare —habló Roger feliz bajandome —Que bueno que vinieron, esperen, ¿como entraron?

—Nos diste la llave, tarado —le respondió su hermana, y reprimí mi risa.

—¿Y esta hermosa jovencita? ¿es tu novia? ¡pero si es bellísima! —exclamó la madre de Roger abrazándome y jalandome las mejillas, ¿por que a las madres les encanta hacer eso? —Yo soy Winifred, la mamá de Roger, o tu suegra mejor dicho.

—Oh, lo lamento, soy Allyson, y no soy la novia de su hijo —respondí, ya quisiera Roger una novia tan linda como yo.

—¿No?, Que lástima, harían una bonita pareja.

—Mejor vayamos a almorzar, les preparé mi mejor receta —habló el rubio, tratando de cambiar el tema.

—¿Como? si no sabes cocinar —le dijo Clare y reí, es cierto, Roger no sabía cocinar ni un huevo hervido.

—Digamos que aprendí —respondió orgulloso.

—Yo cociné, tonto —bufé cruzandome de brazos.

—Me cae bien esta chica —dijo Clare —Mucho gusto, mi nombre es Clare.

—El gusto es mío, soy Allyson —sonreí, estrechando nuestras manos

—Si, te vi en la televisión —Dijo, ¿salí en televisión? vaya, que sorpresa —Tus diseños son muy buenos.

—Gracias —Ahora resulta que salgo en la tv, quien lo diría —Vayamos a almorzar, no queremos que se enfríe.

—Vamos a comer la asombrosa comida de Allyson —dijo Roger.

Estrellas  // Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora