Capitulo 4

21.1K 2.1K 195
                                    


Claude comenzó a llorar mientras se aferraba a mí. Me sentís tan inútil por ni poder ayudarlo. Está vez no dejaré que esos hijos de puta se salgan con la suya.

"Tranquilo Claude... .Tu hermano está aquí" Fue lo único que le pude decir mientras acariciaba su cabello y lo abrazaba con fuerza. Me maldigo por no haber llegado antes.

Mí mirada se concentro en aquel sujeto que estaba siendo detenido por Félix. Me acerque a ellos y tomé aquella espada que Félix tenía en su cintura. El filo de la espada se concentro en la garganta de ese tipo, podía ver lo asustado que estaba, también podía ver la mirada sorprendida de Félix.

"¿Quien mierda te crees, para golpear a mí hermanito?" Pregunté con irá mis ojos solo de concentraban en aquel hombre, deseaba con todo mí corazón poder matarlo.

"Su a-alteza real. Yo no-" cuando me miro a los ojos se quedó callado. Levanté aquella espada que estaba en mis manos, estaba por dejar caer mí mano.

"¡Hermano, detente!" aquel grito hizo que mis sentidos volvieran en si. Giré mí cabeza hacía la dirección donde provenía la voz de Claude, pude ver cómo el me miraba con desesperación. Deje caer la espada y mire a Félix.

"Rómpele las piernas y los brazos, que nunca más pueda volver a enseñar" cuando dije eso salí de ahí, no sin antes darle un mirada de pena y arrepentimiento a Claude.

Cuando estuve por fin solo, me deje caer en el suelo. ¡¿Que diablos estaba por hacer?! ¿Era capaz de matar a un ser humano?. Lleve mis manos a mí boca tratando de no vomitar, por las acciones que estaba por hacer hace unos minutos.
Cuando esto fue escuchado por el
emperador y los trabajadores del castillo, querían golpear a Claude públicamente y querían quitarle su identidad de soldado a Félix. Todo por lo que ocurrió con ese tipo.

En ese momento al escuchar yo eso, rápidamente salí a su rescaté. Le platiqué al emperador que ese hombre me había llamado, aberración y asqueroso ser humano, claro que esto solo fue un invento mío. El emperador al escucharme decir eso mientras 'lloraba', inmediatamente el sujeto fue llevado a la peor tortura posible.

Cuando todo esto termino, deje de ver a Claude. No dejaba de pensar en aquella mirada desesperada, no quería que me viera de esa forma... Así que deje de verlo.
Habían pasado 2 semanas y Félix apareció en mí puerta.

"Gloria y bendiciones al sol de Obelia" hizo una reverencia, y me miro de pies a cabeza. Cosa que me incómodo en cierto modo.

"¿Que haces aquí, Félix?"

"Disculpe que interrumpa su tarde, su alteza. Pero el príncipe Claude pregunta, cuando lo irá a visitar de nuevo"

Aquello me dejó helado, no quería verlo. Me duele el solo pensar que me tiene miedo. Mire a Félix y negué con la cabeza.

"N-no iré a verle"

"Pero su alteza. El príncipe Claude a estado esperando con ansias que lo visitara"

"No es que no quiera verlo, no puedo verle"

"Me diría por favor ¿Por qué no puede ver al príncipe Claude?"

"...Cuando la espada estaba por caer sobre aquel sujeto, Claude grito y cuando vi su mirada de desesperación y miedo. Supe en ese momento, que no podía volver a mirarlo a la cara"

Estaba demasiados asustado de que Claude me tuviera miedo. Yo lo quiero como un hermano al cual debo proteger, pero si el ahora me tiene miedo... Todo el esfuerzo que hice se habrá destruido en ese momento.
Mire el rostro de Félix, el cual tenía una expresión de sorpresa para luego caminar a una de compresión.

"No se preocupe por eso, su alteza. El príncipe Claude no le tiene miedo, es todo lo contrario el lo admira" me sorprendí un poco al escuchar eso, pero luego trate de creer que aquellas palabras decían la verdad.

"¿Estas seguro?"

"Muy seguro su alteza"

"Entonces...lo iré a ver mañana. Dile que se preparé" cuando dije eso, puede ver qué Félix sonrió un poco. Hizo una reverencia y se fue del castillo, de seguro a informarle a Claude.

• • • •

Cuando fui levantado en la madrugada comencé a estudiar sobre la política de este reino, los estados donde el emperador tenía poder y sobre todo... Leí como hacer un tratado de paz con otros reinos. Estaba seguro que necesitaría eso en el futuro.
Una vez que termine todo eso, me dirigí a tomar el desayuno junto al emperador y luego de eso fui a buscar a Claude. Eso ya se había vuelto mí rutina diaria.

"Hermano..." escuchar la voz de Claude hizo que mis manos comenzaran a temblar un poco. Respire ondo y exhalé tratando de calmarme.

"Claude...Y-yo" no pude decir nada más, ya que Claude se abalanzó hacía mí y me abrazo con fuerza. Era como si no quisiera que me vaya a ningún lado.

"Te extrañe mucho, hermano. ¿Por qué dejaste de venir a verme?" en su voz se podía escuchar la tristeza, y tenía un toque de enojo u otra cosa que no podía identificar.

"Lo siento, Claude. Tenía miedo de que me tengas miedo, por lo que pasó antes"

"Yo nunca tendría miedo de ti, hermano. Yo te quiero mucho" dijo con una sonrisa. Sonreír cuando dijo eso, después de todo yo también lo quiero. Lo quiero como si fuera mí propio hermanito menor.

"Yo también te quiero, Claude. Después de todo eres mí hermanito" cuando dije eso el sonrió, aunque de manera distinta a la de antes.

Luego de esa charla, Claude y yo comenzamos a jugar y leer algunos libros que Félix había traído. Reímos y nos divertimos toda la tarde, hasta que llegó la hora en la que tenía que ir a estudiar de nuevo sobre política.

"Claude, Tu hermano tiene que ir a estudiar de nuevo" cuándo dije eso, el puso una expresión de tristeza, eso me hizo sentir mal. Así que me agache y acaricié su cabello con cariño "Así que mañana vendre de nuevo para jugar, ¿Si?" el me miro y asintió con la cabeza, y me sonrió débilmente.

"Te estaré esperando mañana, hermano" dicho eso Félix se llevó a Claude y yo fui a mí palacio, para poder retomar todos aquellos estudios.

Tengo la sensación...de que pasará algo en el futuro, y no creo que me guste eso. Ya que tengo una sensación de peligro sobre mí...

• • • •

Mientras que en el mismo reino. La cuarta hija del conde Zerift Yedith, Penélope Yedith estaba buscando aquella pintura, dónde la persona que salía pintada era nada más, ni menos que... Anastasio de Obelia.

"Que hermoso es mí príncipe" dijo con una sonrisa nada santa, mientras tocaba aquella pintura "Muy pronto te haré mío... Mi sol de Obelia" dicho eso guardo aquella pintura, mientras fantaseaba un mundo con Anastasio siendo ella su Reina.

Mientras tanto Anastasio tuvo un escalofrío muy fuerte, sentía que algo malo pasaría, pero el no sabía que.

Me Convertí En El Hermano Mayor Del Emperador Loco ¿Como Evito Mí Final?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora