— ¡Lisa! —Gemí, y mordí mi labio.
Por dios, nunca había sentido tanto placer en toda mi vida. Esto era algo nuevo, algo que solo con Lisa había experimentado.
—Lisa... —La llamé entrecortada.
Levanté mi cabeza, y observe que venía subiendo por mi abdomen dejando besos por donde pasaba. Cuando nuestros rostros estuvieron cerca, no dude en tomarla del cuello para besarla apasionadamente, sintiendo que necesitaba mucho más de ella. Necesitaba tenerla dentro de mí, justo en ese momento.
— ¿Lo hice bien? —Susurró en mis labios.
—Eso ni se pregunta. —Hice que giráramos en la cama.
Me recosté sobre ella, poniendo la mitad de mi cuerpo sobre el suyo y sintiendo sus pechos presionándose con los míos, quería tenerla dentro de mi, no aguantaba más.
Sentí sus dedos en mi intimidad, acariciando mi sexo. Yo hice lo mismo con el suyo, cuando sentí que ya era momento, la penetre con mis dos dedos lenta y suavemente para no lastimarla. Lisa gimió y se quedó quieta unos segundos, no quise moverme esperando alguna señal que me indicara que continuase, hasta que solté un gemido cuando ella me penetro de igual modo con dos de sus dedos. Comencé a moverme lentamente, mientras veía a Lisa gemir.
Ella llevó su mano disponible a mi cintura, y me indicó que fuera más rápido. Eso hice, comencé a moverme más y más rápido, y ella comenzaba a ir a la misma velocidad que yo. Se sentía infinitamente bien tenerla dentro de mí. Mis músculos se contraían cuando sentí que agrego un dedos más, y eso no podía ser más placentero.
En una mirada rápida por la ventana, la cual estaba a un lado de mi cama, vi que mi padre se estaba bajando de su auto. Oh, no, no, no... ¡No! Maldición, ¿Por qué justo ahora?
—Li-Lisa... —Susurré, con un hilo de voz. —Lisa... —Volví a susurrar.
Lisa seguía con sus ojos cerrados, invadida de excitación.
—Lisa... mi papá... mi papá llegó. —Fue lo único que pude susurrar en medio de tanto movimiento.
Lisa abrió sus ojos como platos.
— ¿Qué? —Exclamó.
Tomé fuerzas, y saque mis dedos de ella, Lisa hizo lo mismo y me senté en la cama. Ni ella ni yo habíamos llegado al orgasmo.
—Vístete. —Pedí, me levanté débilmente, tomé mi ropa.
La sentí levantarse de la cama, y tomar sus cosas.
— ¿Crees que se dé cuenta? —Dijo agitada.
—No, pero... —Me giré para verla. —Quedamos incompletas. —Me puse mi ropa rápidamente.
—Lo sé, todo iba... muy bien. —Dijo nerviosa.
Se puso sus shorts y su camisa.
— ¿Lo vamos a terminar? —Me acerqué.
—Definitivamente. —Sonrió tímidamente.
—Y aparte de eso... ¿Vamos a repetir todo lo que hicimos? —La abrace por el cuello.
—Oh, si. —Me besó.
Sentimos que tocaron la puerta, la voz de mi papá se escuchó del otro lado.
—Trata de no parecer agitada, ¿si? —Susurré, ella asintió.
Caminé hacía la puerta, y abrí.
—Hola, papá. —Sonreí.
—Hola hija, traje pollo. —Sonrió, y se dio cuenta de la presencia de Lisa. —Lisa, no sabía que estabas aquí. —Murmuro. — ¿Cómo andas?
—Bi-Bien gracias señor. —Respondió Lisa nerviosa.
— ¿Quieres comer pollo con nosotros? —Preguntó mi papá.
—No, muchas gracias. Tengo que volver a casa. Mamá me pidió que no me demorara mucho.
Ella y su mami... Era ridícula.
—Entonces... me alegró verte Lisa. —Mi padre sonrió. —Hija, te espero abajo. —Me dijo, y salió de la habitación.
Miré a Lisa, y me mordí el labio mientras caminaba hacia ella.
—Cuando lo repitamos, ten por seguro que voy a enseñarte otras cositas más. —Besé su cuello, ella apretó mi cintura con fuerza mientras respiraba agitada.
—Todo lo que quieras. —Susurró.
—Qué bonito. —La voz de Mina nos interrumpió.
Lisa y yo nos separamos.
— ¿Por qué no te largas ya vecinita? Tú mamá llamó a preguntar por ti, así que lárgate. —Dijo Mina de mala gana.
— ¡Mina! —Le reproché.
—Ya me voy. —Lisa, me miró. — ¿Hablamos ahora? —Susurró.
Asentí. Lisa caminó hacia la salida.
—Hasta luego Mina. —Dijo Lisa.
—Sí, si. —Mina la miró mal.
Lisa salió de la habitación, y bajó por las escaleras.
— ¿Qué es lo que te pasa Mina? —Exclamé.
Ella cerró la puerta, y se acercó a mí.
— ¿Qué es lo que te pasa a ti? ¿Estas enamorada de esa maldita idiota?
—Mina... —Rogué, no quería pelear.
—¡Responde! —Gritó. — ¿Crees que no escuche sus malditos gemidos? Por dios, creo que hasta su mamá los escuchó. ¿Cómo puedes siquiera besarte con ella?
—Basta Mina, ella es una chica normal.
—No, es una maldita nerd que no tiene nada que ver ni contigo ni conmigo, es una idiota. Las chicas como ella son idiotas, siempre lo has sabido. ¿Sabes lo mal que se ven juntas? Por dios, tú no eres la clase de chica que se junta con tontas como ella.
—Mina... tu sabes que...
—No, yo sé lo que tú quieres hacerme creer para poder refregarte con esa tipeja. —Me interrumpió. —Dime, ¿que también le lamiste el coño?
No dudé en darle una cachetada.
— ¡Lárgate! —Dije ofendida.
— ¿Te pone mal que te diga la verdad? Es que... me da rabia que una maldita nerd te folle cuando lo puedes hacer con una chica interesante, que en realidad te haga valer, con una que seas la envidia de todos, no la burla.
Negué, y me voltee.
—Las chicas como ella no te convienen, tienes que tomar una decisión a tiempo.
—Lisa tiene dinero, claro que me conviene. —Susurré.
— ¿En realidad haces esto por dinero... o te estas enamorando de ella? —Preguntó. —Porque ya no sé si lo haces por una apuesta, dinero o porque en realidad te gusta.
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Enamorada de mi Vecina.
FanfictionEnamorada de mi Vecina Ella es única, ella es sensual, ella es provocativa, ella hubiera podido tener cualquiera a sus pies, pero la escogió a ella, a la más inocente, a la menos indicada. Jennie Kim es una chica hermosa de 17 años, la nueva vecina...