Capitulo 29

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— ¿Qué? —Exclamé.

—Podemos venderlo y sacar dinero para algunas cosas que necesitamos. —me miró.

—Ni lo pienses. —caminé hacía mi closet y busqué una pijama.

— ¿Cuál es tu problema? ¿Acaso estas enamorada de ella? ¿Por eso nos has dicho todo eso a nosotras? Ya no sé qué pensar sobre ti. Pienso que esa nerd te ha cambiado. Mucho.

—En primer lugar no estoy enamorada de Lisa, sabes que yo no me enamoro. —me quité la blusa. —En segundo lugar no quería lastimarla, porque si lo hacía ya no iba a querer verme. —Me quité el short. —Y en tercer lugar, no voy a vender el celular. —me puse el pijama.

—Estás completamente loca. —contestó inmediatamente. —Quiero que me respondas algo. ¿Estás enamorada de ella y por eso no has podido sacarle el dinero suficiente?

— ¡Ya te dije que no! —la miré molesta. —Ya basta con ese tema, me estás cansando. —me senté en la orilla de la cama.

—Sé que están teniendo sexo, así que tienes que sacarle dinero. Es lo justo.

— ¿Te parece poco el celular? —alcé una ceja.

—No es dinero. —se levantó de la silla. —¡Sácale dinero de una puta vez, maldita sea! —gritó.

— ¿Cómo crees que voy hacer eso? —respondí aturdida. —Según tú, lo que debo hacer es llegar y decirle: Lisa dame dinero... ¿Eso piensas que debo hacer? —pregunté sorprendida.

—Pues... si. Seguramente estará gustosa de darte dinero a cambio de que no la dejes. Por favor, es una tonta. —dijo fastidiada.

La miré por un momento. Mi hermana parecía cegada por la ambición.

—Mina. —la llamé, ella me miró. —Deja de ser tan dramática. —suspiré. —Voy hacer lo que pueda para conseguir dinero. ¿Vale?

—Eso espero. —me advirtió. —Porque de lo contrario no voy a permitir que te refriegues con Lisa una y otra vez. —se acercó, y me dio un beso en la mejilla. —Hasta mañana, que descanses. —caminó hacia la puerta y salió.

* * *

Me bajé del auto de Lisa, nos habíamos demorado una hora en llegar a la finca de sus padres. Era agotador para mí estar una hora en un auto y más cuando Lisa no ponía temas de conversación.

— ¿Qué tal te parece? —preguntó Lisa bajando las maletas del coche.

—Es hermosa. —sonreí, y cogí mi bolso. — ¿Están tus hermanos adentro?

—Claro, de lo contrario nos quedaríamos afuera. No tengo llaves. —contestó.

Nos acercamos a la puerta. Lisa tocó el timbre y luego me miró con una sonrisa.

Luego de unos segundos, la puerta se abrió y vi a una chica sonreír.

—Hola, Lisa. —sonrió.

— ¡Hola, Dahyun! —Lisa le devolvió la sonrisa. —Ella es Jennie Kim. —nos presentó.

—Muchos gustó, Dahyun Manoban. —estrechó mi mano.

—El gusto es mío. —sonreí.

Entramos a la casa, era bastante hermosa y bien decorada. Era muy amplia.

—Creo que es mejor que acomoden de una vez sus maletas en sus respectivas habitaciones. —Dijo Dahyun.

—Claro, eso mismo iba hacer. —Lisa subió por las escaleras, yo la seguí.

Cuando llegamos al segundo piso, Lisa se dirigió a una habitación.

—Me dijiste que íbamos a dormir juntas. —susurré.

Ella acomodó las maletas a un lado de una gran cama con colcha blanca y se giró para mirarme.

—S-si... —se acercó. —No pensé que hablabas enserio. —tragó saliva.

—Bueno, si no quieres no importa.

—Claro que quiero. —Me miró directamente a los ojos. —Pero, no sé si a mis hermanos les parezca. —dijo con sinceridad.

— ¿Tú crees que les mole...?—fui interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose.

Era Dahyun.

—Chicas, voy a ir a comprar unas cosas para la cena. ¿Vale? Tae debe estar por llegar, salió con su novia hace algunas horas. —anunció Dahyun.

—Aquí estaremos entonces. —respondió Lisa.

—Bien. —sonrió. —Vuelvo enseguida. —salió de la habitación.

Esperé a que bajara por las escaleras, y cerré la puerta de la habitación.

—Por favor, Lisa. Quiero dormir contigo. —pedí.

—Yo también lo quiero, p-pero...no quiero que mis hermanos se molesten.

— ¿Pero, por qué? No vamos hacer nada de malo.

—Ah, ¿no? —me miró rápidamente, la vi desilusionarse por un momento.

—No. —me acerqué. —Oh... podríamos hacerlo, pero si me convences. —le di un beso en la comisura de los labios.

— ¿Convencerte? —preguntó confundida.

—Sí, no soy fácil de convencer para que lo sepas de una vez. —dije divertida. — ¿Tu dormirás en esta habitación? —pregunté cambiando de tema.

—No, es la tuya. —respondió.

—Oh... Es genial, me encanta, y la cama es muy grande. —me tiré a la cama. —Y cómoda. —agregué.

—Me alegra que te guste. —dijo nerviosa, se sentó en la cama y me miró. —Estoy feliz de que hayas aceptado venir.

—Y yo de estar aquí... contigo. —me acerqué a ella, y la besé.

Enamorada de mi Vecina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora