Capitulo 53

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Perdón me dormí, quedan pocos capítulos:(

Caminé rápido hacia mi auto, abrí la puerta, y acomodé a Jennie en la parte trasera. Saqué mi cuerpo del interior y pude observar aquellas bronceadas piernas que me hacían delirar. Sacudí la cabeza alejando los pensamientos tentativos y volví a meterme al auto para bajar su vestido de tal forma en la que sus piernas no se vieran tanto, le puse mi suéter encima y luego cerré la puerta.

Me monté, y saqué mi teléfono celular de mi bolsillo, busqué entre mis contactos y le marqué a Rosé. Esa maldita lesbiana loca seguía siendo mi mejor amiga.

-¿Qué pasa? -preguntó a través de la línea.

-Rosé, necesito que me ayudes -comencé a decir apresuradamente. -¿Sabes dónde vive Mina Kim?

-Hmm, no. -contestó al instante. -¿Por qué?

-Es una larga historia, el hecho es que tengo a su hermana en mi auto y debo llevarla a casa.

-¿Estamos hablando de...? -estalló a carcajadas. -Lisa estás completamente mal, ¿qué haces con Jennie?

-Rosé, no estoy para preguntas. ¿Puedes conseguirme la dirección de su departamento?

-Supongo, márcame en unos minutos, ¿bien?

-Sí, sí. -colgué y suspiré profundo, tirando mi cabeza hacia el apoyadero del asiento.

Estaba haciendo una locura, luego del engaño en el que me vi enredada sigo siendo la misma tonta que hace lo que sea por ella. Tengo que luchar contra eso, ser fuerte y decidida. No puedo dejarme llevar por el deseo que siento hacia Jennie, ese deseo no puede consumir aquel rencor que guardo en mi corazón. ¿Pero quién puede resistirse a ella? Nadie, tendría que ser hetero para rechazarla. Malditos sean sus encantos que me hipnotizan.

Después de unos minutos recibí una llamada de Rosé, había conseguido la dirección del departamento de Mina. Puse en marcha mi auto y conduje hacia su edificio. Cuando llegué el vigilante me dejó entrar inmediatamente.

Estacioné mi auto en el parqueadero de visitantes, me bajé y la tomé nuevamente entre mis brazos.

-¿Lili? -escuché su melodiosa voz en cuanto entramos al elevador.

Me quedé en silencio. Seguramente Jennie seguía ebria, no quería tener una conversación con ella mientras estaba ebria así que no respondí.

Caminé hacia el departamento el cual el vigilante me había dicho que pertenecía a Mina, y toqué el timbre. Esperé unos segundos antes de que un chico me abriera la puerta. El castaño me miró e inmediatamente me dio paso para que entrara.

-¿Qué ha pasado? -me preguntó sin siquiera saludar.

-Se ha embriagado. -informé. -¿En dónde está su habitación?

-La última puerta en el pasillo. -declaró rápidamente.

Asentí, caminé hacia aquella habitación y entré.

-Voy a salir. -escuché al chico. -¡Cuando salgas asegúrate de cerrar la puerta! -gritó.

-¡Bien! -exclamé.

No pensaba demorarme mucho. La acostaría en su cama y luego me marcharía de nuevo para la fiesta. ¿Quién sería aquel chico que me atendió? Seguramente el novio de Mina, Sooyoung... o Jennie.

Caminé hacia la cama, y la recosté con delicadeza. Me senté a su lado y me quedé observándola por un momento, siempre pensé que era la mujer perfecta pero luego de enterarme de aquella apuesta todo se vino abajo, algunas veces sentía que la odiaba. Odiaba la manera en la que jugó conmigo ¿Cómo fue capaz de decirme te amo cuando en realidad nunca lo sintió? Jamás lo comprenderé.

Alcancé las cobijas y se las puse encima.

Antes de que pudiese levantarme, sentí su mano tomar con fuerza la mía, insistiéndome que me quedara. La miré confundida, lo único que alumbraba la habitación era la luz del pasillo.

-Lisa -tiró de mi mano.

-Debo irme. -traté se sonar fría.

-No quiero que te vayas.

-Pues debo hacerlo.

Se quedó en silencio por un segundo, claramente seguía bajo los efectos del alcohol.

-Debo ponerme el pijama. -susurró.

-Pues lo podrás hacer cuando me vaya. -me levanté de la cama con rapidez.

-Lisa -insistió.

Cerré los ojos por un momento y luego volteé, me sorprendí al ver que se había levantado de la cama y ahora quitaba su vestido.

-¿Qué se supone que estás haciendo? -pregunté sorprendida.

-Debo ponerme el pijama. -se sacó el vestido del cuerpo y lo tiró a un lado de la cama, caminó hacia el armario y buscó algo.

Miré sus piernas, su trasero, su espalda y el cabello que caía por ésta. Sin duda su cuerpo estaba mucho más bello que antes. ¿Cómo lograba hacerlo? Tenía que marcharme antes de que algo más pasara.

-Volveré a la fiesta, espero que estés bien. -Hablé luego de unos segundos.

Sacó el pijama, se lo puso (Era corto) y luego se acercó a mí. Retrocedí inmediatamente.

-Acompáñame por unos minutos. -susurró.

-No.

Pareció impactarse. La expresión de su rostro se puso tensa. Bajó la mirada y guardó silencio. Su cuerpo todavía se tambaleaba, así mismo volvió a la cama y se metió dentro de las cobijas.

Sin pensar en más, salí de la habitación y caminé por el pasillo. Resistirme a Jennie no era nada fácil, pero debía hacerlo. Debía cobrarme cada una de las cosas que me hizo, cada sentimiento y cada suspiro. Sí. Eso iba a hacer. Se lo devolvería todo con creces y de alguna manera intentaría saciarme de ella, pero mantendría mi juego.

La enamoraría. Haré que se vuelva loca por mí, sé que puedo lograrlo, y cuando esté lo suficientemente enamorada de mí, la botaré sin la más mínima compasión. Haré que se arrepienta de todo lo que me hizo.

Así será. No volverá a ver a la misma Lalisa Manoban que conoció.

Quedaste.

Enamorada de mi Vecina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora