- Estás muy guapa mi amor. -sonrió mientras me miraba y acariciaba mi rostro.
No me gustaba que me tocara tanto, algunas veces era desesperante.
-Gracias, Nayeon, tú también lo estás. -le dije, aunque a mi parecer aquel vestido color champaña dejaba al descubierto mucha piel.
Sus piernas estaban al descubierto, era una exageración, ese vestido apenas tapaba lo necesario. En cambio yo, llevaba unos jeans negro un poco rasgados por los muslos, una blusa negra que dejaba a la vista mi estómago, el color haciendo juego con mi cabello y zapatillas.
-Llegamos. -avisó el chofer.
Nos bajamos del auto, di la vuelta hasta estar junto a Nayeon para luego ofrecerle mi mano. Me miró y sonrió. Caminamos lentamente hacia la entrada de la institución, había muchas personas pasando por nuestro lado, personas a las que jamás había visto en mi vida. Entramos e inmediatamente vimos la gran fiesta que habían armado, era informal obviamente así que nadie estaba vestido de forma elegante.
Debo reconocer que me sentía supremamente nerviosa. La vería después de un año y medio sin saber nada de ella, pero una parte de mí estaba ansiosa porque observara el cambio que tuve, que se diera cuenta de que ya no era la misma Lisa tímida y nerviosa a la que conoció, quería que pensara que había cambiado por completo.
Recorrí el lugar con la mirada, buscándola, quería verla, algo que parecía estúpido pero necesitaba hacerlo por alguna razón la cual no comprendo.
Caminamos hacía una mesa en la cual estaban sentadas unas amigas de Nayeon, ella las saludó y conversó por unos minutos con ellas, yo me limitaba a asentir a todo, no entendía nada de lo que hablaban.
-Lisa, amor. ¿Puedes ir por algo de tomar? -preguntó Nayeon, levantándose de mis piernas.
-Claro. -me levanté y me dirigí a la larga y delgada mesa en donde estaban los pasantes y las gaseosas.
Tomé un vaso de plástico el cual contenía refresco y bebí el líquido con rapidez. Tomé la gaseosa de Nayeon y giré en mis tacones con la intención de regresar a la mesa, pero algo me detuvo. Una linda chica hablando tranquilamente con Jisoo, otra ex alumna de la institución y la misma con la que apostó seducirme. Jennie estaba volteada así que no podía ver su rostro, pero la reconocí al instante. La detallé detenidamente mientras bebía de la gaseosa que iba destinada para Nayeon. Llevaba unos tacones negros y altos, sus piernas al descubierto y un vestido blanco realmente hermoso, ajustado a su cuerpo y dejando ver sus curvas a la perfección. Tenía el cabello hasta la cintura con algunos rizados.
Jisoo le dio una sonrisa antes de alejarse y perderse entre la gente, Jennie se giró lentamente y entonces sentí un nerviosismo recorrer todo mi estómago cuando su mirada se encontró con la mía. Mierda. Estaba completamente hermosa, incluso más que antes.
Se quedó perpleja por un momento, sus ojos estaban entrecerrados y su ceño fruncido, como si no me hubiese reconocido del todo. Sonreí para mis adentros, y me mantuve tranquila.
-Había una chica vomitando en el baño, fue lo más asqueroso que vi en mi vida. -escuché la voz de Mina e inmediatamente la observé acercándose a su hermana, Sooyoung venía junto a ella.
Mire a Jennie y observe que movió sus labios, estaba hablando pero no escuché nada de lo que dijo. Mina puso una mano en su espalda y las tres giraron, comenzaron a caminar en una dirección contraria a la que yo estaba y se sentaron en una mesa nada lejana a la mía.
Suspiré y sacudí mi cabeza. Sí, tal vez Jennie estaba hermosa, pero esa chica jugó conmigo, se burló de mí de la manera más vil que puede existir, me ilusionó y me rompió el corazón en mil pedazos. No iría como una tonta tras de ella, necesitaba que se diera cuenta de que ahora soy una persona completamente diferente a la que fui anteriormente.
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Enamorada de mi Vecina.
FanfictionEnamorada de mi Vecina Ella es única, ella es sensual, ella es provocativa, ella hubiera podido tener cualquiera a sus pies, pero la escogió a ella, a la más inocente, a la menos indicada. Jennie Kim es una chica hermosa de 17 años, la nueva vecina...