Era un hermoso día de otoño en Londres, la capital de Inglaterra. La paz abrazaba en compañía de la fría mañana a la urbe Europea, mientras que los primeros habitantes empezaban a levantarse para irse hacía sus trabajos.
Pese a la temprana hora (específicamente la 6:30) las calles ya eran bastante movidas y los autobuses y coches ya recorrían las calles de la capital. Los primeros negocios empezaban a abrir sus puertas, incluyendo cafeterías, bares, etc.
Y para Xiao Dejun, o simplemente conocido como Xiaojun, esta regla de anticiparse y madrugar no era una excepción. Éste último era un popular detective de ascendencia asiática, que vivía en el centro de la ciudad en un hotel de gran lujo y prestigio. Residía en compañía de su mayordomo Lee Taeyong, un joven de ascendencia coreana graduado de una exclusiva academia de criados.
Éste último era testigo del arduo trabajo que venía realizando el chino por varios años, además de su inigualable esfuerzo. De hecho, se había ganado el mérito de ser reconocido como uno de los mejores investigadores de Londres, al dar con la captura de varios criminales de alto rango.
Un honor que no cualquiera se podría ganar. Sin embargo, como todo ser humano imperfecto se había pasado los últimos tres meses en casa por motivos de sus vacaciones, deleitandose de las bellas vistas de la urbe, los gloriosos paisajes del Támesis y disfrutando de las delicias hechas por Taeyong sin ver noticias ni tampoco cualquier fuente de información relacionado con el mundo policíaco y delictivo. No obstante, ya había llegado la hora de retomar su amado oficio.
El ya mencionado agente se levantó de su cama y se encaminó hacía la bañera, con el propósito de tomarse una ducha. Pese a la temperatura gélida que el agua solía tomar por las mañanas, esta que caía a través de la regadera era tibia por lo que se sintió relajado y se tomó su tiempo para disfrutar del baño. Quince minutos después el joven detective salió y se fue hacía su habitación, con el propósito de revestir su desnudez.
Finalmente optó por una pantalón de tela negro, una camisa manga larga blanca y unos zapatos a juego de cuero negro. Al concluir, se encaminó hacía el comedor en dónde su mayordomo y más fiel amigo le esperaba con la comida en la mesa.
—Buen día señor Xiaojun. ¿Durmió cómodamente?
—Buenos días Taeyong. Sí, alcancé a dormir bien. Debo admitir que me siento como nuevo y listo para trabajar después de unas largas vacaciones.
—De hecho los necesitaba. Eso de andar persiguiendo a delincuentes debe ser muy difícil y agotador.
—Lo es. Pero vale la pena, además, me gusta mi trabajo y es lo que importa— añadió el joven con simpleza, para luego empezar a comer mientras que su criado le traía el periódico y le servía el té caliente con leche.
Mientras tomaba su desayuno leía tranquilamente la sección de policivas. Quería ver qué se había cocinado durante su ausencia y lo que encontró lo dejó aterrado y a la vez sorprendido: la aparición de un nuevo asesino serial.
Quedó estupefacto al leer la descripción de los crímenes que aquel individuo había estado cometiendo, sin que nadie le pusiera un límite. Sus delitos iban desde asesinatos en primer grado, robos, etc. Un auténtico psicópata que disfrutaba del terror que pudiera provocar, siendo la única pista en las escenas de sus crímenes una rosa roja con distintas notas en las que el desconocido se dirigía a la policía inglesa, con la intención de mofarse.
—¿¡Por qué nunca me enteré de ésto!?— cuestionó Xiaojun; indignado de sí mismo.
Taeyong al escuchar las palabras del chino, tragó en seco y siguió limpiando los distintos trofeos y reconocimientos que su empleador había obtenido a lo largo de su carrera como detective. Xiaojun al notar luego la extraña actitud del contrario, soltó un largo suspiro y le habló.
—Te he dicho miles de veces que no me ocultes esta clase de información Taeyong. Sé que te preocupas por mí, pero te aseguro que todo estará bien conmigo.
—¡Pero usted estaba de vacaciones señor!. Se expone todos los días a que lo maten y eso me deja intranquilo. Le tengo un gran afecto y aprecio, no sé qué haría sin usted. Además es mi mejor amigo— respondió el peliplata, causando que el de origen chino se pusiera de pie y se encaminara hacía su persona.
Al estar cerca del otro colocó su mano sobre su hombro de forma amistosa y le sonrió con serenidad.
—Estoy consciente del cariño que me tienes y debo confesarte que el sentimiento es recíproco. Pero el hecho de que haya un asesino o criminal suelto por las calles de Londres, es algo que se debe tomar con absoluta certeza— explicó el chico, causando que el contrario bajara su cabeza.
—Ya sé que no puedo retenerlo señor y usted tiene toda la razón. Será mejor que termine su desayuno o llegará tarde para abrir su negocio— replicó Lee con una sonrisa cómplice, encaminandose hacía al perchero en la puerta principal y tomar el abrigo del contrario para finalmente ayudarlo a ponérselo. También le entregó su billetera, su teléfono celular y otros objetos de suma importancia mientras éste se peinaba un poco además de colocarse algo de perfume.
—Muchas gracias Taeyong, y con lo del desayuno no será necesario. Ya estoy satisfecho. Pasa un buen día.
Luego de despedirse de su mayordomo personal, el joven detective salió de su apartamento y avanzó por los largos pasillos del gran hotel. Podía ver a uno que otro empleado que le traía el desayuno a los otros residentes del sitio, sin mencionar a unos cuantos huéspedes que se preparaban para salir.
La mayoría eran turistas que venían a conocer el país y disfrutar de unos cuantos días libres. Pero para él, la hora del reposo había llegado a su fin y ahora más con la idea de un nuevo facineroso en las calles. Le parecía increíble que la policía no hubiese podido encontrar ni una sola pista del delincuente. ¿Acaso era tan hábil como lo reportaban en los medios de comunicación?. Estaba dispuesto a averiguarlo.
Varios minutos después, el detective llegó a los estacionamientos y encontró su auto. Se trataba de un modelo Maybach Exelero, el cuál era considerado el automóvil más lujoso del mundo. Por consiguientemente, el muchacho de ascendencia asiática se subió y arrancó directamente hacía su trabajo.
Por suerte, las calles aún estaban bastante despejadas por lo que llegaría a su lugar de de ocupación en un santiamén. Debía admitir que en el fondo se sentía eufórico de volver a hacer lo que más le fascina.
Súbitamente, su teléfono resonó ocasionando que toda su atención se enfocara en el pequeño aparato que revolucionó la vida del hombre. Suspiró al ver el nombre del individuo, y sin pensarlo dos veces contestó.
—John Suh... ¿¡Me quieres explicar qué carajos está pasando!? ¡Se supone que eres el capitán de la policía! Me voy por un instante y cuando vuelvo me encuentro a Londres de cabeza por un puto maleante de cuarta— cuestionó el chino con saña.
—¡Oye amigo, no es mi culpa que un psicópata de mierda haya salido de la nada y ahora esté haciendo estragos con las personas por que le dio la gana de hacerlo!. Además, el tipo es bueno en lo que hace.
—¡Espero que ya estés llegando a mi oficina porque te partiré el trasero por no haber hecho nada al respecto!
—¡Relájate amigo y no te preocupes, ya voy en camino con los expedientes! — contestó finalmente Suh, para luego cortar la llamada.
Xiaojun tomó una bocanada de aire y aumentó la velocidad en su auto. Aveces no entendía la incompetencia de las autoridades de seguridad y eso era algo que realmente le frustraba ya que se suponía, que ellos eran los encargados de impartir justicia a quienes infringieran la ley. Era por esa misma causa que decidió ser independiente y atrapar a criminales de forma muy particular.
Y aquel nuevo individuo no sería la excepción en lo absoluto. Lo capturaría y lo pondría tras las rejas, culminando de esta forma con su reinado de terror. Después de todo, era un criminal como cualquier otro ¿Verdad?.
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𝐶𝑟𝑖𝑚𝑠𝑜𝑛 𝑃𝑟𝑖𝑛𝑐𝑒: 𝑂𝑑𝑦𝑠𝑠𝑒𝑦 ¦ 𝑋𝑖𝑎𝑜𝐷𝑒𝑟𝑦
FanfictionA las oficinas del famoso detective Xiao Dejun llegan los expedientes de un peligroso asesino serial y ladrón de guante blanco que ha aterrorizado Inglaterra durante un largo tiempo, cuyo origen e identidad son un completo enigma para todo el cuerpo...