Luego de aparcar su auto en uno de los estacionamientos cercanos a su negocio, Xiao Dejun caminó hasta sus oficinas con sus cosas. Las concurridas calles de Londres, le causaban fascinación y sobre todo le llenaban de felicidad al notar el regocijo en los rostros de los habitantes (Y una que otra cara larga también que no podía faltar en medio de la monotonía de sus vidas). Aquella ciudad era prospera y única, no obstante, los sociopatas desquiciados se encargaban de empañar ése brillo.
Su vida había sido muy difícil en China. Una que estuvo llena de infortunios y situaciones grotescas, como lamentables para su padre y madre de crianza, quienes tenían la responsabilidad de velar por su bienestar. Sin embargo su vida cambió radicalmente para bien cuando llegaron a Inglaterra, la cual hoy en día era su hogar, empero, la que le quitó a una de las personas que más amó en su vida.
Pero no era tiempo de ponerse a pensar sobre sus amores pasados, sino de atrapar a un homicida en serie. Al llegar a la entrada de su negocio, abrió las puertas de esta con sus llaves y finalmente ingresó.
Como siempre todo estaba absolutamente limpio y ordenado, ya que Taeyong solía ir un día antes para asegurarse de que todo estuviera en perfectas condiciones cuando su persona llegara al sitio. Colocó entonces sus cosas sobre su escritorio y contempló fijamente el fruto de su esfuerzo.
A pesar de que su oficina era pequeña, era también lo suficientemente elegante y extravagante para considerarse como un lugar digno para realizar su oficio con todo el esmero del mundo. De hecho era merecedor de su persona, alguien reconocido por la prensa por sus incontables actos en contra de la criminalidad.
Repentinamente alguien entró a través de la puerta, con una pequeña caja en sus manos. Xiaojun al notar la presencia del recién llegado, suspiró con pesar y lo invitó a pasar.
—Aún mantengo en pie mi insaciable deseo de partirte el trasero Suh. Eres un idiota.
—¡Te dije que te tranquilizaras! ¿Ok?. Todo esto se ha puesto de loco desde que te fuiste, no tienes idea de lo que ha pasado.
—Exactamente. Y es por eso que quiero que me digas todo. Porque los últimos tres meses Taeyong también se encargó de ocultarme esas informaciones.
—Vaya... Parece que sí me hizo caso después de todo— añadió Suh a lo bajo con la finalidad de que el contrario no escuchara, pero no consiguió su propósito.
—¿¡Qué tú hiciste qué!?— cuestionó el chino; con severidad y frialdad.
—¡Que te relajes tonto!— espetó Suh una vez más, evadiendo la pregunta del contrario. Por consiguientemente, el recién llegado colocó la caja sobre el escritorio y le dio unos guantes desechables a su compañero, con el propósito de no afectar la evidencia.
Al estar listos ambos abrieron aquella caja e inspeccionaron su contenido, más que todo Xiaojun ya que él desconocía las cosas que habían dentro del paquete. Revisó entonces los expedientes del criminal, los cuales se hallaban casi vacíos.
Solamente habían unos cuantos espacios que estaba llenos, y esos eran el nombre del asesino además de los crímenes que había cometido hasta la actualidad.
—¿Éste delincuente se llama el Príncipe Carmesí?— cuestionó el pelinegro, asegurándose de leer cada detalle por más insignificante que pareciera —Qué mote tan ridículo—.
—Eh, bueno como dijiste solamente es su alias. No tenemos idea de cómo se llama, su físico o cuantos años tenga exactamente.
—¿Ósea que no tienen prácticamente nada?.
—Bueno, tenemos las cartas que él nos ha dejado y de allí descubrimos su mote. E hicimos muestras de ADN a las rosas que encontramos en las escenas de los diferentes delitos que ha cometido— replicó Suh, para luego entregarle las notas al detective.
ESTÁS LEYENDO
𝐶𝑟𝑖𝑚𝑠𝑜𝑛 𝑃𝑟𝑖𝑛𝑐𝑒: 𝑂𝑑𝑦𝑠𝑠𝑒𝑦 ¦ 𝑋𝑖𝑎𝑜𝐷𝑒𝑟𝑦
FanfictionA las oficinas del famoso detective Xiao Dejun llegan los expedientes de un peligroso asesino serial y ladrón de guante blanco que ha aterrorizado Inglaterra durante un largo tiempo, cuyo origen e identidad son un completo enigma para todo el cuerpo...