No sé, ahora... Piénsalo

Capítulo XIV: Por fin.

Tú. Ahí estás.

Le encontré, encontré a Deivd no sé como, no sé donde, pero está, o él me encontró a mí, no lo sé, solo sé que está aquí, a mi lado, conmigo.

- Lizzy, despierta, despierta (oía su voz a la lejanía)

+ ¿Qué? (Al abrir los ojos, visualicé una cara similar a la de Deivd, pero era imposible que fuese él, al abrirlos más, ahí estaba, con cara de preocupación) ¿cómo?

- ¿Estás bien? (Me dio su mano para que pudiese ponerme de pie)

+ ¿Tú no estabas perdido? ¿Cómo? No entiendo nada

- Sh, ahora no, aquí no, nos pueden oír, te lo explico allí (dijo señalando un pequeño fuerte)

¿Oír, pero quién o quiénes? No entendía nada, todo había pasado sumamente rápido, y ahora teníamos que escapar, ¿de quién huía Deivd? Me sentía mareada y con ganas de abandonar lo que había empezado desde hace varias semanas pasadas. Deivd me sujetaba fuertemente la mano, sabía que algo me pasaba

- Toma, bebe un poco, lo necesitas, ah y por favor Lizzy, rápido (me dio una pequeña cantimplora)

+ (Asentí y bebí un poco, la verdad estaba bueno, aunque no sabía lo que era, pero me repuso) ¿queda mucho?

- No, es allí (señaló el fuerte, parecía bastante cómodo y estábamos llegando)

Al llegar me fijé que había más gente dentro y que Deivd hablaba con todos ellos, se acercaba, entregándoles la cantimplora con algo de pan. ¿Qué hacía él aquí en lugar de el orfanato?

Se acercó y me habló

- Sé que te debes preguntar que hago aquí, pero tenía la necesidad de venir y ayudar a toda esta gente, es como si alguien me hubiese traído con ellos (pensé en Margareet, ¿quién más si no?)

+ Todos están o mejor dicho, estamos, preocupados por ti, llevo tres o cuatro semanas, no sé, paseando de un lado a otro, buscando cobijo por la noche y también algo de dinero, por favor, volvamos.

- No quiero Lizzy, mi lugar está aquí, vete tú y diles que todo está controlado, ves aquellos niños de allí (me dijo señalando a un montón de niños chicos) ellos me consideran su salvación, su hermano mayor, su protector, no puedo dejarles.

+ Sí, todo lo que haces está muy bien, pero ¿y nosotros? ¿acaso yo no te necesito? ¿o Cloré no te necesita? Piensa Deivd, por favor, esos niños tienen otras personas que los cuiden. Ven. (trataba de disimular con todas mis fuerzas mis ojos vidriosos a consecuencia de mis grandes ganas de llorar, él lo había notado)

- Por favor Lizzy, no vayas a  llorar, eres mi debilidad, sé que para ti, soy todo, al igual que para mi madre, pero ellos, ellos me dan lo que vosotras no, un futuro capaz de salvar a cada persona de esta guerra, casi todos son huérfanos y no tienen a donde ir, el orfanato ya está demasiado abastado de gente así, además, sabemos, que tarde o temprano, todos moriremos...

No sabía que responderle, porque él tenía razón... La guerra nos estaba consumiendo poco a poco, pero la idea de abandonar y no seguir daba miedo, demasiado miedo.

+ ¿No vendrás?

-  No, lo siento

Cogí mis cosas y salí de ahí, lágrimas brotaban de mis ojos, aquellas que querían salir con fuerza desde el principio, quería que Deivd se viniese conmigo, pero no debía ser egoísta, aquellas personas también le necesitaban, era como 'Robin Hock' para ellos, así que seguí mi camino, aunque algo me detuvo... Aviones.

Lo siguiente que vi fue mi destrucción.

Aviones lanzando bombas al refugio de Deivd, personas salían llenas de llamaradas corriendo y tirándose al suelo para apagarlas. En ningún momento vi a Deivd y me temí lo peor. Cuando el ataque pasó, salí corriendo hasta el refugio a ver si alguien seguía con vida, pero al entrar solo había rostros desfigurados, torsos con grandes quemaduras y ... Ahí estaba él, tumbado, sin vida.

Lloré

Lloré

Lloré

Lloré

Había perdido a Deivd.