Capítulo XIII: Silencio

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Silencio, silencio, silencio, silencio, silenc...

Silencio, solo había eso en aquel vacío, a medida que iba avanzando solo se oía mis pasos y a medida que iba más hacía la 'boca del lobo' solo se escuchaba el latido de mi agitado corazón, nervioso y encogido por el miedo.

Sabía que estaba caminando a la nada, triste, oscura, horrible y fría, ni siquiera me chocaba con muebles, era el mismo limbo, espacio tiempo, el abismo es todas sus facetas.

Y ahí estaba.

Él.

Deivd.

Le grité, no me oyó. Estaba tan radiante, balanceándose de un lado a otro, y de repente me miró, como quien ve un espejismo o un espectro. Abrió la boca, la abría cada vez más y más, hasta romperse las comisuras de esta, no sangraba, no expresa su rostro dolor alguno, en ese momento me di cuenta de que no era él, gritaba mi nombre, y algo maligno salía de dentro de él, era esa cosa la que gritaba mi nombre, tan alto, tan fuerte, que hacía que mis oídos no quisiesen escuchar más, ni mirar más, ¿qué demonios?

Lizzy.

LIzzy.

LIZzy.

LIZZy.

LIZZY.

Noooooooo, lárgate. La cosa extraña que había salido del interior de Deivd se arrastraba lentamente hacía mí, cuidadosamente, articulaba cada movimiento que hacía, en el suelo dejaba una especie de líquido vistoso, parecido al moco, pero más espeso y mugriento. En ese momento solo pensé en correr, aunque estaba sin fuerzas para poder ponerme a salvo, pero ¿hacía a dónde? La cosa no se movía rápido, eso me daba ventaja, ¿dónde esconderse? Eso, seguía gritando mi nombre con desespero y ansia, pero ¿de mí? O de qué. Noooooooooooo lárgate, le seguía gritando mientras corría y perdía uno de mis zapatos, noooooooooooo déjame, aléjate.

No, me dijo.

'Corre Lizzy, por favor, corre, ponte a salvo' me decía mi subconsciente. 'Corre Lizzy, corre, da igual que no tengas fuerzas, por el amor de Dios, corre' cállate. No me ayudas. Tengo miedo. Miedo

Corría y corría, la cosa ya no me seguía. Me giré y ahí estaba, de pie, junto a mí. Era negra, no tenía forma ni rostro.

- Hola

+ ¿Qué eres? (No podía mirarle, así que bajé la cabeza, prefería mirar mis pies cansados y uno de ellos descalzo)

- Quien. Soy. No que soy. ( su voz me sonaba, pero no sabía de que, sentía el frío que desprencia aquella cosa o aquél ser porque se me metió de pleno dentro de mí, calaba mis huesos, invadiendo cada parte de mí, mi ser)

+ Qu... Que... ¿Que quieres de mí?

- Tu alma Lizzy. ( me atrajo hacía si, sentía que me quitaba la vida, que mi alma se desprendía de mí, mientras lo último que veía era oscuridad)

'Nooooooooooooooooo Lizzy, despierta, desssspierta'. Subconsciente, ¿eres tú?. 'Es un sueño Lizzy, no dejaré que te hagan daño, yo siempre estaré a tu lado, soy tú.'

Abrí los ojos, me encontraba en una acera. Pasé una de mis manos por mi frente. Estaba pelada de sudor frío, horrible pensé. Miré a mis pies, uno de ellos seguía descalzo, el otro, sin embargo, tenía restos de aquel moco de la cosa, pero al intentar tocarlo, desapareció. No fue un sueño.

Deivd estaba en peligro.

Primer aviso.

Estaba claro que no esperaría al segundo. Necesitaba poner en orden mis prioridades, que iba a hacer, sabía que este asunto me quedaba grande, yo sola no podía, pero no contaba con nadie más, 'ante todo, cálmate, y ordénate' me decía mi yo interior. Primero tenía que alimentarme, necesitaba con urgencia encontrar un sitio donde resguardarme y comer.

Me encaminé.

Amaneció.

Más camino. Más hambre. Menos posibilidades.

No sé, ahora... PiénsaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora