Dael no logro dormir, se encontraba pensando en lo que se aproximaba, en todo lo que estaba pasando, no se sentía lista para entrar a un nuevo "hogar" o siquiera pertenecer a el. Al sentir que Mara se levantaba decidió hacer lo mismo, de nada le servía seguir acostada sin poder cerrar los ojos; esta vez no llevaban nada durante su viaje, no había algo que comer si llegarán a tener hambre o siquiera una gota de agua que beber, era una tarea de sobrevivir con lo que podían encontrar.
—¿Qué encontraré allí?
La voz de Dael era neutral, pero estaba llena de intriga, era la primera vez que iniciaba una conversación sobre temas ajenos a su vida personal o la preparación para la guerra, aunque no negaba que las respuestas que obtendría estaban muy relacionadas con su pasado e innegable futuro.
—No te podría explicar que puedes encontrar, nadie obtiene las mismas palabras porque todos somos diferentes, debes saber que son muy pocas personas que han llegado a ese sitio, otros no llegan a escuchar o no encuentran lo que buscan debido al temor que sienten al estar frente a la pregunta.
—La pregunta...
Aquella última palabra le causó gran impresión, sabía que se refería a alguien que de seguro vería, pero ¿qué sería aquello que había atemorizado a los antiguos visitantes? ¿Estaría preparada para afrontarlo? No dudaba que tenía las fuerzas suficientes para hacerlo, pero no sabía a qué llevaría todo lo que estaba haciendo, como nunca imagino lo que su atrevimiento frente a todo un reino ocasionó, no era el momento para sentir algún tipo de arrepentimiento y sabía que nunca llegaría.
El clima y la temperatura empezaron a ser un peso difícil de llevar, Dael sentía que su respiración se dificultaba, el aumento progresivo de la altura provocaba que el aire se sintiera denso, su visión se alteraba por momentos, pero no quería que Mara lo notará así que siguió sus pasos sin protestar, pero no sabía cuánto duraría.
—Te ves algo pálida crees que...
—No es necesario -Dael interrumpió a Mara, no quería que sintieran pena por ella- puedo ver que estamos más cerca de la cima y quiero...
—Sé que debes llegar, pero debes estar allí viva.
Esta vez Mara calló a Dael, sabía que estaba pasando con ella al notarla un poco callada y su rostro evidenciaba lo que ella negaba; decidió detenerse y así Dael también paro, trataba de respirar de manera lenta haciendo que el aire puro llegara y llenara por completo sus pulmones, hacia todo lo posible por disimular pero era en vano.
—Nos falta muy poco para llegar y no puedes seguir así.
Finalmente Dael decidió sentarse sobre el suelo blanquecino y Mara ubicó sus manos sobre su pecho, cerró sus ojos y de sus manos emanaba una luz tenue, que entraba por completo en ella, cuando la luz desapareció Mara se levantó y se retiró de ella y continuó de nuevo, sus pasos. Al percibir que su guía se alejaba se puso de pie de inmediato y notó que su dolor en el pecho ya no existía y respiraba con total normalidad.
—¿Qué me hiciste?
—Creo que lo mínimo que deberías decirme es gracias; acelere tu capacidad de recuperación, de no ser así en estos momentos estarías inconsciente.
Si Mara pensaba que recibiría un agradecimiento de su parte estaba equivocada. Continuaron caminando, pocas veces intercambiaban palabras y sabían que así era mejor ya que no había nada que decir; de un momento a otro Dael escuchó un susurro constante donde las palabras anunciaban grandes tragedias con finales inquietantes, pronto aquel murmurar se convirtió en un canto agradable pero está vez no se podía entender que decía.
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La Muerte de la Guerrera Blanca [Sin editar]
Fantasy¿Quién puede decidir sobre la vida y la muerte? Una princesa rebelde buscará sus verdaderas raíces sin importar las consecuencias que genere. Dael a crecido en el Reino de Rellintogn y se prepara para ser su próxima gobernadora pero, algunos comenta...