Obedecer a la reina.

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La oscuridad de la noche abrumaba a los guardias que realizaban sus rondas con mayor concentración, pasando por los límites del castillo, reorganizando y agrupando su armamento ya que el rey consorte había mandado a reforzar la seguridad, después de los terribles eventos que habían ocurrido.

Si la situación no mejoraba pronto, tendrían entre sus manos una guerra de tamaño inmensurable, pues el rey soberano de la nación más poderosa de los 5 reinos había desaparecido, dejándolos completamente solos y a merced de las otras naciones.

Al ser el reino mejor ubicado y con la capital más desarrollada, el reino Erizel del rey Fukuzawa era la causa de envidia y celos por parte de algunos de los reinos marginados, sin embargo, un tratado de comercio con sus reinos vecinos Saraton y Negerling lo amparaban, más la increíble fuerza militar que había desarrollado. Sin embargo, dadas las circunstancias, el peligro que representaba dejar una nación tan poderosa sin su líder y más importante, sin el alfa del rey consorte, que en este caso debía ocupar el lugar de gobernante, significaba dejar una puerta a abierta para que el reino de Inverness aprovechara.

Con una población mayormente guerrera, Inverness era el reino más alejado de la capital de Erizel y, sin embargo, el más grande y peligroso, pues la vida en el norte era dura, obligando a muchos a buscar un lugar con condiciones menos inhóspitas.

Los rumores decían que, tras la alianza de Erizel mayor y Erizel menor, el reino de Inverness había perdido cualquier oportunidad de conquistar cualquier otro reino, pero antes de la boda entre Fukuzawa y Ōgai, el entonces rey de Inverness se preparaba para atacar, de eso habían pasado veinte años y junto con el tiempo, el cambio de trono a un rey que no parecía tener interés en los planes de su predecesor.

El nuevo rey de Inverness parecía estar más preocupado por el desarrollo de sus tierras que en la conquista de otras, sin embargo, Mori no podía bajar la guardia.

Reunidos en la seguridad de un pequeño salón dentro del palacio, el hijo mayor de los reyes de Erizel se encontraba con una pequeña parte del consejo, esperaban la llegada de su hermana con noticias del rey consorte.

— ¿Cómo sigue? — interrogó a la recién llegada.

— Está estable, pero —

— Cuánto crees qué...

— No durará despierto por mucho, su cuerpo intenta resistir, pero papá lleva ya una semana desaparecido — contestó la princesa.

— Ya veo — habló Ranpo — ¿Podría dejarnos solos por favor? — se dirigió a los miembros del consejo que los acompañaban.

— Su alteza, es preciso que tomemos una decisión — habló el consejero del rey.

— No será mucho, al amanecer tendrán una respuesta — contestó Ranpo.

— Pero, su alteza si el rey consorte no aguanta más, es imperativo que uno de sus hijos suba al trono hasta encontrar a su majestad — apremió Hirotsu.

— Entiendo — respondió el príncipe — Tomaremos una decisión y se los haremos saber, mientras debemos regresar con nuestro padre —

— Tiene razón, no creo que pase de esta noche — agregó su hermana.

— Hirotsu ¿Dónde está Dazai? — preguntó Ranpo.

— El príncipe sigue en sus aposentos — contestó el consejero del rey.

— Debe venir, no podemos decidir sin él —

— Enseguida iré por él — dijo el contador real Ango, con una reverencia, saliendo del salón.

Laced [Soukoku-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora