Despedida [Parte 2]

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— Te estas apresurando — Yosano estaba sentada en la cama dentro de la recamara de Dazai — ¿por qué no mejor parten mañana, en el día? — agregó.

— Ya oíste a mi esposo — sonrió su hermano.

Yosano sonrió — que devoto te volviste —

— Es el poder del amor — contestó Dazai sacando un paquete de uno de sus cajones — ya decidí que — dijo sacando otros tres paquetes — me llevaré a Atsushi —

— ¿Atsushi? — se sorprendió Yosano — ¿Y que hay de tu escolta? —

— Kunikida no puede ir y no confío en nadie más, con Atsushi bastará, además asumo que tendré mi sequito en cuanto llegue — suspiró.

— Dazai — pronunció Yosano con pesar.

— Esto es lo último — el castaño entrego sus paquetes al sirviente que estaba empacando las pertenecías del príncipe.

— Su alteza — se escuchó la voz de Ango al otro lado de la puerta — la sacerdotisa está lista —

— Estoy listo — contestó Dazai yendo hacia la puerta — hermana — volteó a ver a la chica — me voy — dijo despidiéndose con un gesto de su mano.

— Voy contigo — Yosano se levantó y salió después de él. — No te irás como vinieron, mande a preparar un carruaje para ustedes — decía mientras recorrían el pasillo del ala correspondiente a cuarto de Dazai.

— Espere su alteza — se escuchó la voz agitada de un chico que corría a encontrarlos.

— Ah Atsushi — saludó Dazai — ¿Todo bien? —

— No — jadeó el chico — no estoy seguro de llevar todo lo necesario — dijo nervioso.

— No te preocupes — lo consoló el príncipe — seguro encontraremos lo que nos falte en el reino de mi esposo — enfatizo el final de su frase, la simple idea de usar ese estatus le causaba risa, sobre todo porque todos a su alrededor con algún tipo de poder político eran responsables y le agradaba ver sus expresiones de pesar cuando hacía referencia a Chuuya — no estaremos por mucho — terminó de decir en un susurro.

— Pero — Atsushi seguía recuperando el aire — ¿no es mejor partir de día? —

— Tonterías Atsushi, la reina nos dio un carruaje, iremos perfectamente cómodos, dormiremos toda la noche y al despertar estaremos en mi nuevo reino — sonrió Dazai.

Fuera del palacio, alistando las maletas de Dazai y Atsushi se encontraba parte de la armada de Erizel esperando la llegada del príncipe.

Un gritó ahogado por parte de Atsushi se escuchó mientras el chico corría hacia los hombres que acomodaban las maletas pidiendo que lo dejaran a él, pues eran cosas delicadas.

— ¿Qué es esto? — preguntó Dazai a su hermana.

— Aunque no es un viaje largo, no puedo permitir que mi hermanito vaya desprotegido —

Dazai bajo las escaleras hasta llegar al lado de su esposo que terminaba de ajustar su traje de viaje — ¿Dudas de las capacidades de mi esposo? — dijo en un intento de provocar a su hermana, causando que Yosano lo fulminara.

Chuuya recibió a Dazai tomándolo de la mano e ignorando al castaño procedió a hablar con la chica — debo agradecerle por sus regalo, es muy oportuno —

— Jamás dejaría que mi hermano fuera hasta otro reino cabalgado —

— Comprendo — contestó Chuuya dejando de prestar atención a la reina ayudando entrar a Dazai al carruaje, que aburrido había hecho un sutil movimiento llamando la atención del pelirrojo.

Laced [Soukoku-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora