— Buenos días alteza — se escuchó la armoniosa voz de la pelirrojo que entraba a la habitación del príncipe de Erizel.
Un adormilado Dazai despertaba apenas siendo capaz de contestar el saludo, no había podido descansar, todo se sentía incómodo y extraño, desde el olor, color y sensaciones, todo le gritaba en la cara que ya no estaba en casa y que no podría regresar en mucho tiempo — ¿Dónde está Atsushi? — logró preguntar en cuanto pudo despegar sus pestañas.
— ¿Su dama de compañía? — preguntó Ozaki.
— Es un chico — corrigió Dazai — Pero... supongo que es algo así —
— Si no tiene una dama de compañía permita que mi hermana sea su dama — yendo hacia la entrada de la habitación Ozaki llamó a Kyouka, la hizo entrar, que con una rápida reverencia se precipitó hacia el príncipe y procedió a desvestirlo hasta dejarlo en paños menores, este, una vez más desconcertado y sin saber cómo reaccionar simplemente siguió las indicaciones de las chicas.
— Prepararé su baño — dijo la menor.
— Ehhhh ¿Eso estará bien? — preguntó el príncipe.
— ¿Prefiere que el chico lo haga? — preguntó Ozaki.
— Ehhhh — fue lo que salió de la boca de Dazai — ¿Dónde está? — volvió a preguntar.
— Sigue durmiendo — contesto Kyouka.
— ¿Podrían despertarlo? — insistió Dazai incómodo por la penetrante mirada de las chicas que no terminaban de comprender por qué el príncipe se resistía tanto a ser atendido.
— Enseguida — respondió Ozaki que jaló una de las cuerdas al lado de la cama, con la que llamó a un sirviente — Traigan al acompañante de su alteza — ordenó. — Su alteza — habló volteando a ver a Dazai — Puede notar que no está acostumbrado a la etiqueta, ¿es quizá muy diferente? —
Insinuación que para la perspicaz mente de Dazai resultaba casi un insulto, pues Ozaki lo estaba tomando como un incivilizado que no sabía cómo era la etiqueta correcta de la corte — Resulta, lady Ozaki — comenzó Dazai — Que en mi palacio soy autosuficiente, las damas de compañía son eso, compañía, no hay quien nos vista o desvista, al menos no de esta forma — continuó — Como inservibles muñecas. —
— Su alteza, no es necesario que use sus manos, no tiene que hacer nada, esta es la forma de Saraton — contestó la pelirroja — Se acostumbrará con el tiempo, y no se preocupe, entrenaremos bien a su acompañante — agregó con un tono amigable, en definitiva, no era su intención enemistarse con el futuro consorte.
Dazai se forzó a sonreír — Gracias — dijo poco convencido.
Con el cabello aun desacomodado y a medio vestir Atsushi llego a la habitación con el sudor escurriendo de su frente — Alteza — dijo entre jadeos — Disculpe, ya estoy aquí, no volveré a llegar tarde —
— ¡Atsushi! — se alegró Dazai gritando desde el fonde de la recámara metido en una pequeña bañera — Podrías ayudarme — sus ojos castaños brillaron en una súplica.
— Kyouka — la llamó Kouyou, dirigiéndole una sutil mirada de desdén al recién llegado — Ayuda a al acompañante de su alteza a seguir el protocolo —
— Entendido —
Tanto Atsushi y Dazai se voltearon a ver consternados de la poca privacidad que tenía el príncipe. En Erizel Dazai hacía y deshacía por su cuenta, claro que tenía sirvientes que le preparaban el baño, la comida, y su ropa, y en ocasiones muy especiales que le ayudaban a prepararse cuando debía usar trajes muy elaborados, pero nunca a desvestirlo o esperar con su bata lista para el momento en el que saliera de la bañera, eso era algo que podía hacer él solo, meterse y salir del baño era algo que también hacía solo, tener tantos ojos a su alrededor lo hacían sentir muy incómodo.
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Laced [Soukoku-Omegaverse]
FanfictionEl rey soberano de la nación más poderosa de los 5 reinos había desaparecido, dejándolos completamente solos y a merced de las otras naciones. Omegavers. Alfa Chuuya. Omega Dazai.